De llamarle ”impresentable” a entrar en su Gobierno: la historia de Page y Podemos para la investidura de Sánchez

El presidente del Ejecutivo castellano-manchego reconoce la ”legitimidad” del partido morado de pretender entrar en el Ejecutivo central, aunque recuerda cuando a él los responsables de esta formación en la región le dijeron hace cuatro años que no irían ”ni a misa” con los socialistas, y dos años después reclamaron un sillón en su Consejo de Gobierno.

TOLEDO.- El socialista Emiliano García-Page acaba de iniciar su segundo mandato al frente del Gobierno de Castilla-La Mancha y lo hace con la ”seguridad” que le da contar con mayoría absoluta en el Parlamento autonómico, aunque convenido también de que lo que corresponde ahora es hablar con todo el mundo, también con el resto de partidos, para tratar de consensuar el mayor número posible de asuntos.

Algo que ya se dio durante la pasada legislatura en más de la mitad de los asuntos que su Gobierno trasladó a las Cortes y que conseguía ”a pesar de tener que lidiar enfrente con el partido de María Dolores de Cospedal, que es un poco más que el del PP”, y también de tener en su gobierno durante los dos últimos años a Podemos.

Así lo recordaba este jueves el presidente del Ejecutivo castellano-manchego durante la primera entrevista concedida tras su investidura para encarar este segundo mandato, en la Cadena SER, en la que García-Page no se olvidaba de quienes sobre el papel siguen formando parte de su gobierno en funciones y cómo llegaron a él.

En este sentido, García-Page recordaba cómo hace cuatro años, cuando se negociaba la formación de gobierno y en Castilla-La Mancha no había más opción que la suya, puesto que Podemos o le votaba a él o permitía que Cospedal siguiera siendo presidenta, llegó a ofrecer a la formación morada la posibilidad de entrar en el Ejecutivo o al menos de planteárselo.

”Me dijeron que con nosotros no iban ni a misa, que somos impresentables”, recordaba durante la entrevista, y a pesar de lo cual a la vuelta de dos años pensaron ”que les convenía más estar en el Gobierno por aquello de la visibilidad”. Algo que le hicieron saber ”de una manera bastante lamentable”, subrayaba García-Page, votando en contra de unos presupuestos que se habían pactado con ellos ”hasta el milímetro”. ”Cada uno tiene sus modales y sus formas”, apostillaba el socialista.

Declaraciones que hacía al ser preguntado  por el posible acuerdo de investidura a nivel nacional entre Pedro Sánchez e Pablo Iglesias, y si uno de los problemas para haberse dilatado en el tiempo el acuerdo pudieran ser las diferencias personales entre ellos. García-Page considera que si más que de cuestión numérica se trata de desconfianza personal, ”eso se supera”, como bien pudo dar testimonio de ello durante la pasada legislatura.

No obstante, está convencido de que al final ”el proyecto que se tiene que imponer en esta legislatura es el que ha ganado claramente las elecciones, el del PSOE”.

Por otra parte, y preguntado por los resultados del CIS que apuntan que el nivel de preocupación con los políticos y los partidos se sitúa a niveles de 1985 ‑para un tercio de la ciudadanía los políticos son el segundo problema del país, García-Page considera que el enfado no es tal con todos los políticos por igual. ”Sí puede haber un 'cabreo' con la utilización de los votos después de las elecciones hecho en sentido contrario al que la gente ha pensado”, algo ‑apuntaba‑ que ”genera zozobra”.

Asimismo a esta situación cree que puede contribuir también el hecho de que ”se tarde mucho en restablecer la normalidad institucional, en que se pueda llegar a acuerdos”, lo cual ”desazona” a la gente. De este modo, si tuvieran que repetirse las elecciones, no tiene duda de que este dato ”podría ser mayor” y perjudicaría ”a todas las formaciones”.

INVESTIDURA DEMASIADO TARDÍA

En este sentido, y sobre el retraso de la investidura al mes de julio, García-Page entiende que tres meses ”no es un plazo normal”. Reconoce que la celebración por medio de elecciones municipales y autonómicas también ”matiza” la situación, aunque se podría haber planteado algo antes.

