Dionisio Cañas, el "excitador" de Tomelloso comprometido con cambiar el mundo

  • El escritor y artista local presentó el sábado en el antiguo círculo liberal la reedición de Tomelloso en la frontera del miedo, un libro "completamente vivo" pese al paso de los años.
  • Acompañado de Santiago Arroyo, Cañas ofreció una conversación placentera en la que hubo tiempo para las anécdotas y la crítica más mordaz de la actualidad.

CIUDAD REAL.- En el pasado fin de semana no aconteció una simple presentación al uso de un libro cualquiera. Tampoco quedó solamente en un diálogo entre dos amigos. Lo que dio el sábado fue el renacer, durante unas horas, de la obra de Dionisio Cañas (Tomelloso, 1949), uno de los artistas en vida más internacionales y reconocidos de La Mancha.

Una síntesis que amparó desde el comentario del número que la revista Monograma dedicó al poeta, producto del simposio realizado previamente en la Universidad de Salamanca; hasta la reedición de su libro Tomelloso en la frontera del miedo, que ha vuelto a las librerías después de que lo hiciera por primera vez hace ya más de tres décadas.

Todo ello se programó en el Casino de Tomelloso, otrora Círculo Liberal, donde pasaron socios ilustres como Francisco Martínez ‘el Obrero’. Y a pesar que, desde hace algún tiempo, al casino le toca compartir espacio con moradores poco dados a la palabra; los conferenciantes demostraron que este no ha dejado nunca de ser un lugar de encuentro entre las figuras del carácter más intelectual de la localidad.

UN AUTOR COMPROMETIDO

La conferencia no solo contó la presencia de decenas de asistentes y curiosos, expectantes de que el autor pudiera desglosar su creación. También estuvo presente Santiago Arroyo, uno de los investigadores que ha ayudado a sacar a la luz tanto el simposio como la reedición del libro.

Arroyo comenzó destacando el papel multidisciplinar de Dionisio Cañas, que está lejos de reducirse a la literatura y la poesía. El investigador aprovechó para adelantar al público que el tomellosero ya ha preparado su próximo proyecto: un libreto de ópera con toda la escenografía, que esperan poder estrenar en el 2022, durante el Festival de la Ópera de Granada.

Tras la revelación, Santiago Arroyo abordó el origen de su relación personal con Dionisio, al que conoció en 2002 a través de su padre. También habló de cómo hace más de una década el artista le dijo que tenía pensado dejar de escribir y, por fortuna, "está todavía dando mucho que hablar".

Acto seguido, Arroyo reclamó el papel de las Humanidades en la sociedad, en sus palabras, "una de las cuestiones que más necesitamos". El profesor de la Carlos III aseguró que España no está preparada para "competir con China en mano de obra barata", pero sí puede hacerlo a través de la tradición cultural, "de la cual Dionisio es su máximo representante".

Santiago Arroyo comparó la filosofía de Cañas con la de otros tres autores vinculados a Salamanca: Fray Luis de León, Francisco de Vitoria y Miguel Unamuno. Con todos ellos comparte, según el propio profesor, "el impulso transformador". Y es que, para Arroyo, no se entiende la la vida de Dionisio Cañas "sin la filosofía, ni su filosofía sin la acción".

Después, el miembro de la editorial Almud habló de Cañas como un "excitador de Tomelloso", siempre interesado en "dar que pensar, dar que hacer, moverse y actuar". Una capacidad que resumió acertadamente en una palabra: "compromiso".

No habiendo sido suficiente relacionar al escritor tomellosero con algunos delos pensadores más influyentes de la historia de España, Arroyo se permitió además la licencia de "conectar" a Cañas con Francisco Martínez Ramírez. El fundador de El Obrero de Tomelloso, murió en 1949, año del nacimiento de Dionisio Cañas. "La primera y la última historia literaria de Tomelloso", según las palabras de Arroyo.

UNA HISTORIA COLECTIVA

Llegó al fin la intervención de Dionisio Cañas, que abrió agradeciendo a los integrantes de la editorial Almud, responsables de la reedición del libro. El tomellosero narró como hace tres décadas le contactó el entonces alcalde de la localidad, Javier Lozano, con el objetivo de que escribiera una continuación de los relatos de Francisco García Pavón sobre la historia de la ciudad.

Un relevo en el que se decidió emplear a otro artista de la pluma en lugar de un historiador al uso. Se trataba, según Cañas, de contar "una historia para el público general, no solo para especialistas". El autor asegura que aceptó la oferta a cambio de que se becaran a varios estudiantes para realizar una investigación previa.

Entre los becarios, se encontraban Carlos Moreno, que hizo la parte de deporte; Miguel Ángel González, que estudió el periodo de la Guerra Civil; así como las que Dionisio Cañas considera "sus verdaderas colaboradoras": Emilia García Bolós y Magdalena Aliaga, que aparecen como coautoras del libro.

El escrito aborda la historia de la localidad ciudarrealeña en la que fueron sus momentos más convulsos: desde la instauración de la Segunda República hasta bien entrado el franquismo. La nueva edición esta totalmente revisada y puesta al día. Además, incluye capítulos nuevos, como la historia de la familia Arrarte, propietaria de la cooperativa "La Protectora" o la de Bonifacio Carrión Martínez, un profesor falangista que acabó en un trágico final.

Con respecto a la obra, el escritor y artista local resaltó que se trataba de "un libro abierto, que se puede ampliar y está completamente vivo". Un relato "colectivo" que se aleja de las lecturas "inasequibles" para el lector medio de la historiografía oficial, narrado para cualquier lector.

Cañas se inspira en la ‘intrahistoria’ de Unamuno, así como en el concepto de la ‘microhistoria’ que empezaron a desarrollar algunos autores italianos a partir de los años setenta. "La historia de los que no tienen historia. Una historia rural. […] La historia de Tomelloso".

UN LIBRO JUSTO Y CONCILIADOR

Una historia vista a través de un hombre distanciado de los habituales relatos de monarcas y batallas y que tuvo su primer contacto en la materia por las chuletas que preparaba para los exámenes de la asignatura.

Dionisio Cañas no solo se aleja del modo de los historiadores oficiales. También es distante con aquellos que toman parte. El libro, desde la visión del autor, trata de ser "conciliador" y "equilibrado". No busca ser una lectura "ideológica" o con una clara "tendencia", más allá de que la Guerra Civil fuera un enfrentamiento entre los defensores de la democracia y los enemigos de esta.

A Cañas le parece ridículo que algunos quieran comparar la España de hoy con los hechos de 1936, cuando nuestro país ha pasado de sufrir altas tasas de analfabetismo a contar "con la juventud más preparada". "Ahora habrá guerra de palabra, pero no de tanques", resume el artista.

El poeta y escritor tomellosero comparte la visión que plasmó el filósofo búlgaro Tzvetan Todorov en su libro La memoria, ¿un remedio contra el mal?. Coincide con él en que "la memoria del pasado" no puede servir "para levantar un muro infranqueable entre el mal y nosotros".

Para Cañas, que hace suyo a Torodov, el mal no es un objeto a "erradicar", sino a "comprender, conocer y domesticar". Brota "de la misma fuente que el bien". Y también recuerda que "los mejores relatos del mundo nunca están separados".

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