Un concejal de Ciudad Real cree que la ley de Memoria Histórica puede llevar a destruir conventos

El exedil de Ciudadanos y hoy concejal no adscrito en el Ayuntamiento de Ciudad Real, Pedro Fernández, asegura en un artículo de opinión que la ley de Memoria Histórica crea un "nuevo odio" que puede llevar a cometer "atrocidades", al tiempo que alerta de una izquierda de "nuevos inquisidores". 

CIUDAD REAL.- El exconcejal de Ciudadanos y actualmente no adscrito del Ayuntamiento de Ciudad Real, Pedro Fernández Aránguez considera que la ley de Memoria Histórica sirve para fomentar "nuevo odio" entre los españoles y que se cometan "grandes atrocidades".   

Así lo señala en un artículo de opinión remitido a los medios en el que partiendo de su crítica al decreto municipal por el que se va a cambiar el nombre a algunas calles de Ciudad Real, al amparo de esta ley, Aránguez se destapa y expone sin tapujos lo que piensa de la ley de memoria "histriónica", como llega a denominarla. 

Una norma que dice debe servir para "reconducir los fantasmas de épocas pasadas al vergel de la gehena y purificarse", pero que en su opinión "sirve y sirvió para fomentar el nuevo odio que todo español tiene en su interior", siendo capaz de sacarlo "para acometer, por desgracia, grandes atrocidades".  

Valoraciones que hace en un artículo que titula 'Distinta época, las mismas estupideces', en el que acusa a quienes aplican la ley 52/2007 de 26 de diciembre de "sectarismo", convertidos en "nuevos inquisidores" a quienes les ve capaces de "destruir casas-palacios, murallas y conventos".  

En este sentido, Fernández Aránguez, quien dejó la formación naranja argumentado que su compañero de grupo municipal era "un vago" y ahora se autodefine como "humilde concejal", acusa a "la izquierda y la extrema izquierda de Ciudad Real" -en referencia a los miembros de la Corporación de PSOE y Ganemos- de sectarios al aplicar esta norma. Asegura el concejal independiente que lo hacen por "odio" a la historia, al patrimonio histórico cultural y a los antepasados de los ciudadrealeños que vivieron en épocas diferentes. 

Y es que para Aránguez, el trasladar a hechos lo que sobre el papel recoge la ley de Memoria Histórica representa "sacar el cajón de los truenos" y le hace temer que "los viejos tiempos" en los que se quemaban conventos puedan volver a Ciudad Real. 

En este sentido, el edil no duda en dirigirse a los vecinos y asegurar que hoy Ciudad Real tiene poco patrimonio histórico en comparación con cualquier otra ciudad medieval de España porque "hubo genocidas" de ese patrimonio. Un término que, quizás Fernández Aránguez olvida, se refiere al "exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza, etnia, religión, política o nacionalidad"; personas víctimas de la persecución y la violencia sufrida durante la guerra civil y la dictadura, a las que precisamente la ley de Memoria Histórica pretende reconocer y amplía sus derechos. 

No obstante, el edil sigue en su argumentación y apunta que en su día esos "genocidas de nuestro patrimonio" serían "progres", que no veían más allá del árbol que les tapaba el bosque, y a los que equipara con los de hoy en día en Ciudad Real. "Progres" que para Fernández, "ya han enseñado la patita" al retirar a un almacén la estatua del Alférez Provisional, "o como se le llamó después de quitarle todo el sentido político y dejarla neutra, Monumento de homenaje al Ejército", precisa molesto el exconcejal de Ciudadanos. 

Pero Fernández Aránguez no se queda ahí y apunta en su escrito otros pretendidos 'toques' de Historia, preguntándose qué sería de Egipto si Ganemos y el Partido Socialista de Ciudad Real pasaran por allí. "Anda que no tendrían trabajo ni ná [sic]" -escribe el concejal- "mandando a almacenes estatuas de faraones fascistas de la antigüedad y dinamitando pirámides por exaltación del poder de los faraones como dictadores del pueblo después de muertos". 

Comentarios con los que el exedil de la formación de Rivera refleja claramente cuál es su posición respecto a la Memoria Histórica y lo que con ella se ha buscado en sus ya más de diez años de vigencia, más allá de lo 'ajustado' o no de sus comparaciones, las cuales parecen responder al título que Fernández Aránguez pone a su artículo. 

GUERRA DE GUERRILLAS

De vuelta a Ciudad Real, asegura el concejal que en la ciudad son varias las edificaciones patrimoniales que "están en el aire" y con los que los "progres" no aclaran qué van a hacer. La puerta del Torreón, la casa de la Cruz Roja, así como los conventos de las Concepcionistas y el de las Terreras son los ejemplos que cita Aránguez, patrimonio por el que dice está dispuesto a luchar, "contra la sinrazón, con escasas armas y bagajes". 

En este sentido, el concejal anuncia su intención de emprender "una guerra de guerrillas" para conservar el patrimonio histórico de la ciudad, aunque reconoce que será "difícil" luchar –cual Quijote- "contra gigantes con cabezas de molino". No obstante, asegura que no le harán "tragar jamás" que "con odio se actúa con razón". 

Dicho esto, aprovecha este 'desahogo' para subrayar que el cambio de la nomenclatura de las calles de Ciudad Real, "no se ha hecho por consenso de todos los grupos políticos, ni tampoco en base a ninguna ley", sino que se ha hecho "como solo ellos hacen las cosas... ¡Por decreto!", concluye el concejal. 

Una imprecisión más de Fernández Aránguez, al que se le olvida mencionar que este cambio de nombres responde a un acuerdo alcanzado por la Mesa de Memoria Histórica del Ayuntamiento de Ciudad Real el pasado 26 de septiembre, en el transcurso de una reunión a la que él no asistió -por lo que tampoco pudo manifestar en el órgano competente el desacuerdo que ahora a través de los medios expresa-, como tampoco lo hicieron los representantes del Grupo Municipal Popular. Sí participaron en la reunión los representantes de PSOE, Ganemos y Ciudadanos, que por unanimidad aprobaron los cambios de nombres de las calles que incumplían la ley de Memoria Histórica. 

Un acuerdo que según los trámites establecidos debía ser aprobado posteriormente por decreto, e informado a la Junta de Gobierno Local y al pleno municipal. 

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