Más de la mitad de las mujeres que ha sufrido acoso a través de las redes siente pánico, ansiedad o estrés.

TOLEDO.- Más de 63.000 mujeres castellanomanchegas han recibido alguna vez imágenes sexualmente explícitas y 5.800 han sufrido acoso reiterado en la red. Aunque son muy pocos los casos que acaban en denuncia policial, cada año 300 mujeres de media en Castilla-La Mancha son víctimas de amenazas, coacciones o delitos sexuales a través de las nuevas tecnologías y una cuarta parte de ellas son menores de edad.

Así se desprende del último informe publicado recientemente por el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI) y el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, en el que bajo el título 'Violencia digital de género: una realidad invisible' se abordan las cifras de estas situaciones cada vez más frecuentes.

Resultados de un informe en el que se advierte, entre otras cuestiones, de que el 54 por ciento de las mujeres que ha sufrido acoso a través de las redes sociales ha experimentado ataques de pánico, ansiedad o estrés. Cuestiones sobre las que llama la atención el sindicato Comisiones Obreras en Castilla-La Mancha, desde el que se reclama una mayor atención de los poderes públicos ante el aumento de la violencia digital de género, "una realidad poco visibilizada, pero que acarrea consecuencias graves para las mujeres que la sufren, con un impacto psicológico, social y económico".

Así lo ha puesto de manifiesto la secretaria de Mujeres y Políticas LGTBI en CCOO CLM, Rosario Martínez, quien pide que se abra el debate sobre cómo abordar el problema de la ciberdelincuencia de género, más aún cuando a nivel europeo "las instituciones han movido ficha para ver la manera más apropiada de combatir esta forma de violencia", la cual muchas veces es "el reflejo virtual de las agresiones verbales y psicológicas del mundo físico".

Para Martínez es "muy preocupante" ver cómo esta forma de violencia "crece y crece", teniendo en cuenta que "una de cada cuatro mujeres de entre 16 y 25 años ha recibido insinuaciones desconsideradas en las redes", afirma.

Y es que, insiste la responsable de Mujeres y Políticas LGTBI del sindicato en la región, al igual que sucede con la violencia de género, "puede que estemos viendo solo la punta del iceberg del fenómeno, y es una violencia para nada inofensiva".

En este sentido, recuerda que el ciberacoso, las amenazas directas, los delitos de odio, la violación de la privacidad o la explotación sexual online son algunas de las formas de violencia digital, una ciberdelincuencia que se encuentra recogida como una de las manifestaciones de la violencia en la ley regional para una Sociedad Libre de Violencia de Género, aprobada por aclamación en las Cortes en octubre de 2018.

Una violencia de género digital cuyas consecuencias "son graves", advierte Martínez, ya que genera en quien la sufre aislamiento, estrés, pérdida de autoestima e inseguridad; "incluso muchas mujeres tiene que dejar de aparecer en las redes sociales ante los ataques que reciben", explica la responsable de Mujeres y Políticas LGTBI.

Por todo ello consideran desde el sindicato que es necesario "atajar" este problema, ya que se trata de una violencia de género "alimentada muchas veces por la privacidad y el anonimato de perfiles falsos, en un momento en el que cada vez más lo digital está presente en nuestra forma de relacionarnos".

De este modo, y poniendo en relación los datos de la encuesta del Observatorio ONTSI con la población de la región "puede verse la dimensión del problema" y la necesidad de habilitar mecanismos con los que atajarlo.