"Cuando vi a mi padre, vi la muerte": habla la familia de una víctima de covid en la investigada residencia Elder

  • Una de las familias de las decenas de residentes que fallecieron en este centro privado de Tomelloso durante la primera oleada de la pandemia relata a PeriódicoCLM cómo fueron aquellos momentos, cómo se enteró de la muerte de su padre y por qué reclama ahora en los tribunales que se esclarezca lo sucedido.
  • En este momento un juez mantiene abiertas diligencias al considerar que la gestión de la residencia en esta crisis sanitaria hace presumir la posible existencia de delito de homicidio por imprudencia y omisión del deber de socorro. 

 

CIUDAD REAL.- El paso de la primera ola de la pandemia de coronavirus por Tomelloso hizo estragos, decenas de muertes y dolor llenaron esta localidad ciudadrealeña, en la que lo sucedido en la residencia de mayores Elder, de titularidad privada, tuvo un papel protagonista. En ella habrían fallecido por covid-19 alrededor de 75 residentes, de los cuales más de 40 confirmados mediante PCR y otra treintena con síntomas compatibles.

Una tragedia que ha sido llevada a los tribunales por parte de un grupo de familiares de residentes que fallecieron en esa primera ola, los cuales quieren que se esclarezca lo que allí sucedió realmente y que se depuren responsabilidades. 

Demanda que ha sido atendida por el juez, que ve posible la existencia de un presunto delito de homicidio por imprudencia y omisión del deber de socorro.

Una de estos familiares, Vanesa, nombre ficticio con el que quiere preservar su identidad real, relata a PeriódicoCLM cómo fueron esos momentos que llevaron a la muerte de su padre y los motivos que les han llevado a plantear esta demanda contra el director de Elder, José Manuel Sampedro.

La relación de su familia con la residencia Elder comenzaba unos meses antes de la llegada de la pandemia, cuando el padre de Vanesa ingresó en la residencia. Al principio, relata, "todo iba bastante bien, la gente muy agradable", y aunque había algunas cuestiones que molestaban a la familia, como el hecho de que cuando acudían a visitar al abuelo tuviera "mucho olor a pipí" y la única forma de que le cambiaran el pañal era decir que se le llevaban abajo, "como el trato hacia él era bastante bueno y no estaba mal", se dejaba pasar.

Y así siguieron las cosas hasta que un día se anuncia el cierre de las residencias, comenzaba el mes de marzo, y Vanesa recibe una llamada desde el centro: "Vamos a cerrar la residencia por el problema del covid. Tienes media hora para venir a despedirte de tu padre", le dijeron.

"Va a estar cerrada dos o tres semanas como máximo", recuerda Vanesa que le explicaron desde la Elder, por lo que se confiaron en que era cuestión de poco y en que pronto podrían volver a besar y abrazar al abuelo, aunque ya no les daría tiempo.

Las visitas quedaron prohibidas en la residencia y la única vía para saber cómo se encontraba su padre era el teléfono. "Yo llamaba todos los días a mi padre y me decían que estaba bien", relata Vanesa. 

"Ellos en ningún momento se pusieron en contacto conmigo, era yo la que cada día llamaba por teléfono; si no me lo cogían, insistía", recuerda. Tal era su constancia que hasta un día, explica, "me contestaron muy mal y me dijeron que ya estaba bien de llamar tantas veces por teléfono".

En ninguna de esas llamadas se puso al teléfono el director de la residencia.

Llamadas que tan sólo se producían en un sentido, desde la familia a la residencia, y nunca en el contrario. Desde el centro, asegura, "nunca me llamaron".

Días que para Vanesa fueron "una pesadilla", en los que  llegó a pensar muchas cosas, "pero te las guardas", aunque no ha sido hasta pasado el tiempo cuando le han confirmado algunas de ellas por parte de otras personas. "Te queda la sospecha, pero nunca sabes la realidad".

Una situación que sucede mientras que al parecer el director del centro, José Manuel Sampedro, abandona la residencia tras confirmarse los primeros positivos

Es el 10 de marzo y las familias no tienen conocimiento de lo que está ocurriendo en el interior de la Elder, ni lo sabrán hasta que unos días después se encuentren de bruces con la situación en los medios de comunicación.

Aunque la presencia de vehículos del Sescam a las puertas de la residencia alertó durante el fin de semana del 14 y 15 de marzo de que algo estaba ocurriendo, el mensaje tranquilizador del propio Sampedro ese mismo lunes (16 de marzo, cuando el director vuelve a la residencia) publicaba en las redes sociales, asegurando que en el centro se estaba "trabajando con normalidad. La furgoneta que hay en la puerta es del hospital, verificando que todos los residentes están bien y haciéndoles pruebas del covid-19. Se está haciendo en todos los centros", escribía. Mensaje al que añadía que si cualquier familiar necesitaba información podía llamarle a su móvil, "pero está todo bien!!!", concluía.

En este momento ya habían fallecido al menos cuatro residentes por covid, otros tantos habían sido trasladados al hospital por su grave estado y eran decenas los que presentaban síntomas. Junto a ello, tal y como el propio Sampedro relataba dos días después en Telecinco, donde acudía para denunciar el supuesto abandono por parte de la Administración, había trabajadores con fiebre atendiendo a los ancianos, se triplicaban turnos y además carecían de medidas de protección.

