Idoia Arbillaga, poeta y doctora en Crítica y Teoría Literaria, que participará en la segunda de las mesas redondas en torno a literatura y vino, en el marco de la VIII edición de FENAVIN, señala la relevancia de la organización de este tipo de actos culturales, y destaca como un gran acierto estos eventos de literatura, arte e historia en torno al vino, "porque hablar del vino en la literatura es hablar de la cultura del vino, es crear cultura del vino".

También así lo entiende Ricardo Pérez, doctor en Filología, poeta, ensayista, crítico literario y profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha, para quien vincular el negocio del sector del vino con la cultura es "fantástico, tanto para FENAVIN como para los propios invitados", señala.

Ambos poetas compartirán mesa el próximo 13 de mayo con Antonio Rey Hazas, catedrático de Literatura, Pedro Álvarez de Miranda, director de la 23 edición del Diccionario de la RAE, y Antonio Lucas, periodista de El Mundo y Radio Nacional, en el marco de la VIII edición de la Feria Nacional del Vino, que se celebrará del 12 al 14 de mayo en el Pabellón Ferial de Ciudad Real, dentro de las actividades culturales que patrocina en esta edición Bankia.

Para Arbillaga el interés que despierta el vino estriba en que "el vino es cultura, es vida", y ha acompañado al hombre desde hace muchos siglos: Egipto, Grecia, Roma... "En todos los imperios, en infinidad de actividades humanas agrícolas, de proyección industrial, espirituales o lúdicas y de celebración, el vino está presente", destaca, y ello sin redundar "en la importancia de esta bebida en la cultura judeocristiana y su valor en las celebraciones religiosas", puntualiza.

Como crítica literaria y filóloga hispanista de formación, Arbillaga recuerda infinidad de momentos literarios "de la más elevada altura lírica y narrativa" en donde importantes autores ofrecen referencias o descripciones de degustaciones enológicas, refiriéndose a textos de Neruda, Valle Inclán, Pérez Galdós, referencias en Clarín, y a multitud de narradores y poetas europeos; en este sentido, destaca "sobresalen en este orden algunos momentos de vino turbio en tabernas de arrabal descritos deliciosamente por Emilio Zola o momentos literarios divertidos del Ulises de Joyce".

Si bien, para Ricardo Pérez, aunque el vino está presente como argumento o temática en prácticamente todos los poetas, "sobre todo en la generación del 50", lo considera más como un elemento externo, como un acompañante de la vida bohemia de los artistas.

Pero en lo que ambos están de acuerdo es en elogiar la relación entre negocio y cultura en el marco de una feria como FENAVIN, y en este sentido Arbillaga destaca que para ella personalmente es un privilegio estar como invitada en "una de las mejores ferias del vino de Europa y del mundo, que además constituye un encuentro enológico de repercusión importantísima".

El vino: poesía para los sentidos

Idoia Arbillaga, que recitará algunos de sus poemas relacionados con el vino, dice no poder evitar como escritora, como poeta, literaturizar el momento precioso de la cata: "cuando miro los rubíes y granates de un vino, cuando huelo los frutos rojos y la madera de un buen reserva, mientras observo su capa y mido la resbaladura dulce de sus lágrimas, su acidez mínima....."

Asimismo, apunta no poder evitar "pensar en todas las personas, las almas que han hecho posible ese vino, las personas que tocaron esas uvas con sus manos, mientras pensaban, sentían, vivían". Y así concluye, "el vino está vivo, posee su propio espíritu, su historia, su alma...Nos une a otras personas".