Más del 90 por ciento de la plantilla de Repsol en Puertollano secunda la huelga general por la subida de salarios

El complejo industrial vive su segunda jornada de paros convocadas por los sindicatos STR, CCOO y UGT en todo el territorio nacional.
Los paros continúan este domingo y tendrán una segunda tanda en el mes de agosto. - CCOO
photo_camera Los paros continúan este domingo y tendrán una segunda tanda en el mes de agosto. - CCOO

CIUDAD REAL.- El Complejo Industrial de Repsol en Puertollano afronta este sábado la segunda jornada de huelga convocada por el Sindicato de Trabajadores (STR), Comisiones Obreras (CCOO) y Unión General de Trabajadores (UGT) en todo el Estado tras la negativa de la compañía a revalorizar las tablas salariales con el objetivo de frenar la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores.

Este viernes, en la primera jornada de huelga, los sindicatos cifraban en más de un 90 por ciento el seguimiento de la convocatoria, mientras que desde la factoría de Puertollano se aseguraba que se estaba operando "con normalidad".

Desde los sindicatos criticaban que del total de la plantilla, de 1.900 personas que tienen las distintas áreas de Repsol en Puertollano, aproximadamente la mitad estén de vacaciones o sin asistencia al puesto de trabajo por otras circunstancias, y por otro, la orden ministerial que fijaba en el 90 por ciento de la plantilla de las jornadas a turno como servicios mínimos, de modo que el número posible de huelguistas "se reducía considerablemente".

No obstante, se mostraban satisfechos con el seguimiento, que servía para "visibilizar el malestar de la plantilla" y confiar en que después de las movilizaciones y el apoyo de los compañeros, la empresa retome la negociación y vuelvan a intentar acercar posturas en el acuerdo marco de la negociación en lo relativo a la revisión salarial de los empleados.

Así lo señalaba el representante de UGT en la mesa de negociación, Agustín Pérez, quien lamentaba que para ese primer día de huelga la empresa hubiera establecido un nivel de producción similar a cualquier otro día, lo que obligaba a establecer ese 90 por ciento de servicios mínimos para mantener las unidades en marcha.

Una jornada que discurría sin incidentes, que comenzaba con la ubicación de un piquete informativo a las puertas del complejo, formado por unos 150 trabajadores, que haciendo sonar sus bocinas y tirando petardos intentaban disuadir a quienes habían acudido a trabajar.

Durante la madrugada, tal y como recogía Efe, para retrasar la entrada del turno a la fábrica se repartieron neumáticos con pintura atravesados en la calzada, a modo de barricada, los cuales tuvieron que ser retirados por efectivos policiales.

Por su parte desde la empresa se señalaba también que en el Complejo Industrial de Puertollano se operaba con normalidad, en un contexto de huelga, pero sin incidentes relevantes en la entrada a los turnos y jornada ordinaria.

Asimismo aseguraban que en todo momento se ha mantenido y mantienen abiertos los canales de diálogo con la parte social, e insisten en el intento de "acercar y flexibilizar" posiciones, con el objetivo de alcanzar un buen acuerdo tanto para los empleados como para la propia compañía.

Movilizaciones que continúan mañana domingo, con la tercera jornada de huelga en este mes de julio, y que tendrán una nueva cita ya en agosto, los días 13, 14 y 15, en las principales empresas del grupo.

Recuerdan desde los sindicatos que en un contexto de beneficios récord para Repsol en este año 2022, liderando los descuentos en carburantes al cliente final, y en una coyuntura mundial de escasez de combustibles fósiles, unido a la escasa implantación real de vehículos eléctricos y sin vislumbrarse un fin del conflicto Rusia-Ucrania, la compañía ha llegado a tener unos rendimientos económicos "históricos". Sin embargo, pese al compromiso y repsonsabilida de la plantilla para seguir produciendo en época covid, al ser una empresa esencial, la compañía se niega a poner en valor los esfuerzos realizados y a revaloridad los salarios, congelados desde 2019, mientras que sube el precio de la cesta de la compra en sus hogares.

Consideran los sindicatos que "no se puede consentir" que sean los bolsillos de los trabajadores los que soporten la escalada de precios, "mientras la empresa obtiene rentabilidades muy elevadas".

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