El expresidente castellano-manchego José María Barreda deja la política tras sus discrepancias con Pedro Sánchez

  • Al término de esta legislatura y tras más de 35 años en primera línea política volverá a la docencia en la Universidad de Castilla-La Mancha, en la que es profesor titular de Historia Contemporánea.
  • La decisión se hace pública una semana después de que la dirección socialista le apartara de la Diputación Permanente del Congreso tras haber criticado la figura del relator planteada para la mesa de negociación con los partidos catalanes.

TOLEDO.- Tras más de 35 años en primera línea, José María Barreda, expresidente de la Junta y diputado nacional por la provincia de Ciudad Real desde 2011 ‑año en el que perdió el Gobierno regional frente a María Dolores de Cospedal‑, ha anunciado por sorpresa este miércoles que abandona la política y que se dispone a volver a su puesto como profesor de Historia Contemporánea en la Universidad castellano‑manchega.

Esta decisión, que comunica pocos días después de que la dirección del PSOE decidiera apartarle de la Diputación Permanente del Congreso, la ha confirmado él mismo en una conversación informal con periodistas en los pasillos de la Cámara Baja, aunque afirma que se la trasladó las pasadas navidades a la dirección del PSOE de Castilla-La Mancha.

"Me tengo que reciclar", ha admitido el dirigente socialista, quien asegura que efectuará su incorporación a la docencia después de que el 5 de marzo se disuelvan las Cortes Generales, según adelanta hoy el diario 20minutos. Ingreso a la Universidad que ya ha pedido, por lo que Barreda no volverá a repetir en las listas del PSOE al Congreso de cara a las elecciones del 28 de abril, independientemente de lo que decida el partido.

El todavía parlamentario ha dicho que lleva muchos años sin dar clases, concretamente desde que ocupa responsabilidades en la primera línea de la política, aunque ha dado algún curso de doctorado. Sí afirma que mantiene el contacto con los profesores de su departamento, con lo que ha dicho que "hay buen rollo". Sobre esta inminente vuelta a las aulas, el expresidente de Castilla-La Mancha ha asegurado estar "contento" y no ha ocultado su "ilusión".

DISCREPANCIAS CON PEDRO SÁNCHEZ

Aunque no lo ha querido vincular directamente a su retirada, todo apunta a que en la decisión de Barreda han influido las discrepancias que ha mantenido públicamente estas últimas semanas con el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, por su diálogo con los independentistas.

En este sentido, cabe recordar que el diputado ciudadrealeño dijo "no entender" qué estaba proponiendo la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, al plantear la propuesta de introducir la figura de un relator en la mesa de negociación con los partidos catalanes.

Barreda señaló que "las medias palabras" no habían "ayudado a la comprensión de esta figura", por lo que consideraba que lo que debía hacer su partido era "clarificar las cosas" en Cataluña, puesto que "no merece la pena resistir a toda costa", siendo necesario "lanzar un mensaje al conjunto de los españoles".

Duras críticas por las que la dirección de su partido, concretamente la portavoz del Grupo Socialista y vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, no dudó en sustituirle de la Diputación Permanente del Congreso por la portavoz de la Comisión de Cooperación al Desarrollo, la madrileña Carlota Merchán. Una situación que el propio Barreda denunció el pasado jueves, al no haber sido informado personalmente del relevo, el cual se mostró convencido de que responde a la posición crítica que mantiene respecto a la cúpula del PSOE.

"Algunos han resucitado aquello de quien se mueve no sale en la foto", llegó a decir el expresidente castellano‑manchego tras ser sustituido. Y aunque prefirió no dar mayor importancia al asunto, sí incidió en que después se cruzó "varias veces" con miembros de la dirección del Grupo sin que ninguno de ellos le dijera "nada".

En cualquier caso, el anuncio de José María Barreda de dejar la política se suma a la amplia renovación que pretende llevar a cabo Pedro Sánchez en su grupo parlamentario del Congreso. De hecho, según calculan algunos de ellos, esta medida va a suponer que el 60 por ciento de los actuales diputados no repetirán en la siguiente legislatura.

De los 84 diputados con que cuenta actualmente el PSOE, no más de veinte están considerados "pedristas", por lo que todo apunta a que Sánchez aprovechará que la ejecutiva federal tiene la última palabra a la hora de cerrar las candidaturas para dar entrada a nombres de su confianza, entre ellos ministros y secretarios de Estado de su Gobierno, miembros de la ejecutiva y socialistas contratados en la Moncloa.

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