CIUDAD REAL.- Tan real era el simulacro, que ha llegado a pensar que había fuego en la residencia, y junto a usuarios y trabajadores del centro, ha sido también evacuado, con el correspondiente susto. Una situación en la que se ha visto envuelto este viernes un repartidor de alimentos en la localidad ciudadrealeña de Puertollano, cuando acudía a la residencia de mujeres gestionada por una comunidad religiosa.

Allí, desde la Concejalía de Seguridad Ciudadana, y a través del Servicio de Protección Civil, se desarrollaba un simulacro de evacuación, no sin antes haber procedido a la revisión de todos los elementos de protección del centro. Extintores, señalización, sirena, pulsadores y detectores, así como el plan de autoprotección eran inspeccionados, mientras que las religiosas y el personal auxiliar de la residencia recibían una charla explicativa.

Pasos previos para una evacuación en la que, tal y como han detallado desde el Ayuntamiento, se simulaba un pequeño incendio por sobrecalentamiento en una lavadora, fuego que había prendido parte de la ropa almacenada en la zona de lavandería y generado una gran cantidad de humo. Motivos todos ellos que llevaban a la activación del plan de autoprotección del centro.

En total una treintena de personas, entre usuarias, religiosas y personal de la residencia, junto al repartidor -participante accidental en el ejercicio- han sido evacuadas hacia el patio interior del centro, un espacio que permite albergar a todo el personal alejado de las llamas y al estar abierto respirar fácilmente evitando así la posible asfixia por humo.

Antes, tras detectar el incendio, se realizaba una llamada al Servicio de Atención y Coordinación de Urgencias y Emergencias 112, desde el que se movilizaban todos los servicios de emergencia necesarios: bomberos, policía, ambulancias y Protección Civil.

Este año, explican desde el Consistorio puertollanero, no se ha solicitado la colaboración del resto de servicios de emergencia, aunque han sido informados para evitar la alarma social, dadas las características de las personas a evacuar.

La anécdota del simulacro la ponía este repartidor, que a su llegada se ha visto envuelto en el simulacro, sin saber por unos segundos lo que realmente ocurría y llegando a pensar que el incendio era real.

Tras esta simulación, se elaborará el correspondiente, que será remitido -como es preceptivo- a la sección de Inspección de Centros Sociales de la Delegación Provincial de Bienestar Social de la Junta.

Y es que estos ejercicios, recuerdan, son de obligado cumplimiento y permiten al personal de los centros estar preparados ante cualquier emergencia que pueda surgir, habiendo recibido para ello formación previa.