En su opinión, el ”problema” en este caso es que en estas elecciones, a diferencia de otras, la noche electoral dejó claro en el ambiente que ”la única alternativa era la del PSOE” y que ”inevitablemente habría gobierno”.

Desde entonces hasta ahora, ”unos por otros” se ha ido retrasando. ”Unos porque han dicho que quieren estar cuatro años criticando a Sánchez porque se alía con los independentistas y otros porque realmente no lo van a poner fácil”, algo que considera ”legítimo”, pero puesto que no ha habido un proceso de negociación como tal, ”me temo que lo van a tener que sustanciar en unos días”.

LA ”LEGITIMIDAD” DE PODEMOS

Un acuerdo que está convencido que es posible, aunque sobre la propuesta de Iglesias de intentar en julio una investidura de un gobierno de coalición PSOE‑Podemos y si es rechazada por la Cámara, abrir la puerta a un acuerdo sin ministerios, García-Page considera que lo que viene a decir es que ”su posición no es absoluta”. Así, si está dispuesto a no estar en el gobierno a la vuelta de unas semanas, lo que hace con este planteamiento es ”estar tirando por tierra su propia ambición”.

Para el presidente electo de Castilla-La Mancha la formación morada tiene ”legitimidad” para pedir estar en el Gobierno. Algo que da por hecho se hubiera producido tras aquella sucesión de elecciones que tuvo como consecuencia que el país estuviera durante un año sin gobierno. Entonces, detallaba, ”si hubiera sumado el PSOE con Podemos, literalmente, o se hubiera quedado muy cerquita con el PNV, hubiera habido coalición de gobierno”.

Sin embargo en este momento el problema reside no solo en que la formación morada ”no suma” al PSOE la mayoría necesaria, sino que también su presencia ”supone vetos”. Es por ello que el socialista asegura entender ”la lógica” del presidente del Gobierno, al plantearse que si para cada asunto que va a tener que llevar al Parlamento tiene que estar discutiendo con seis distintos, prefiera tener un gobierno único en lugar de ”un proceso interminable de gestación” ante cualquier decisión.

Así, si lo que quiere Podemos es estar en un gobierno con la sensación de que haya dos, ”malo”; mientras que si lo que pretende es vigilar al PSOE porque no se fían, esa labor ”se hace desde el Parlamento, no hace falta estar en el gobierno”, les ha recordado.

UNA ABSTENCIÓN, ”MUY ÚTIL Y EJEMPLAR”

En lo que respecta a sus preferencias sobre la investidura, preguntado si preferiría que fuera con los votos de Podemos y los nacionalistas o con la abstención de PP y Ciudadanos, Emiliano García-Page precisaba que esa votación es ”el arranque” y que ”lo verdaderamente preocupante” para él y para el resto de españoles es que detrás está la ”incertidumbre política” en lugar de los años de ”relativa calma y tranquilidad” que busca la ciudadanía.

En este sentido, subrayaba que quienes ”llegaron a la política para cambiarla, para regenerarla, quienes decían que la estabilidad en sí misma era un problema”, son hoy quienes ”están consiguiendo que se cronifique” la situación y ”se piense de forma imposible en un escenario de serenidad, ni siquiera de mayoría”.

A su juicio, ”lo peor” de este momento es que la investidura del presidente del Gobierno ”no se puede cerrar sobre la base de un acuerdo de cuatro años”, ya que con Podemos es ”insuficiente”, incluso con el PNV, y depender del independentismo, más allá del problema del soberanismo y el órdago que plantean, reside en que están demostrando que ”son impredecibles”, una fórmula por tanto ”nada sólida”.

En cuanto a una supuesta abstención de PP y Ciudadanos, aunque por parte de los populares ”fuera solo por devolverle el favor al PSOE, que lo hicimos en su momento y a un precio carísimo”, considera García-Page que sería ”muy útil y ejemplar para España”, al permitir ”arrancar el gobierno”. Algo que, precisa, no significaría aprobar los presupuestos para dar estabilidad, pero al menos ”no hay moción de censura alternativa”.

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