Francisco Cordón y Romualdo Puerto tendrán una digna sepultara tras ocho décadas en una fosa común de Guadalajara

Los familiares han recibido los restos identificados de las dos víctimas, ejecutadas en marzo de 1940 por el régimen franquista.
Familiares al recibir los restos de las víctimas.— ARMH
photo_camera Familiares al recibir los restos de las víctimas.— ARMH

GUADALAJARA.- Los restos identificados de dos represalialidos por la dictadura franquista en 1940 han sido entregados este sábado a sus familiares para que les den digna sepultura tras ocho décadas enterrados en una fosa común.

Sus cuerpos fueron exhumados del cementerio civil de Guadalajara en octubre de 2020 por parte de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH). Fueron encontrados en la fosa número tres del camposanto de la ciudad alcarreña.

La primera de las víctimas es Francisco Cordón Herreros, que nació en 1898 en la localidad guadalajareña de Loranca de Tajuña, donde residía y trabajaba de jornalero. Hijo de Miguel y Rufina, estaba casado y era padre de seis hijos.

Hombre comprometido con las causas justas, Francisco se implicó de lleno en la política, empezando a militar en el PCE, donde llegó a desempeñar el cargo de tesorero. También estuvo afiliado al sindicato UGT.

El 22 de septiembre de 1939, mediante el juicio sumarísimo nº819/39, fue condenado a muerte por las autoridades franquistas por un delito de "adhesión a la rebelión con la concurrencia de las circunstancias agravantes de perversidad social, daños causados al Estado y particulares y mayor transcendencia de los hechos ejecutados".

El 4 de marzo de 1940 fue fusilado y enterrado en el patio número cuatro, fosa tres del Cementerio Civil de Guadalajara, aunque en su expediente procesal consta que procesaba la fe católica. Francisco tenía 42 años cuando fue ejecutado.

La otra víctima identificada es Romualdo Puerto Ibarra. Nació el 7 de febrero de 1903 en Sacedón (Guadalajara), donde residía junto a su mujer. Al igual que Cordón, trabajaba en el campo como jornalero y estaba afiliado a UGT.

El 24 de octubre de 1939 fue condenado a muerte mediante juicio sumarísimo número 2453/39 por adhesión a la rebelión con agravante de perversidad social y daños. Fue ejecutado por las autoridades golpistas el 8 de marzo de 1940, cuando tenía 37 años.

Durante la exhumación de los cuerpos de la fosa número 3 en 2020, la hija de la víctima, Amelia Puerto Gil, envió un vídeo desde Francia recordando a su padre y cómo fue la vida familiar. Amelia falleció en marzo del año pasado.

El acto en el que han sido entregados los restos ha tenido lugar sobre las doce del mediodía en el cementerio de Guadalajara, en un espacio cercano a la fosa donde las dos víctimas permanecieron durante ochenta años junto a otros diecinueve hombres.

Entre los familiares que han asistido estaba Remigia Cordón, hija de Francisco, quien está a punto de cumplir 92 años. Visiblemente emocionada, ha recordado que su madre murió joven por lo que implicó el asesinato de su marido y tener que sacar a sus hijos adelante en un país gobernado por sus asesinos.

Desde la asociación memorialista señalan que Remigia forma parte de una generación casi desaparecida por el paso del tiempo, castigada por cuarenta años de régimen autoritario y los tabúes de la democracia.

Por parte de Romualdo ha acudido su nieto, Ángel Mercado Puerto. Ángel ha recordado cómo su madre le contaba cómo su abuelo "se dirigía al final de la guerra hacia la frontera francesa para huir de la represión, pero cuando se enteró de una ley que permitía regresar a casa a quienes no tenían las manos manchadas de sangre volvió a su pueblo".

Al igual que pasó con miles de españoles, la promesa de las autoridades golpistas no se cumplió. Ángel ha comentado en el acto que "al día siguiente de su regreso, los falangistas fueron a buscarlo, se lo llevaron y nunca más volvió a saberse de él".

En el acto han estado presentes algunos de los voluntarios que llevaron a cabo las labores de exhumación, siendo los encargados de entregar a las familias los restos identificados. También ha participado el presidente de la ARMH, Emilio Silva, quien ha reclamado a las administraciones públicas que aceleren el proceso de búsqueda de estos desaparecidos.

Ha pedido "que no pasen tantos años como los que han tenido que esperar las familias de Romualdo y Francisco" y ha sentenciado que si no se dan prisa "si hoy es difícil que acudan hijos e hijas de esos hombres pronto empezarán a dejar de estar entre nosotros sus nietos y sus nietas".

Dese el 2016 la asociación ha exhumado en el cementerio civil de Guadalajara los cuerpos de casi un centenar de víctimas de la dictadura franquista, aunque en el recinto todavía quedan más de 250 represaliados en otras doce fosas comunes.

La asociación ha llevado a cabo las exhumaciones con los recursos que aportan sus socios y donantes. Una vez finalizada la identificación de los restos de la fosa tres, empezarán a identificar a las 26 víctimas encontradas en la fosa número cuatro.

Silva confía en que el Gobierno de España abra una oficina para atender a las familias "y abandone el modelo actual en el que concede algunas subvenciones para que se lleven a cabo algunas exhumaciones".

Opina que es "inaceptable que un Gobierno democrático no trate las desapariciones del franquismo como un derecho básico fundamental porque los derechos humanos no se subvencionan, se garantizan".

Y ha añadido que "lo que queda por hacer en el cementerio de Guadalajara debe implicar al Ejecutivo central que debería abrir una oficina en la Subdelegación del Gobierno para atender a los familiares, indemnizarlos y buscar a sus seres queridos".

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