Opinión

Respuesta al editorial de 'El Mundo': la educación no es una bandera

El editorial de El Mundo del pasado martes 9 de abril, titulado “Rivera y la bandera de la educación”, es probablemente lo más incoherente que se pueda escribir sobre cómo abordar la cuestión educativa en España.

El artículo empieza diciendo que “España no se puede permitir que el pacto de Estado educativo continúe siendo una quimera”, para luego resaltar uno los elementos que dificultan llegar a un pacto, como es el papel de las lenguas cooficiales. Para construir un pacto no se puede hacer enfrentándose desde el principio en temas que polarizan el debate, por lo que subrayar este tema por encima de otros es contrario a la voluntad de llegar a un acuerdo.

Este editorial también culpa a Pedro Sánchez del fin de las últimas negociaciones para el pacto y lo achaca, como todo lo que hace Sánchez últimamente según ciertos sectores mediáticos, a querer contentar a sus “socios separatistas”. No dicen que el fin de dichas negociaciones no fue enexclusiva responsabilidad del PSOE, ni que los motivos fueron la falta de financiación que el gobierno de Mariano Rajoy quería comprometer.

Por otro lado, el artículo olvida convenientemente quién se cargó la mejor ocasión de alcanzar un pacto educativo, con Ángel Gabilondo de ministro de Educación, gracias a una propuesta que ya estaba consensuada y que dinamitó el PP en el último momento por “sectarismo y cortoplacismo electoral”, como lo caracteriza el propio editorial.

Este ataque al “sectarismo y cortoplacismo electoral” que realiza el artículo es, sin embargo, su mayor incoherencia, ya que para solucionarlo pide a los partidos que hablen más de educación durante la campaña electoral, que no son adecuadas para llegar a acuerdos porque los intereses electorales son los que priman durante la campaña.

Además, vistas las propuestas que más repercusión han tenido hasta ahora, como la de Rivera para crear una asignatura sobre la Constitución ignorando que la Constitución ya se trabaja en las escuelas, o la dePablo Casado diciendo que el castellano debe ser lengua vehicular y a la vez defendiendo el bilingüismo, es preferible que los partidos no hablen de educación.

La educación no es una bandera, así que lo mejor sería que nadie la enarbolase durante la campaña electoral. Salvo que, en realidad, lo que quieran es que el pacto sea imposible.


Pablo Martín Calvo
Maestro y pedagogo

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