Page intenta sumar al aspirante 'sanchista' a su candidatura para evitar que vuelva Cospedal

Propuesta de unidad para impedir que el PP regrese al Gobierno regional. Bajo este argumento, Emiliano García-Page ofrece a José Luis Blanco que se integre en su proyecto de cara a las primarias del PSOE de Castilla-La Mancha.

TOLEDO.- Emiliano García-Page ha hecho oficial este martes su precandidatura a la Secretaría General del PSOE de Castilla-La Mancha, tendiendo la mano a su rival, el 'sanchista' José Luis Blanco, al que ha ofrecido sumarse a su proyecto. 

Una propuesta que ha lanzado ante los medios de comunicación durante la presentación de su candidatura, para la que ha pedido "todos los apoyos". Y es que para García-Page "una cosa fue el debate de primarias en Madrid y otra cosa es esto", puesto que en Castilla-La Mancha el PSOE está gobernando y se juega "acabar en condiciones la legislatura, rematar el programa comprometido y revalidar el Ejecutivo en dos años". 

Por ello ha pedido que, de igual manera que él defiende que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, sea también el candidato a la Presidencia del Gobierno, "no se ponga en riesgo el Gobierno de la región, las políticas de cambio y reconstrucción" emprendidas en Castilla-La Mancha. 

Ha manifestado su respeto hacia quienes piensen que se deben separar "radicalmente" los cargos públicos de los internos, "pero espero que no se lo apliquen a nuestro secretario general, porque sería una incoherencia". Apreciación que ha aprovechado para lanzar un mensaje, sin nombres pero con un claro destinatario, a su rival en estas primarias, José Luis Blanco, puesto que "si alguien apuesta por la separación radical, es algo que vale para todos: diputados, alcaldes o concejales". 

Una "bicefalia" en el partido que defiende abiertamente el también alcalde de Azuqueca, y ante la que García-Page pide "responsabilidad", puesto que de aplicarse la misma "a conciencia", el resultado sería que de ganar la Secretaría General tendría que dejar la Alcaldía, y eso "no lo quiero bajo ningún concepto", ha apostillado. Un modelo que el toledano considera "respetable" pero que no comparte, y ante el que pide un ejercicio de responsabilidad. 

En este sentido, Page ha subrayado su lealtad al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, con el que ya habló sobre su candidatura hace unas semanas y al que también ha comunicado su decisión. Un Pedro Sánchez con el que coincide en no querer ser "ni presidente ni secretario general a cualquier precio". 

Asimismo, Emiliano García-Page ha querido destacar la importancia que ha tenido en su decisión la conversación mantenida con Sánchez, "coincidimos en qué era lo mejor que le podía pasar a Castilla-La Mancha y lo más conveniente para que desde aquí pudiéramos ayudar a ganar en el conjunto de España", ha apuntado, sin querer abundar en el contenido de la misma para "no poner en un aprieto" al secretario general del PSOE y que se pudiera interpretar como una posición de parte. No obstante, también ha querido dejar claro que "bajo ningún concepto" Sánchez le ha planteado que se quite de en medio, "más bien lo contrario"

UNIDAD PARA EVITAR QUE VUELVA COSPEDAL 

Defiende para sí un segundo mandato que le permita no dejar a medias el trabajo, "para que no pueda volver Cospedal". En este sentido ha subrayado el carácter conservador de esta región, una tierra en la que "es difícil ganar al PP", por lo que necesita "todos los apoyos en el objetivo de ganar a Cospedal". 

Para García-Page este planteamiento supone una "enorme responsabilidad" al final de su primer mandato, de estos últimos 5 años al frente del PSOE castellano‑manchego, que ha vivido "la etapa más conflictiva, difícil y compleja para los socialistas de Castilla-La Mancha" en toda su historia. 

