Lugares privilegiados para el hospedaje en rincones con encanto de Castilla-La Mancha

Calidad, singularidad y excelencia son tres de las características de los establecimientos que forman parte de la Red de Hospederías, los cuales ofrecen una experiencia única en entornos de gran valor paisajístico, monumental o natural de la región.
El Palacio del Infante Don Juan Manuel, construido en el siglo XIV como fortaleza, recibe hoy al viajero para ofrecerle una estancia inolvidable.
photo_camera El Palacio del Infante Don Juan Manuel, construido en el siglo XIV como fortaleza, recibe hoy al viajero para ofrecerle una estancia inolvidable.

TOLEDO.- Hace tres años que Castilla-La Mancha lanzó una novedosa iniciativa en materia turística y de alojamientos que ha ido creciendo y que poco a poco se va consolidando como una alternativa inolvidable para pasar unos días en hoteles de tres a cinco estrellas ubicados en edificios con altos estándares de calidad en su arquitectura que invitan a un viaje diferente por estas tierras.

El lanzamiento de este proyecto tuvo lugar en el marco de la Feria Internacional del Turismo (Fitur) en su edición de 2019 y, tras tres años y pese a la pandemia de la covid-19 que ha azotado al sector hostelero con virulencia, constituye una propuesta a la que cada vez más quieren adherirse los equipamientos que apuestan por posicionarse como punta de lanza de la oferta turística de la comunidad autónoma.

Establecimientos tanto de titularidad pública como privada que, en este segundo caso, se integran de manera voluntaria en la red si superan un proceso de selección que valora los criterios que busca este nuevo planteamiento turístico.

Estos criterios están recogidos en un decreto de la Junta de Comunidades, administración que promueve esta iniciativa en colaboración con las entidades locales, con el objetivo de dar una nueva vida a edificios patrimoniales que estaban en riesgo de desaparición y que ahora acogen servicios de gran nivel.

La Red de Hospederías de Castilla-La Mancha se puso en marcha con cinco establecimientos a los que se sumó otro más en mayo de 2021, tres de ellos están en las dos Ciudades Patrimonio de la Humanidad con las que cuenta la región -dos en Toledo y uno en Cuenca- y otros tres en las provincias de Ciudad Real, Guadalajara y de nuevo Cuenca.

El casco histórico de la capital castellanomanchega tiene un espacio destacado en esta iniciativa, ya que dos de los establecimientos de la red están situados en la zona antigua de la Ciudad Imperial, uno de los cuales es el último edificio en sumarse, el Hotel Eugenia de Montijo, construido en el palacio renacentista donde vivió la emperatriz que le da nombre.

Su diseño sigue la estela de los clásicos hoteles del siglo XX y cuenta con una cúpula en la entrada principal además de que se conserva restos históricos como alfarjes policromados, parte de los muros de edificaciones visigodas y restos de la red de saneamientos de la época romana en el spa.

También en Toledo, en pleno centro neurálgico del casco histórico, en la plaza de Zocodover se encuentra el Hotel Boutique Adolfo, con doce estancias -tres de ellas suites- que ofrecen un hospedaje con vistas inigualables que, además, se completa con una oferta gastronómica de su propio promotor, el restaurador Adolfo Muñoz.

La otra capital patrimonial de Castilla-La Mancha, Cuenca, alberga el Hotel Convento del Giraldo, miembro de la red desde sus inicios por ser un edificio del siglo XVII restaurado con mimo que se sitúa en calle más señorial del casco antiguo de la ciudad conquense. 

Sus 34 habitaciones invitan a dormir en camas con dosel y buhardillas que inspiran a los visitantes y les hacen evocar otras épocas mientras descansan en estos aposentos tan característicos.

Otro edificio también del siglo XVII, en San Carlos del Valle (Ciudad Real), se ha convertido en el siglo XXI en la Hospedería Santa Elena, en plena plaza mayor de esta localidad, con galerías de madera que transportan a otros tiempos pero que contrastan y se complementan con una cocina de vanguardia en sus fogones con un sabor muy manchego.

El Molino de Alcuneza en Sigüenza (Guadalajara) es otro de estos rincones especiales que se han sumado al turismo de calidad que ofrece la Red de Hospederías, y ha dejado de servir de molino harinero de este valle para convertirse en una casona de piedra del siglo XV con 17 habitaciones a disposición de los turistas y visitantes más exigentes en un entorno de tranquilidad rodeado de campos de cereal y trigales perfecto para el descanso.

Y en Belmonte (Cuenca), el Hotel Spa Palacio del Infante Don Juan Manuel completa, por ahora, el listado de establecimientos de la Red de Hospederías de Castilla-La Mancha, un lugar con mucha historia -fue ordenado construir en el siglo XIV por el príncipe de Villena como fortaleza de paso para sus viajes y posteriormente donado a las monjas dominicas que lo mantuvieron como convento hasta los años 60 del siglo XX- que ahora oferta 39 habitaciones y un spa, instalaciones rehabilitadas pero que conservan la esencia y arquitectura de este espacio.

La Red de Hospederías es una fórmula ideal para una escapada romántica, un viaje cultural o un destino para la tranquilidad y el descanso que puede hacer las delicias de turistas y visitantes a tierras castellanomanchegas.

La indudable calidad de los seis edificios que la componen les ha llevado a recibir en la última edición de Fitur el certificado de Turismo Responsable, un sello que garantiza el compromiso de los seis establecimientos con la sostenibilidad en el desarrollo de su actividad.

Esta red está viva y continuará creciendo, para lo que el Gobierno de Castilla-La Mancha invertirá este año 3,5 millones de euros en intervenciones en las futuras hospederías del Palacio Ducal de Pastrana (Guadalajara), la Real Fábrica de Bronce de Riópar (Albacete) y el convento de santo Domingo de Villanueva de los Infantes (Ciudad Real).

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