Desde el año 1980, cada 27 de septiembre celebramos el Día Mundial del Turismo, pero ha sido muy recientemente cuando hemos tenido que enfrentarnos a una situación que ha puesto a prueba la resistencia del sector, impactando en todos aquellos principios que fundamentan su desarrollo y expansión: las relaciones sociales y la movilidad geográfica. El 40 aniversario de la efeméride coincidió con un tiempo de resistencia en el que prácticamente todos nuestros esfuerzos se concentran en la lucha contra el COVID-19, intentando contener al máximo el impacto económico de una pandemia que no hizo distinciones.

Afortunadamente, la celebración del Día Mundial del Turismo es hoy una fecha cargada de un razonable optimismo. El avance en la vacunación hace posible que podamos recuperar los espacios que fueron siempre nuestros y que caminemos hacia una normalidad que debe llevar de la mano una recuperación a todos los niveles, con el compromiso de no dejar a nadie atrás.

El turismo es un sector estratégico para Castilla-La Mancha. Lo ha sido siempre para el Ejecutivo que preside Emiliano García-Page y lo es ahora por ley, gracias a la Ley 5/2020 de Medidas Urgentes para la Declaración de Proyectos Prioritarios de la región, que posiciona el turismo como una de las actividades estratégicas para el desarrollo económico de nuestra región.

Una prioridad que ha estado siempre presente en nuestras políticas y que ha sido determinante para que, de la mano del sector, hayamos encadenado récords históricos hasta el año 2019. La llegada de la crisis sanitaria no hizo sino reforzar nuestro compromiso para situar al sector turístico como uno de los ejes específicos del Plan de Medidas Extraordinarias, que nos ha llevado a movilizar en apenas un año y medio más de 690 millones de euros en apoyo del tejido productivo de nuestra región.

Abordamos ahora un horizonte nuevo y lo hacemos desde esos primeros síntomas que apuntan a la recuperación. La crisis sanitaria no ha evitado que continuemos desarrollando aquellas estrategias que habíamos diseñado para acompañar la expansión del sector turístico a través, por ejemplo, de la convocatoria de Expresiones de Interés, la mayor inversión en mejora de recursos turísticos en la historia de nuestra región, y cuyos proyectos están llegando al final de su ejecución a lo largo de este año. Como no ha evitado tampoco que continuemos intensificando la promoción de Castilla-La Mancha como destino de interior, a través de campañas como la que hemos puesto en marcha este año, con un gran éxito, bajo el lema ‘Castilla-La Mancha. Tu mundo interior’.

El pasado mes de agosto alcanzamos el mayor volumen de pernoctaciones hoteleras en los dos últimos años en la región, además de registrar el grado de ocupación por plaza disponible más alto de los últimos 15 años. El turismo rural camina a paso de récord este verano, después de haber alcanzado el pasado 2020 su mejor registro histórico para la época estival. Y tenemos en el horizonte más cercano la oportunidad de los fondos Next Generation que, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, prevé 3.400 millones de euros como estímulo al sector, dentro del Componente 14, dedicado de manera específica al turismo; que incluye a su vez herramientas para las comunidades autónomas como los Planes de Sostenibilidad Turística, que están transformando nuestros destinos de interior gracias a la acción conjunta del Ejecutivo central, el Gobierno de Castilla-La Mancha y las entidades locales.

Si algo ha puesto de manifiesto todo lo que hemos vivido de manera reciente, es el enorme potencial turístico de los destinos de interior. En ese nuevo espacio, nuestra región tiene mucho que decir: contamos con una enorme riqueza patrimonial y cultural, nuestros espacios naturales no tienen parangón y la gastronomía de Castilla-La Mancha está a la vanguardia de la cocina nacional e internacional. Todos esos ingredientes hacen de nuestra región un destino único, que estamos empeñados en posicionar en lo más alto del turismo de interior nacional, logrando un protagonismo al que no estamos dispuestos a renunciar. El turismo de interior ha llegado para quedarse, y en Castilla-La Mancha estamos dispuestos a ocupar todo el espacio posible.