Origen y significado del Día de Castilla-La Mancha: por qué el 31 de mayo y qué celebra la región

Hoy, hace 39 años, la iglesia de San Pedro Mártir en Toledo fue escenario de la constitución de las primeras Cortes regionales elegidas democráticamente, aunque la fiesta autonómica esconde otras curiosidades.
Fachada de la sede de las Cortes regionales iluminada con motivo del Día de la Región. - C. TOLDOS
photo_camera Fachada de la sede de las Cortes regionales iluminada con motivo del Día de la Región. - C. TOLDOS

CIUDAD REAL.- Ni una victoria ni una conquista. Castilla-La Mancha celebra en su día fundamentalmente su autonomía, la capacidad de tomar decisiones propias a raíz de la constitución de las primeras Cortes elegidas por la ciudadanía.

Unas Cortes autonómicas que fueron fruto de la Constitución española de 1978 y de la distribución territorial por comunidades autónomas que marca la Carta Magna. Fue eso, y no otra cosa, lo que llevó a Castilla-La Mancha a ser comunidad y a empezar a forjar una identidad y un sentimiento de pertenencia a esta tierra antes inexistentes.

No fue el deseo de ser autónomo como el que sí tuvieron Cataluña, País Vasco y también Galicia, donde ya existía de manera previa ese sentimiento identitario que todavía hoy es patente. Algunos piensan que la autonomía castellanomanchega fue un 'invento' y que no nació de esa necesidad de 'independencia' para decidir por sí mismo.

Sea como fuere, y dando cumplimiento a la Constitución, los 'padres y madres' del que se convertiría en el Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha empezaron a darle forma a esa norma y ley que cambiaría el curso de su historia.

¿Y qué celebran los castellanomanchegos el 31 de mayo? Son varias las efemérides que se acumulan en esta fecha, eso sí, en diferentes años. Lo que verdaderamente se conmemora es que tal día como hoy en el año 1983 se constituyeron las primeras Cortes de Castilla-La Mancha elegidas por los ciudadanos en un acto en la iglesia de San Pedro Mártir de Toledo.

Primeras Cortes que presidió Francisco Javier de Irízar, diputado del PSOE por Guadalajara, y que fueron el punto de partida de una actividad legislativa que ha dotado a la región de infinidad de leyes con el objetivo de no ser más, pero tampoco menos que otras comunidades.

También un día como hoy pero de 1984 se celebró el primer Día de la Región en Alcázar de San Juan (Ciudad Real) y dos años después, en 1986, se inauguró el convento de San Gil en la capital castellanomanchega como sede parlamentaria.

Cuatro décadas después de ese primer Parlamento autonómico, la evolución legislativa de esta comunidad autónoma ha sentado precedente en el país y los castellanomanchegos han visto cambiar su territorio y avanzar. Estos logros son los que se celebran tal día como hoy.

40 AÑOS EN DATOS

Una evolución que no ha sido solo desde el punto de vista legislativo, aunque, sin duda, las leyes aprobadas han sido la palanca para experimentar los avances. Cambios que quedan reflejados de la mejor forma en cifras y datos que resumen estas cuatro décadas.

La mitad de la población de Castilla-La Mancha ha nacido después de la aprobación del Estatuto de Autonomía, la población ha crecido un 24 por ciento hasta cerca de 400.000 personas, ha ganado cinco años de esperanza de vida, la mortalidad infantil se ha reducido a la cuarta parte, el número de mujeres trabajadoras se ha triplicado, se ha pasado de un 12 % de analfabetos a un 25 % de universitarios y la economía se ha multiplicado por diez.

Ahora la comunidad autónoma exporta 100 veces más que en 1982, trabajan el doble de personas que al comienzo de la autonomía, la superficie medioambiental protegida también se ha multiplicado por 100, la renta agraria por 15, y de un tercio de hogares con teléfono fijo se ha pasado al 99 % con móvil.

El gasto sanitario por persona ha crecido por veces y media, el gasto medio por alumno se ha triplicado, Castilla-La Mancha se podría autoabastecer hoy con energía renovable, se ha pasado de cero a 1.800 kilómetros de autovías y a 670 kilómetros de Alta Velocidad (AVE). Hay 186.954 personas extranjeras que residen en la región mientras que en 1982 eran 644, el número de viajeros ha pasado de 61.000 a 2,2 millones, el presupuesto de la Junta de Comunidades de 1,9 a 12.273 millones y de una mujer diputada en la primera legislatura a 14 en la actual.

Otros indicadores de los avances demuestran que de 214.500 vacunas administradas en 1982 se ha pasado a más de 1,1 millones en 2021 -más de 5 millones si se incluye la vacuna contra la covid-19-, de 14.000 profesores a más de 32.000, de 338.000 alumnos a 403.000, se ha multiplicado por tres el número de médicos y enfermeras colegiados, se ha duplicado el número de establecimientos hoteleros y las plazas en este sector se han triplicado.

El trasvase medio mensual del Tajo al Segura era de 25,5 hectómetros cúbicos y ahora es de 19,5 hm3,  el incremento de hogares con televisión en color ha sido del 530 %, se ha multiplicado por seis el número de estudiantes universitarias y de mujeres tituladas, ha aumentado casi un 13 % el número de viajeros urbanos y hace 40 años decenas de miles de habitantes de Castilla-La Mancha no conocían el mar o su región.

En la actualidad, los autobuses que parten de las siete grandes ciudades de la región cubren más de 600 destinos, en 1981 solo el 30 % de los hogares tenía calefacción y hoy día el 94 % tiene acceso a internet y a conexión de banda ancha, y hace 40 años no existía la ayuda a domicilio y hoy se superan las cinco millones de horas en este servicio.

Sanidad, educación, servicios sociales, nuevas tecnologías, sectores económicos, por estos y otros muchos ámbitos de la vida de la región las últimas décadas no han pasado sin pena ni gloria, sino que más bien han sido decisivas para su desarrollo.

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