Opinión

Una nueva esperanza

Gran parte de esa reflexión nutrida de la ingente participación de personas venidas de tantos polos o de ninguno, hizo de Podemos la fórmula capaz de plantar cara a un ciclo electoral que se esperaba vibrante, ilusionante y, sobre todo, esperanzador. Resultó rotundamente acertado, Podemos tomó forma de maquinaria electoral con un partido más centralista y conductor, y consiguió seguir marcando hitos históricos en la pugna por dirigir el país para las mayorías sociales.

Tras finalizar un periplo sin descanso es necesario volver a la reflexión, replantear el camino y el horizonte de un Podemos que tendrá que ser, estar y anclar sus raíces en los territorios, en la profundización en lo rural, en la consolidación de lo urbano, en construir un Podemos parecido a España, con su pluralidad y su patria, la gente común.

Tenemos una nueva esperanza de ser la herramienta que no nos dejó construir la inmadurez y el ciclo electoral. Está ante nosotros la posibilidad de recuperar aquella ilusión inicial que a muchas y muchos nos impulsó a acercarnos a una asamblea para mirar y escuchar, para después intervenir, aprender, ser y construir organización. Toca evolucionar y por tanto mejorar lo conseguido con anterioridad, lo que tenemos ante nuestros ojos es distinto a lo que tuvimos en dos mil catorce, estamos ante una nueva etapa.

La asamblea estatal, Vistalegre II como popularmente se conoce, debe ser un nuevo hito que nos haga avanzar juntas, que nos catapulte adelante con las personas que faltan, que estuvieron y decayeron, que no lo vieron claro, que no se atrevieron, que no están convencidas. Nos situamos en la previa al congreso inmersas ya en una votación para decidir cómo queremos que se desarrolle la asamblea estatal, si manteniéndonos en Vistalegre I y no evolucionar, o entender que estamos ante un nuevo reto y debemos democratizar y feminizar aún más un Podemos que necesitamos agrandarlo lejos del centralismo, que necesitamos ser más para ganar España, para toda la gente, la que sufrió, la que sigue sufriendo, la que se desilusionó, la que sigue ilusionada, la que falta por ilusionar, la imprescindible para dirigir el nuevo horizonte de nuestro país.

Toca recuperar la ilusión ante el nuevo reto que se nos abre, toca democratizar aún más y ‘territorializar’ Podemos. Estamos ante una nueva esperanza, no la desaprovechemos.

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