El trasvase del Tajo, punto de discordia entre Sánchez y Page durante su reunión en Moncloa

  • Tras su encuentro con el jefe del Gobierno central, el presidente de Castilla-La Mancha augura "tensión" en relación a las derivaciones de agua al Levante y asevera que esta práctica tiene que" finalizar, de manera abrupta o buscando alternativas".
  • Pese a las diferencias, Emiliano García-Page ha arrancado a Pedro Sánchez el compromiso de "suavizar" el trasvase a través de duplicar el agua desalada para 2021 y avanzar en un "auténtico" pacto del agua, en el que se escuche a todos los territorios.

MADRID.- No se lleva de su visita a Moncloa una fecha de caducidad para el trasvase del  Tajo al Segura, ni una fórmula mágica para buscarle alternativa, pero sí la intención del Ejecutivo central de duplicar la capacidad de desalación en Levante para el 2021 y de avanzar en un auténtico pacto del agua a nivel nacional. Un "cambio de actitud" respecto a la gestión del agua que ha considerado "positivo" el presidente del Ejecutivo castellano-manchego, Emiliano García-Page, tras la reunión mantenida este lunes en Moncloa con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a pesar de lo cual augura que en el corto plazo seguirá habiendo "tensión" respecto a los trasvases.

Una primera reunión oficial a la que Page acudía con un documento de más de cien páginas en las que se detallaban más de 150 reivindicaciones de la región, una de las principales el fin del trasvase Tajo-Segura.

Compromiso que no se ha obtenido como tal, aunque García-Page ha valorado y agradecido el "cambio de actitud y de talante" respecto al anterior presidente Mariano Rajoy, al que durante los tres últimos años solicitó en diversas ocasiones ser recibido y "a pesar de la predisposición retórica positiva", fue imposible, debido a que determinadas personas impedían y bloqueaban el acceso, en clara referencia a la exministra María Dolores de Cospedal.

Por ello ha considerado esta entrevista con Sánchez como "útil y provechosa". García-Page reconoce lo "complicado" de gestionar un giro en política de trasvases en el corto plazo, pero ha asegurado haber visto en el presidente del Gobierno "clara voluntad" de escuchar a todos los territorios.

Algo que, según el presidente castellano-manchego, "no quiere decir que no vaya a haber avances", sino que es muestra de la intención de avanzar en "un auténtico pacto del agua", de "conciliar posiciones y buscar alternativas evidentes" a la gestión que se ha venido realizado de este recurso.

Así, Emiliano García-Page es consciente de que en el corto plazo se va a seguir discutiendo por los trasvases, aunque de cara al medio y largo plazo ve una sensibilidad "distinta", un compromiso por dar un giro "razonable" en la gestión del agua.

Es por ello que augura que habrá "tensión en el corto plazo" y nuevos recursos judiciales, si  la Comunidad Autónoma considera que los trasvases que pueda aprobar el Gobierno contravienen sus intereses o no se ajustan a la legalidad.

Ha señalado así que el trasvase Tajo-Segura se mantiene en España "porque se hizo en la dictadura", ya que ahora no se habría planteado. Por ello considera fundamental que se avance en los derechos de la cuenca cedente, de modo que "esta hipoteca no sea eterna" y "finalice, ya sea de manera abrupta o buscando alternativas".

García-Page ha destacado así la importancia del compromiso del Gobierno  para aumentar la capacidad de desalación, de modo que en 2021 se haya doblado la actual. Una medida que si bien no supondría el fin del trasvase, sí serviría para "suavizar esta hipoteca".

"DISCUTIREMOS CADA TRASVASE"

Un compromiso que para el presidente autonómico representa un completo cambio respecto a lo planteado por el Gobierno del PP, desde el que se apostaba por seguir "la línea fácil" de los trasvases, aguantando de fondo el "ruido" que se hacía al respecto desde Castilla-La Mancha.

Reivindicaciones castellano-manchegas que no cesarán, puesto que "en el corto plazo seguiremos discutiendo cada uno de los trasvases".

Preguntado por otras medidas que se podrían plantear contra el trasvase al margen de los recursos judiciales de la Junta, Emiliano García-Page ha avanzado que "irán en proporción a la gestión que se haga desde el Gobierno".

"Lo que queremos es un acuerdo", insistía García-Page, para quien resulta "evidente" que el actual modelo de gestión del agua "está llegando a su final".

En este sentido ha recordado cómo durante la sequía el trasvase ha estado casi un año y medio sin estar operativo, debiendo en Levante beber y regar de la desalación. Por ello, que el Gobierno se plantee como objetivo para los próximos tres o cuatro años doblar la capacidad de desalación "es la mejor alternativa para el trasvase". "No es una fórmula mágica", ha reconocido García-Page, pero "es más de lo que esperaba del Gobierno de Rajoy", que apostaba por la línea fácil de los trasvases.

No obstante, el jefe del Ejecutivo castellano-manchego ha asegurado que seguirá reclamando a Sánchez lo mismo que pedía a Rajoy o a Zapatero, anteponiendo los intereses de Castilla-La Mancha a los de su propio partido. "La ventaja es que al presidente Sánchez se lo he podido decir a la cara", mientras que con Rajoy, quien "celebraba los trasvases", no fue posible.

Por ello ha subrayado esa posibilidad de poder "hablar con franqueza" con el presidente Sánchez, aunque la posición del Gobierno castellano-manchega vaya a ser la misma con él "y con quien venga".

García-Page no ha dejado pasar la ocasión para recordar la posición del PP regional, al que ha acusado de defender los intereses de Valencia y Murcia.

Por otra parte, ha subrayado la "clara estrategia" que en materia de agua existe en Castilla-La Mancha, una posición "rotunda" no solo respecto al trasvase Tajo-Segura, sino también frente a otro que "estuvo a punto de salir adelante", como el planteado desde el Tajo medio ya en Extremadura, que no salió adelante.

"Entiendo que en Murcia defiendan el agua regalada del Tajo, pero deben entender que esto se va a acabar", ha señalado Page, quien espera que el trasvase "no acabe por su peso", sino que sea objeto de un debate "sincero" entre todos, de modo que el agua se reparta "entre todos, también para quien la ve pasar a su lado".

REVISIÓN PLANES DE CUENCA

Pero además del aumento de la desalación, García-Page ha destacado también otras líneas de actuación, a través de la gestión de la ley de Transición Ecológica. Un marco legal en el que se reconocerá la necesidad de revisar, "en el corto y medio plazo" los planes hidrológicos de cuenca -revisando la capacidad de la cuenca y de los embalses de cabecera, en el caso de la del Tajo-, lo cual sumado a la "nueva cultura del agua", con alternativas al trasvase, terminarán haciéndolo "innecesario".

"No estoy contento al cien por cien con la estrategia", ha reconocido el presidente castellano-manchego, para quien sin embargo es "evidente" el cambio de voluntad y de actitud del Gobierno de España respecto a la gestión del agua.

Al margen de esto, García-Page ha señalado que si en España se quieren trasvases, estos deben ser "de todos los ríos", y no solo "de aquel que hizo Franco".

Si para poner fin al trasvase Tajo-Segura el problema es el precio, el presidente castellano-manchego se ha mostrado dispuesto a que el del agua desalada sea el mismo del agua del Tajo, puesto que de eses modo "se reduciría la gestión mercantil" que se hace actualmente del agua.

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