El consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha, Francisco Martínez Arroyo, ha señalado que durante la etapa de Gobierno de María Dolores de Cospedal se contrató a la empresa externa Price Waterhouse para redactar el que iba a ser el futuro Plan de Desarrollo Rural.
En este sentido, Martínez ha denunciado que el Ejecutivo del PP llevó a cabo esta externalización “sin consultar al sector”, una decisión que provocó que se tuviera que volver a repetir la redacción de dicho programa a través de la empresa pública Tragsa.
Sobre este asunto, el consejero ha afirmado que todo esto se tuvo que hacer antes de junio de este año porque, debido a las medidas de los 'populares', Castilla-La Mancha estuvo apunto de perder una inversión de 1.500 millones de euros en fondos de la Unión Europea. Pues bien, hay que recordar que desde las instituciones europeas llegaron a realizar trescientas anotaciones sobre el Plan de Desarrollo Rural realizado por la empresa privada, aunque desde las filas socialistas aseguran que las denuncias por parte de la UE superaron incluso las quinientas.
Apoyando las mismas palabras de su correligionario, la diputada de PSOE María del Rosario García ha condenado la “temeridad” de Cospedal a la hora de elaborar dicho plan. Además, la socialista ha asegurado incluso que la redacción del programa solo era “un corta y pega del programa de otras comunidades autónomas”.
García también ha calificado a la presidenta de los conservadores castellano-manchegos como “la enemiga número uno de lo rural en la región”, argumentando que Dolores de Cospedal cerró escuelas del medio rural y que solo tuvo como estrategia en el sector establecer el cementerio de residuos nucleares en Villar de Cañas.
Este no ha sido el único motivo por el que los 'populares' casi echan a perder la enorme inversión que necesita en el mundo rural de Castilla-La Mancha. Cospedal llegó a retrasar también en un año y medio el Programa de Fomento a la Calidad solo por unos simples problemas de tramitación, un hecho que estuvo a punto de provocar la pérdida de los fondos que otorgan las instituciones europeas.
