En Fuego y Cenizas el expresidente de Canadá, Michael Ignatieff, comparte sus reflexiones y memorias sobre el ejercicio del poder. En esta obra el canadiense explica que antes de entrar en política uno siempre debe hacerse la misma pregunta: "¿Por quién quieres el poder? ¿Por quién lo haces?".

Los socialistas siempre queremos acceder al poder para avanzar en el bienestar de las clases medias y trabajadoras, las medidas del gobierno de Pedro Sánchez así lo avalan. Una realidad demostrable en estos 8 meses convulsos por la guerra de Putin, tiempos duros en los que el gobierno no ha cejado en ayudar a familias y trabajadores, poniendo todos los recursos del Estado al servicio de la sociedad.

Los ejemplos están ahí: ayudas al gasto del transporte diario de la gente, aumento de las becas, bajada de impuestos de la luz, ampliación del bono social eléctrico, limitación a un 2 por ciento de la subida de los precios del alquiler, aumento de las pensiones. Mientras tanto, el gobierno ha abanderado en Europa medidas para aminorar la subida de los precios, consiguiendo con la excepción ibérica una contención de un 15 por ciento en la factura de la luz a hogares y empresas.

Que el PP de Feijóo rechace todas y cada una de estas medidas sociales, incluso tildándolas de "frivolidades", demuestra por quién están en política. Y no, no es por los trabajadores que han tenido un alivio con la subida del salario mínimo, ni los transportistas que reciben el descuento para el gasoil, ni las empleadas del hogar que esta semana consiguen la protección por el desempleo gracias a la labor de este gobierno.

La derecha tiene un sentido patrimonialista del poder. Por este motivo la pregunta que se hace Ignatieff en su libro carece de sentido para ellos; no es que quieran el poder, el poder les pertenece, por derecho natural. Y cuando la democracia los manda a la oposición comienzan a patalear en los discursos y en las instituciones: desde insultar al presidente Pedro Sánchez hasta bloquear la renovación del Consejo General del Poder Judicial.

Todas las medidas que mejoran la vida de la gente han contado con el no del PP, convirtiéndolo en el partido del no. Dejando aún más claro que su salida de la crisis pasaría porque sólo salieran unos pocos y no la mayoría social, por imponer los sufrimientos y los recortes a la gente mientras no exigen ningún sacrificio fiscal a las grandes empresas que obtienen pingues beneficios.

Este martes en la comparecencia del presidente Sánchez en el Senado, Feijóo tenía una oportunidad de desmentir lo que escribo, lejos de ello el líder gallego se ratificó en esa idea patrimonialista del poder que cultiva sempiternamente la derecha, un líder que demostró su insolvencia y su escasez de propuestas. Demostrando nuevamente que frente al gobierno de la gente solo queda el partido del no.