Sin embargo las familias seguían sin saber cuál era la situación real de sus mayores. En el caso de Vanesa, no se le informó de que su padre se había contagiado. 

"Yo no lo supe en ningún momento. No me dieron noticias ningunas. Yo llamaba diariamente a mi padre y la respuesta siempre era que estaba bien".

"LE COSTABA RESPIRAR Y NO TENÍA OXÍGENO"

Hasta que llega un día que se produce una videollamada. "En cuanto vi a mi padre, vi la muerte", asegura Vanesa, quien no puede contener las lágrimas al recordarlo. "Se estaba muriendo y pedí a la persona que me puso la videollamada que por favor llamara a las enfermeras".

"Veía que mi padre se estaba muriendo, le llamé dos o tres veces y mi padre me giró la cara, eso fue muy duro", relata emocionada.

Fue entonces cuando desde el centro cortaron la comunicación, después de que ella pidiera por favor que se llamara a los médicos, puesto que veía que la vida de su padre se estaba apagando.

Horas después llegaba otra llamada. "A las cinco o las seis de la mañana me llamaron; había fallecido".

Han pasado los meses y Vanesa sigue con la duda de si alguien atendió su petición y llamó a los médicos. "Vi que le costaba respirar y que no tenía oxígeno", relata, "eso para mi fue suficiente".

Una llamada a la que siguieron momentos "muy tristes", al tener que enterrar a su padre en aquellas circunstancias. "Tres personas solas, tres horas en un tanatorio", recuerda. "No te dejan abrazarlo, no te dejan besarlo".

Un trago al que siguió el ver cómo su marido, "una persona que está delicada y que tuvo que estar allí tirado en un sofá del tanatorio", tuvo que ser hospitalizado al día siguiente al haber contraído también la enfermedad.

"Yo lo pasé en silencio en mi casa. Mi padre recién fallecido, mi marido en el hospital y yo llamando todas las noches a urgencias por la tensión, que iba para arriba".

Tras ello el silencio, también desde Elder, cuya único contacto fue la llamada de una psicóloga. "Me acuerdo que me llamó una psicóloga, no recuerdo en qué fecha. Sé que me dijo que era para darme el pésame por mi padre y para que Elder me mandara una tarjeta dándome el pésame", explica, también le preguntó "qué pensaba hacer".

En aquellos momentos Vanesa empezó a pensar que quizás la habían llamado porque creían que "algo había estado mal" y se ponían en contacto con ella para explicarle los pasos a dar.

"TENEMOS DERECHO A SABER"

Al pasar la primera ola, familiares de residentes y algunos trabajadores se manifiestan exigiendo la dimisión de Sampedro y se decide también emprender acciones legales contra el director del centro. "Tenemos derecho a saber qué ha pasado", explica Vanesa, "porque nuestros familiares estaban solos, porque no les hemos podido dar ni un beso ni un abrazo".

"Han sido todo mentiras, mentiras y mentiras", subraya. Y es que en su opinión si se hubiera explicado a la familia que estaba delicado, que estaba enfermo y se hubiera comentado el problema que tenía, la familia se podría haber hecho a la idea, "pero con mentiras no se va a ningún sitio".

Y es que están convencidos de que en ese inicio de la primera ola de la pandemia sucedieron cosas en la residencia Elder que deben ser aclaradas.

HAY MÁS PRUEBAS

Por ello han acudido a la Justicia, y el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Tomelloso ha abierto diligencias para investigar lo sucedido, a raíz de la demanda planteada por varias familias contra el director de la residencia de mayores Elder, José Manuel Sampedro, al considerar que los hechos descritos hacen presumir la posible existencia de delito de homicidio por imprudencia y omisión del deber de socorro.

Un proceso en el que además de los testimonios de los familiares, la acusación dispondría de otras pruebas, tal y como asegura rotunda Vanesa.

Una situación ante la que ve "mal" el comunicado emitido por el Patronato de la Fundación Elder -que preside el padre del director de la residencia- al conocerse que un juez investiga la gestión realizada en esa primera ola de la pandemia, defendiendo la gestión de Sampedro y los protocolos aplicados. "Tendrían que pensar más en el trabajo que se ha hecho, en lo que ha pasado, son personas".

Por ello quieren que se conozca la verdad sobre lo que allí sucedió y se depuren responsabilidades en su caso. Un camino que emprenden "para el resto de las personas también, porque todos tienen derecho a una vida digna".

Una lucha que están dispuestos a seguir también por la vía civil si la penal no prosperara.

PIDE AYUDA AL GOBIERNO REGIONAL

Sobre lo que aseguran no tener noticias es sobre el anuncio que hizo en su momento el Gobierno regional, cuando tras intervenir la residencia, avanzaba que emprendería acciones legales contra Sampedro tras su acusación pública de abandono por parte de la Administración autonómica, la cual desmintió categóricamente el director general de Salud Pública.

Junta de Comunidades a la que las familias piden ayuda. "Queremos que nos ayuden, es lo que necesitamos", para que se esclarezca qué pasó en la residencia.

Pero el testimonio de Vanesa no es el único al que ha tenido acceso PeriódicoCLM. También hay otra familia que nos han querido contar su historia, la cual verá también la luz este sábado.

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