Los paisajes volcánicos de Castilla-La Mancha se suman a la nueva moda turística

El turismo de lava atrae cada vez a más visitantes a las zonas áridas de los lugares más insospechados del país y ha cobrado aún más fuerza desde la erupción de La Palma que ha tenido en vilo a España durante los últimos meses del 2021.
Cancarix es el único volcán de la península ibérica cuya chimenea ha quedado al descubierto por la erosión.
photo_camera Cancarix es el único volcán de la península ibérica cuya chimenea ha quedado al descubierto por la erosión.

TOLEDO.- El turismo de naturaleza ofrece múltiples posibilidades a los amantes de esta modalidad que en los últimos tiempos ha ido ganando adeptos y ha llegado a ser una alternativa para quienes buscan en el entorno más natural una experiencia diferente para su tiempo libre.

La tranquilidad de estos lugares, lejos de las largas colas para entrar a museos u otros establecimientos turísticos de toda índole, y el entorno al aire libre que le ha hecho ser una buena apuesta en tiempos de pandemia para realizar cualquier actividad, convierte a la naturaleza es una de las opciones turísticas más demandadas en los últimos años.

De manera individual o en compañía, son muchos los ciudadanos que escogen este tipo de turismo y en el siglo XXI, además, el de volcanes está en la órbita de los más solicitados.

La erupción del volcán de La Palma en septiembre de 2021, que ha teñido de lava el idílico paisaje verde de la Isla Bonita, no ha hecho sino llamar aún más a practicar esta tipología de turismo, sobre todo para quienes les gusta inmortalizar imágenes poco frecuentes y de una verdadera belleza natural que, no obstante, conlleva a la misma vez pérdidas vitales para los que habitan estos lugares, en este caso los palmeros.

El impacto en la vida de los que conviven con zonas volcánicas cuando se produce una erupción es lamentablemente innegable, si bien estos fenómenos naturales también tienen su efecto en el turismo y en la atracción de visitantes a una isla canaria en la que la recuperación de esta actividad será clave en su propia vuelta a la normalidad.

Pero esta circunstancia no solo ha despertado el interés en los conjuntos volcánicos de las Islas Canarias sino que muchos turistas se han interesado por conocer las zonas de volcanes que existen en otros territorios y Castilla-La Mancha cuenta con 11 conjuntos en total que constituyen su particular ruta de volcanes.

Es en la provincia de Ciudad Real donde se concentran hasta nueve de estas zonas volcánicas que aunque estén en activo no significa que puedan vivir a corto, medio o largo plazo una situación similar a la de La Palma.

Así, en la provincia ciudadrealeña el tour por los volcanes lleva a un recorrido por distintos municipios en los que poder conocer manifestaciones de vulcanismo muy curiosas, uno de los cuales es Solana del Pino, donde se encuentra el volcán del Alhorín, sobre una de las orillas del embalse de Montoro y enclavado en el Parque Natural del Valle de Alcudia y Sierra Madrona.

Posee un ancho contorno debido a distintas coladas y está rodeado de sierras y valles cuyo aspecto ha evolucionado con el paso del tiempo, además de contar con una rica vegetación, flora y fauna que merece la pena conocer.

Situados en Almodóvar del Campo, los castillejos volcánicos de La Bienvenida son otro de los atractivos de esta provincia, formados por cerros elevados que son el resultado de una antigua erupción y que fueron usados por los romanos como cantera.

En este entorno también se puede disfrutar del yacimiento arqueológico de Sisapone, un poblado romano en el que dejaron su huella tartessos e íberos.

Entre un millón y medio y ocho millones de años podría tener el Monumento Natural del volcán de Piedrabuena, ubicado en el municipio del mismo nombre y en la zona volcánica del Campo de Calatrava, y con una de las manchas eruptivas más extensas de la región que dieron lugar a un cerro desde donde se divisa una gran colada.

El cono volcánico puede observarse desde distintos sitios de la localidad pero la mejor vista es la que ofrece la ermita de la Sierra de la Cruz y su mirador.

También en el Campo de Calatrava se ubica el Macizo Volcánico, en Aldea del Rey, con una extensión de más de 3.700 hectáreas y una decena de formaciones volcánicas que le hacen ser la unidad volcánica más grande y mejor conservada en esta comarca.

Es tal su grado de conservación, al no haberse erosionado de manera excesiva con el paso de los años, que los visitantes pueden reconocer de manera sencilla los cráteres, las coladas y otros elementos en estos suelos volcánicos.

Situado entre Alcolea de Calatrava y Corral de Calatrava, también está incluido en el conjunto volcánico del Campo de Calatrava el volcán y laguna de Peñarroya, donde puede apreciarse un cono de 60 metros y una laguna que se creó cuando las lavas del volcán apresaron el arroyo del Lobo.

Otra de las paradas obligadas en esta ruta de volcanes de la provincia de Ciudad Real es la laguna de la Alberquilla, en Mestanza, que es el resultado del hueco dejado por una explosión volcánica en lo alto de la sierra de Puertollano.

En sus alrededores, los parajes volcánicos constituyen una buena ruta para quienes aman el turismo de naturaleza y también la geología, ya que en su recorrido podrán ver algunos elementos como cuarzos y pizarras.

El volcán del Cerro de los Santos, en Porzuna, nació de una única erupción que arrojó lava en todas las direcciones, fue una zona ocupada por ciudades de celtíberos y hoy en día es otra de las alternativas de visita en la ruta volcánica por Castilla-La Mancha.

La laguna volcánica de Michos, en Abenójar, que ocupa un cráter fruto de una explosión volcánica; y la laguna y el volcán de la Posadilla, en un cráter muy extenso de 500 metros de diámetro y una profundidad de hasta 100 metros, completan la lista de la ruta de volcanes por la provincia de Ciudad Real pero no agota todas las posibilidades de visita en la región.

En Hellín, en la provincia de Albacete, está el único volcán de la Península Ibérica con su chimenea al descubierto por la erosión sufrida con los años, se trata del pitón volcánico de Cancarix que ofrece dos itinerarios para su visita, uno que lleva al conducto lateral de salida del volcán y otro que discurre por la ladera sureste y llega a una antigua cantera de rocas volcánicas.

Y Guadalajara cierra esta ruta volcánica por la región castellanomanchega, con los cerros volcánicos de La Miñosa, una reserva natural de casi 100 hectáreas en la Sierra Norte de la provincia compuesta por una antigua roca magmática llamada andesita que surgió de erupciones y movimientos sísmicos en la zona.

La mayoría de estos conjuntos volcánicos pueden visitarse durante todo el año, con acceso libre en cualquier caso, si bien en algunos de ellos conviene evitar las épocas de más calor, y en todos se recomienda ir provistos de ropa adecuada para hacer senderismo y de una cámara fotográfica para captar imágenes de una gran belleza natural.

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