TOLEDO.- La llegada del buen tiempo invita a salir, descubrir nuevos lugares, disfrutar de la naturaleza y practicar deporte. Son múltiples los destinos y las alternativas que pueden encontrarse en Castilla-La Mancha para ello, muchas de ellas en relación con el agua.
Surcar rápidos de agua cristalina sobre una balsa o en kayak, descender por espectaculares cañones o navegar en busca de pequeñas calas, son algunas de las propuestas para disfrutar con amigos, en familia o en solitario.
Para los más aventureros las aguas bravas son la opción perfecta. En lanchas neumáticas, 'donuts' hinchables, kayaks o canoas, se pueden recorrer los ríos encajonados en espectaculares cañones, sorteando cascadas y rápidos, a la vez que se disfruta de la fauna y la vegetación de ribera desde el agua.
El Parque Natural del Alto Tajo es uno de los escenarios emblemáticos para la práctica del rafting en la región. Una manera distinta de conocer este impresionante rincón de la naturaleza castellanomanchega.
Experiencias refrescantes de las que también se puede disfrutar, a través de las distintas empresas de turismo activo que operan en la región, en otros puntos como el río Mundo, el Júcar o el Cabriel, en los que se pueden encontrar tramos de distintas dificultades haciendo así posible que tanto principiantes como expertos puedan disfrutar.
Sin embargo, si lo que se prefiere es un contacto más directo con la naturaleza, con el agua y el entorno, la opción perfecta es el barranquismo o el descenso de cañones. Una experiencia que ofrece una visión emocionante y distinta del entorno natural, desde dentro, al tiempo que la adrenalina sube.
Uno de los enclaves más bellos y populares para su práctica es el Ventano del Diablo, en el corazón del Parque Natural Serranía de Cuenca. Saltos, cascadas, toboganes y tramos encañonados rodeados de una espectacular y exuberante naturaleza, que no dejan indiferente a quien los prueba.
También en la Serranía conquense se encuentra el barranco de Poyatos, uno de los más conocidos para la práctica del barranquismo; así como el de la Hoz Somera, ubicado en la Herrería de Santa Cristina, que con su caudal permanente de agua, sus rapeles y oscuros es un lugar ideal para iniciarse en este deporte.
Por su parte para disfrutar del barranco de Las Majadas, en Villalba de la Sierra, lo mejor es hacerlo después de las lluvias o tormentas, entre noviembre y mayo, ya que apenas tiene caudal.
También en el Alto Tajo es posible disfrutar del barranquismo, como en Poveda de la Sierra, con su espectacular salto -fruto del derrumbe de una antigua presa sobre el Tajo-; o también en las Hoces del Cabriel, en la provincia de Albacete.
Pero si lo que se prefiere son las aguas tranquilas, los amantes de la navegación más sosegada, o aquellos que quieran iniciarse en ella, pueden encontrar también en tierras castellanomanchegas múltiples opciones.
Los embalses de Entrepeñas y Buendía en Cuenca y Guadalajara, las Lagunas de Ruidera en Ciudad Real y Albacete, o el embalse de Cazalegas en la provincia de Toledo, son algunos de los destinos en los que se puede disfrutar de esta experiencia.
Lugares en los que también es posible realizar otras prácticas deportivas como el paddle surf, wakeboard o disfrutar del entorno a bordo de una canoa.
Múltiples, variadas y refrescantes opciones para disfrutar de la naturaleza de forma activa, al tiempo que se descubren nuevos y espectaculares enclaves.
