TOLEDO.- La séptima ola de covid-19 se está haciendo notar más en los últimos días y semanas. El aumento de los casos es innegable y los hospitales también han notado esa escaldada. El de la capital castellanomanchega se ha visto obligado a abrir una nueva planta covid para atender el incremento de la incidencia, un mes después de que cerrar la planta que tenía destinada al coronavirus.
Fue la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) la que advirtió en junio de que el cierre de la planta covid podría traer consecuencias si los contagios se multiplicaban como ha ocurrido. Ahora, ha criticado que el Hospital Universitario de Toledo haya utilizado la planta de Endocrinología, Reumatología y Unidad de Cuidados Especiales para albergar las hospitalizaciones asociadas al coronavirus en lugar de reabrir la que cerró el mes pasado.
Aunque Castilla-La Mancha ha decidido no tomar medidas ante el aumento de los casos covid, tal y como ha señalado esta semana la portavoz del Gobierno regional, Blanca Fernández, y no adoptar decisiones tampoco en relación al uso de la mascarilla como dijo el presidente regional, Emiliano García-Page, los hospitales sí tienen que adaptarse a la situación sanitaria.
Una situación que ha supuesto también, según CSIF, que todo el peso de la hospitalización de pacientes covid recaiga en el personal de Medicina Interna, motivo por el que la responsable del sindicato en Toledo Marisa García, ha denunciado la "inadecuada gestión" de la Gerencia, recordando que fue un "error" cerrar la planta covid bajo la excusa de "optimizar recursos".
Y es que la sindicalista considera que esta apertura "improvisada" de la planta de Endocrinología se podría haber evitado si se hubiera mantenido la planta que se clausuró pese a que la pandemia no ha terminado y podía producirse un incremento de contagios como actualmente.
También habría contribuido a no llegar a esta situación, considera el sindicato, que se hubieran mantenido igualmente los contratos covid para atender a pacientes con coronavirus y no haberlos empleado para cubrir los periodos vacacionales en otros servicios del Hospital de Toledo.
La solución, ha dicho, hubiera sido contratar más profesionales para cubrir las vacaciones de manera que no se produjera este "tremendo desbarajuste", pero CSIF cree que en lo único que ha pensado la Gerencia es en la economía y no en optimizar recursos, ni en la salud de los pacientes, ni en el estrés laboral de los profesionales.
Los últimos datos de covid que ha ofrecido este viernes la Consejería de Sanidad reflejan que el número de hospitalizados en cama convencional en los hospitales de la región es 548, de los que la provincia de Toledo tiene 185 y, en concreto, el hospital de la capital 116, además de cuatro pacientes en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) que necesitan respirador.
