Un policía de Torrijos es juzgado por ayudar al Pequeño Nicolás a hacerse pasar por emisario del Gobierno y la Casa Real

Formó parte de la comitiva con la que Francisco Nicolás Gómez Iglesias se presentó en agosto de 2014 en Ribadeo, asegurando ser un enlace entre la Vicepresidencia y el Rey.
Imagen tomada por el propio Pequeño Nicolás mientras era escoltado en su llegada a Ribadeo. PeriódicoCLM
photo_camera Imagen tomada por el propio Pequeño Nicolás mientras era escoltado en su llegada a Ribadeo. PeriódicoCLM

TOLEDO.- Un policía municipal de la localidad toledana de Torrijos, Carlos Pérez L.D., se enfrenta a una posible condena de cinco años y medio de prisión, por haber colaborado con Francisco Nicolás Gómez Iglesias -más conocido como 'el Pequeño Nicolás'- para hacerle pasar por un importante cargo público.

El agente ha tenido que declarar hoy ante el tribunal de la sección 17ª de la Audiencia Provincial de Madrid, donde también lo ha ha hecho Gómez Iglesias, a quien se le acusa de hacerse pasar por un enlace entre la Vicepresidencia del Gobierno y la Casa Real para organizar un encuentro en la localidad lucense de Ribadeo, con el presidente de Alsa, Jorge Cosmen, en 2014.

Hechos por los que se le acusa de delitos de usurpación de funciones públicas, falsedad en documento oficial y cohecho pasivo, por los que la Fiscalía pide siete años de prisión para él. Por su parte, la acusación popular que ejercen la Asociación Municipal Unificada de Madrid (APMU) y Podemos solicita once 11 años de cárcel; la Abogacía del Estado, 21 meses de prisión y una multa, y el Ayuntamiento de Madrid reclama tres años y medio de cárcel.

Según ha declarado ahora 'el Pequeño Nicolás', su intención no era otra que tirarse "el pisto con el empresario y hacer un viaje", una "inmadurez" -ha reconocido ante el tribunal- con la que quería asemejarse "a los mayores" y creerse poderoso. "Quería que pareciera que yo era una persona importante. No quería parecer una autoridad, solo una persona importante", ha declarado.

Asegura que ya entonces sufría un trastorno de la personalidad narcisista, por el que sigue tratamiento psiquiátrico desde 2016, y que su intención era darse "aires de grandeza", por lo que "cuantos más coches en la comitiva, mejor".

Es precisamente en esa 'comitiva', de la que formaban parte también cuatro conductores en sus respectivos vehículos, en la que Gómez Iglesias integraba al policía local torrijeño, así como a otro policía municipal de Madrid, Jorge G.H., los cuales se enfrentan a una petición de cinco años y medio de prisión para cada uno.

En su escrito de acusación, el fiscal detalla cómo el 13 de agosto de 2014 ambos almorzaron en un restaurante de Ribadeo. Una reunión a la que, según 'el Pequeño Nicolás', "asistiría una persona muy importante de la Casa Real". Algo que, sin embargo, no llegó a ocurrir en ningún momento.

Antes de esta comida, Gómez Iglesias habría contactado con los dos agentes municipales, a los que pidió que le proporcionaran los medios necesarios para hacerse pasar por un cargo público, a cambio de una gratificación por sus servicios. Presuntamente el policía madrileño habría recibido 2.000 euros y habría dado a su compañero 400.

Un extremo éste que ha negado el policía local de Madrid, quien ha asegurado en su declaración que no cobró por este trabajo.

Asimismo ha explicado que conocía a Gómez Iglesias de antemano y que al llegar a Ribadeo "se formó un gran revuelo de prensa y personas", debido al rumor de que al encuentro asistiría "algún miembro de la Casa Real".

Por su parte el policía municipal de Torrijos ha explicado que fue su compañero de profesión el que le pidió que acudiera a escoltar en un viaje a Galicia a "una importante autoridad", cuya identidad desconocía.

Del mismo modo, ha recalcado que no fue hasta más adelante cuando reconoció a Gómez Iglesias en televisión tras su detención, cuando se sintió "engañado".

También ha prestado hoy declaración el policía que dirigió la investigación, quien ha explicado durante su declaración ante el juez que en la comitiva se utilizaron vehículos "de apariencia oficial", que portaban rotativos policiales, lo que demostraría que el Pequeño Nicolás tenía la intención de hacerse pasar por una autoridad.

Según se ha puesto de manifiesto durante las declaraciones, los coches alquilados por Gómez Iglesias llevaban acreditaciones falsas del Ministerio del Interior que habría elaborado el propio acusado en su ordenador, las cuales se sumaban a los rotativos luminosos y aparatos de transmisión que, al parecer, el agente de Madrid habría retirado de dependencias policiales.

Una amplia y llamativa comitiva que era recibida a su llegada a Ribadeo por un coche y dos motos de la Policía Municipal, escolta que Gómez Iglesias había solicitado telefónicamente días antes, haciéndose pasar por un enlace entre la Vicepresidencia del Gobierno y la Casa Real.

Asimismo había reservado varias mesas y plazas de aparcamiento en el Club Náutico de la localidad lucense, indicando que acudiría "una alta personalidad de la Casa Real".

Puesta en escena que continuó ya en el restaurante, donde el Pequeño Nicolás fue recibido por el alcalde de Ribadeo, con el que "departió" brevemente antes de la comida con el empresario. En el transcurso de ésta, según se ha puesto de manifiesto durante las declaraciones, el policía municipal de Madrid habría interrumpido el encuentro indicando a Gómez Iglesias que tenía una llamada de la entonces vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, lo cual era falso.

Al término de la comida, toda la comitiva puso rumbo de vuelta a Madrid.

El juicio continúa mañana con la declaración de otros testigos, entre los que se encuentra el presidente de Alsa, Jorge Cosmen, con el que Gómez Iglesias se reunió en Ribadeo.

Se trata de uno de los juicios que se sigue contra el Pequeño Nicolás, por los que se enfrenta a un total de 27 años de cárcel, acusado de estafa, revelación de secretos o integración en grupo criminal, entre otros.

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