GUADALAJARA.- Más de setenta páginas, escrito en pergamino, resguardado por dos gruesas tablas de nogal unidas por su borde inferior con cuatro fuertes tiras de badana. Este es el aspecto de un códice del siglo XIII desparecido en la Guerra Civil que ha sido devuelto a la villa guadalajareña de Brihuega por la Guardia Civil.
Contiene un tipo de letra que los paleógrafos llaman francés, de diferentes colores, formando distintos adornos entrelazados propios de las miniaturas de aquella época, y una sencilla orla de trazos de colores abraza tres de los lados de la primera página.
Una auténtica joya patrimonial, el Fuero de Brihuega, que recoge un conjunto de normas jurídicas y las severas penas que se deben imponer a aquellos que las incumplan, bajo la firma del arzobispo de Toledo, Rodrigo Ximénez de Rada, del que este año se conmemora el 775 aniversario de su muerte.
El regreso del códice a su lugar natural ha sido posible porque el poseedor actual hizo entrega del Fuero a la Guardia Civil cumpliendo así el deseo de su difunto padre, que fue quien siendo soldado evitó su destrucción junto a otros muchos libros que se quemaron cuando la unidad militar de la que formaba parte tomó la localidad de Brihuega a finales de 1938, en plena Guerra Civil española.
De hecho, este documento de incalculable valor se daba por perdido desde finales de ese año pero se encuentra en buen estado de conservación y fiel a su estado original, descrito por el catedrático de Arqueología Juan Catalina en un libro publicado tras analizarlo antes de su desaparición.
En la recuperación del documento ha colaborado la casa de subastas Soler y Llach de Barcelona con la Sección de Patrimonio Histórico de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que ya ha hecho entrega del códice al alcalde de Brihuega, Luis Viejo, en un acto en la Sala Noble del castillo de Piedra Bermeja.
