Greenpeace apunta al trasvase Tajo-Segura como principal responsable del desastre ambiental en el Mar Menor

En los últimos días se han recogido más de cinco toneladas de peces muertos en la laguna. Foto: GREENPEACE
photo_camera En los últimos días se han recogido más de cinco toneladas de peces muertos en la laguna. Foto: GREENPEACE

TOLEDO.- El desastre ecológico en el Mar Menor es consecuencia directa de la explotación del trasvase Tajo-Segura. Así lo asegura Greenpeace, que ha publicado este miércoles un informe sobre la situación que atraviesa la mayor laguna salada de Europa, con toneladas de peces muertos flotando sobre sus algas, exceso de algas y la contaminación de agrotóxicos.

Tras más de diez días de "sopa verde" y el cruce de acusaciones entre las distintas administraciones, incluida la castellanomanchega, la organización ambientalista ha sacado a la luz el documento 'El Mar Menor, una víctima del trasvase Tajo-Segura', donde ha revelado que las derivaciones hídricas al Campo de Cartagena han provocado el colapso ambiental de la albufera.

Las conclusiones del informe son claras. El trasvase ha traído consigo un desarrollo exponencial de la agricultura de regadío intensiva e industrial, causando un flujo continuo de agua superficial y subterránea contaminada que ha ido a parar al Mar Menor, lo que ha llevado a un proceso de eutrofización que los ambientalistas califican como "muy grave".

En cifras, el grupo ecologista ha señalado que las corrientes de agua procedentes de los regadíos arrastran unas 2.010 toneladas anuales de nitrógeno, unas 1.000 toneladas de nitratos y 240 toneladas de fosfatos, además de gran cantidad de pesticidas y otros residuos derivados de las actividades agrícolas. En cuanto a la ganadería, de carácter intensivo, estiman que vierte al mar unas 153 toneladas anuales de nitrógeno procedentes de los purines.

Esos vertidos de "nutrientes" se deben fundamentalmente al cambio de modelo productivo en la zona más cercana al Mar Menor durante las últimas décadas. Antes de que empezara a funcionar el trasvase en los años 80, el regadío apenas representaba el 13 por ciento de la superficie agrícola, y los pocos problemas ambientales en la laguna, que contaba con aguas cristalinas y un ecosistema vivo, se reducían al desarrollo urbanístico.

Pero en las últimas décadas ha habido un crecimiento "sin medida" de los cultivos de regadío, que han pasado de contar con unas 25.120 hectáreas en 1988 a unas de 60.700 en el año 2009. Además, y basados en datos del Ministerio para la Transición Ecológica, Greenpeace apunta a que habría más de 15.000 hectáreas por encima de las cifras oficiales.

La degradación del Mar Menor es tan grave que existe una investigación judicial desde diciembre de 2017, conocida como 'Caso Topillo', en la que la Fiscalía señala a antiguos directivos de la Región de Murcia, de la Conferencia Hidrográfica del Segura y a empresa del sector agrario por presuntos delitos contra el medioambiente y de prevaricación.

En resumen, desde Greenpeace han pretendido demostrar que la causa del "ecocidio" de la albufera son los vertidos contaminantes de los regadíos desarrollados a partir de los constantes trasvases del Tajo al Segura. En este sentido han manifestado que el "famoso 'Agua para Todos' ha matado al Mar Menor, o al menos lo ha dejado en un coma profundo".

TRASVASE CERO

Entre las demandas que exigen los conservacionistas a las distintas administraciones políticas se encuentran la reducción a la mitad del agua superficial que se aplica en los huertos y la extracción del exceso de agua mediante los pozos existentes, funcionando en circuito cerrado para poder descontaminar previamente, frenando los flujos subterráneos.

Del mismo modo, piden que se eliminen las hectáreas de regadío sin derecho a agua y que se deje de regar con agua procedente del trasvase Tajo-Segura en la zona del Campo de Cartagena, lo que supone "una parte muy importante de la solución" para recuperar el Mar Menor, además de solucionar el problema medioambiental en la cabecera del río más largo de la península ibérica.

Para Julio Barea, responsable de esta campaña, la ciencia demuestra que "el Mar Menor se muere por culpa del modelo agrícola intensivo e industrial de la zona", y que inadmisible que las administraciones responsables sigan discutiendo "tras varios años viendo mortandades masivas de peces y una degradación evidente de la laguna".

No obstante, aunque critica la discusión entre el Gobierno central y el murciano, el vocero de Greenpeace denuncia ante todo "la permisividad de la comunidad autónoma", que es la que ha llevado al Mar menor al borde del colapso "en connivencia con las grandes empresas agrarias".

Por tanto, concluye que la solución pasa por entender que un "vertido cero" de residuos pasa necesariamente por establecer un "trasvase cero" a la zona, no solo para salvar a la laguna sino para recuperar la agricultura tradicional de Murcia.

RIBERA VISITA EL MAR MENOR

Mientras se esperan esas soluciones, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha visitado esta mañana el Mar Menor junto a las organizaciones que han denunciado en los últimos días la catástrofe ecológica.

Posteriormente, se ha reunido con el presidente murciano, Fernando López Miras, al que le ha pedido que "frene totalmente el origen del problema" para que pueda impulsar una estrategia de restauración del ecosistema.

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