Opinión

"Conditio sine qua non": Cospedal a la oposición

El pasado 24 de mayo todos teníamos una responsabilidad individual para decidir si queríamos pasar página de un gobierno que, sin duda, ha sido el más severo con sus ciudadanos. La noche electoral fue de infarto: una ley hecha a la medida de Cospedal no despejó el resultado hasta cerca de la una de la madrugada. Un resultado que parece ajustado, pero que solo lo es por el producto de una ley electoral perfectamente estudiada para no perder. Ser el más votado no significa que te apoyen la mayoría de los votantes, por mucho que el Partido Popular también nos quiera engañar con esa idea.

El voto de apoyo a Cospedal solo tenía como destino al Partido Popular; sin embargo, el voto de los que queremos un cambio de gobierno y un giro de 180 grados en las políticas que se están haciendo, y que es rotundamente mayoritario, se ha dirigido a varias fuerzas políticas, que la gente ha identificado como los que conseguirían ganar a Cospedal, única manera de poder hacer política a favor de la ciudadanía.

Siempre he apelado a que la gente de esta tierra castigada por tanta prepotencia e intransigencia, debía de estar unida en las ganas de ganar a Cospedal,  independientemente de a quién confiaran su voto. Así lo siento y así lo percibo en mí día a día. Si queremos una política completamente distinta, si queremos recuperar las instituciones para la gente, en definitiva, todo lo que queramos conquistar para hacer la vida más fácil a nuestros vecinos requiere de una primera condición que el sentido común la convierte en “conditio sine qua non”, la de enviar a Cospedal y a su partido, a la oposición. Si esto no se cumple, lo demás será imposible.

Ahora toca apelar a la responsabilidad de quienes representan, desde el día 24 de mayo, a esa rotunda mayoría que quiere y necesita que se use el sentido común para que Cospedal no gobierne, porque solo de esa manera empezaremos a recuperar el bienestar perdido.

Una vez decidido el envío de Cospedal al escaño de la oposición, viene la política para la gente, esa que estamos esperando y que necesita ser visualizada desde el primer día de legislatura. Nada será fácil, no se puede desviar el objetivo: esta sociedad necesita un giro de 180 grados en sus políticas y que sus políticos la mimen y le hagan olvidar el maltrato al que ha estado sometida.

No nos defrauden. Tienen la responsabilidad de pasar la página oscura de este  gobierno prepotente y que por fin podamos decir: “Hemos ganado a Cospedal y vamos a cambiar esta región”.

Adelante, primero echamos a Cospedal y, en ese instante, comenzamos la política para la gente. Sin lo primero nunca habrá lo segundo.

Adiós Cospedal.

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