Ha recordado así que tomó las riendas del partido tras la derrota sufrida en las elecciones autonómicas, después de 28 años de Gobierno socialista en la región. Unas riendas que cogió junto a su equipo, "para que el PSOE no se arrugara ni se escondiera" y para que "nunca nos dejáramos enterrar como era la intención de Cospedal y del PP". 

Un periodo que ha sido "muy difícil", en el que se ha debido aguantar la pelea "inmisericorde, la rabia, hostilidad y ataque sin piedad por parte de Cospedal y toda su gente", y que sin embargo "merecía la pena en sí misma" tanto por el PSOE como por los miles de ciudadanos que "las estaban pasando canutas con las políticas de Cospedal". 

Una resistencia "moral, reactiva, de enorme coraje y capacidad de unidad" a las que ha vuelto a apelar García-Page, recordando que supusieron el revulsivo para arrojar a Cospedal del poder. 

De este modo se emprendían dos años de reconstrucción de la Comunidad Autónoma, "haciendo lo contrario de lo hecho por el PP", y por lo cual siente "un enorme orgullo". 

Es por ello que, en este proceso a caballo entre lo interno y a media legislatura al frente del Gobierno, Page se plantea optar a la reelección para un segundo mandato, vinculando la condición de secretario general a "sacar los mejores resultados" y así "no dejar a medias la gestión del cambio progresista que estamos haciendo". 

En este sentido ha destacado el "permanente ejercicio de alpinismo" que es necesario hacer en esta región "siendo progresista" para gobernar, "teniendo que defenderme del PP y gestionando la situación con Podemos", buscando además la complicidad de los agentes sociales, por lo que es sumamente importante "contar con el apoyo cerrado de la organización". 

ABIERTO A CAMBIOS Y NUEVAS CARAS 

Un objetivo para el que le gustaría contar con el ‘sanchista’ José Luis Blanco, al que ofrecía integrarse en su proyecto y así "cambiar las cosas que haya que cambiar dentro", pero "sin despistarnos" de cuál debe ser la meta. 

En este sentido García-Page considera que este proceso no debe servir para que el PP pueda transformar "los desafectos internos en falta de credibilidad o rechazos", ya que de lo que ahora se decida dependerá el ganar o perder las elecciones municipales y autonómicas. 

Una mano tendida al otro precandidato a la Secretaría General del PSOE castellano-manchego en la que también ha querido dejar claro que el 39º Congreso Federal ha supuesto "un antes y un después a muchas cosas". Algo que debe llevar a una aplicación "estricta" de lo planteado en términos internos, y en la que le gustaría que Castilla-La Mancha diera un ejemplo de "evolución y cambio". Para ello propone que, finalizados los procesos congresuales, desde esta federación se "lleve más lejos" lo acordado y se plantee una convención sobre las normas de funcionamiento interno. "No tengo límites para que hagamos cambios desde todos los puntos de vista", ha asegurado Page. 

Y en este contexto de cambios, García-Page ha avanzado que, si revalida su liderazgo como secretario regional del PSOE, planteará cambios en la dirección del partido. Habrá "muchas caras nuevas", avanzaba, un ejemplo de inclusión que preferiría "antes del debate o la pelea". Algo que no rehúye ‑ha precisado‑, pero que considera no deseable por parte de "la inmensa mayoría de la militancia y los ciudadanos", a los que gustaría que "todo el mundo remara" con el mismo objetivo e intención. 

En su opinión, no hay mejor manera para pilotar los dos años de legislatura que restan que teniendo "todo el apoyo posible" de una militancia que "se entregó en cuerpo y alma para desalojar a Cospedal". Un partido unido que, ganando las municipales y autonómicas, ayude a Sánchez a llegar a La Moncloa. 

Entre los primeros apoyos que ha recibido hoy Emiliano García-Page los de las Juventudes Socialistas de Castilla-La Mancha, con cuyos miembros ha mantenido un encuentro tras la presentación oficial de su precandidatura.

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