CIUDAD REAL.- Cinco mil euros de cocaína para "consumo propio". La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Ciudad Real ha juzgado durante la mañana de este jueves a un hombre acusado de un delito contra la salud pública relacionado con el tráfico de drogas.
El procesado, que lleva más de un año en prisión preventiva, fue sorprendido por con sustancias estupefacientes en el interior de su vehículo; hechos por los que la fiscal pide unos cuatro años y medio de cárcel, además de una multa que asciende a los 6.000 euros.
Según el escrito de conclusiones provisionales, la acusación se dirige contra Rafael A.D.D., un varón de origen dominicano que el 15 de agosto de 2020 fue detenido por la Guardia Civil en la Autovía de los Viñedos (CM-42), glorieta con CM-400, a la altura de la localidad ciudadrealeña de Tomelloso.
El presunto traficante se encontraba conduciendo un vehículo de la marca Hyundai sobre la medianoche cuando fue parado por la Benemérita, que estaba realizando una inspección rutinaria en la citada vía.
Los agentes vieron que el individuo tenía en un bolsillo del pantalón un paquete envuelto en papel transparente que contenía cocaína, la cual portaba con el ánimo de promover su venta o distribución a terceros. El acusado también llevaba encima unos 65 euros procedentes de una venta anterior.
El resultado pericial realizado por el instituto armado confirmó que la sustancia contenida en el paquete era cocaína, sumaba un peso total de 100,15 gramos y tenía un 81,94 por ciento de pureza. La fiscal estima el valor de la sustancia en unos 5.000 euros.
"PARA UNA FIESTECITA"
Como ha adelantado el diario provincial Lanza, el procesado ha negado ante el juez que los cien gramos de cocaína fueran para su venta en la comarca de Tomelloso, sosteniendo que adquirió la droga "para una fiestecita".
Durante la sesión, Rafael ha comentado que esos días se desplazó a la localidad madrileña de Parla con el fin de hacer acopio de la sustancia, alegando que "estábamos en pandemia" y el material escaseaba.
La droga le fue suministrada por un amigo que la había robado previamente, motivo por el que se la pudo dejar a un buen precio, unos mil euros. Cuando lo paró la Guardia Civil en Tomelloso, no dudó en sacar el paquete del bolsillo y decirles lo que era, convencido de que no estaba cometiendo ningún delito.
El acusado ha reconocido ante el tribunal que es adicto a la cocaína, aportando un informe de la Unidad de Conductas Adictivas (UCA) del Sescam que corroboraría el tratamiento recibido frente a su supuesta adicción.
Preguntado sobre cómo pudo conseguir el dinero para realizar una compra así, sabiendo que entonces cobraba unos 500 euros mensuales como camarero, ha respondido que tiempo atrás había podido vender un coche, por lo que disponía de mayor liquidez.
ROSAS NEGRAS
Se da la circunstancia de que el reo fue condenado el año pasado por otro delito de tráfico de drogas, durante el juicio a los líderes de una organización criminal que distribuía cocaína y otras sustancias en varios prostíbulos de la provincia de Ciudad Real.
La banda fue desarticulada por la Guardia Civil en noviembre de 2018, en el marco de la operación 'Rosas Negras', tras la detención de unas veintiocho personas y el desmantelamiento de veinticuatro puntos de venta, dos laboratorios y un taller clandestino.
La condena –de tres años y medio- se encuentra suspendida a falta de que concluya este juicio. En caso de que también fuera sentenciado en esta ocasión, deberá cumplir unos ocho años entre rejas.
