Un equipo multidisciplinar trabaja en el yacimiento del abrigo de La Malia.

GUADALAJARA.- Los trabajos arqueológicos que se desarrollan en el yacimiento del abrigo de La Malia, en el término municipal de Tamajón (Guadalajara), siguen dando sus frutos, entre los que se encuentran el hallazgo de utillaje lítico, como cuchillos de piedra, atribuidos a los primeros Homo sapiens que habitaron en la meseta.

Hallazgos que nadie podía pensar que se iban a encontrar en la zona cuando, hace unos años, los investigadores coordinados por el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) comenzaron a hacer las primeras catas en las proximidades de esta localidad guadalajareña. Sin embargo, con el paso del tiempo los resultados han ido llegando, tanto en la parte paleontológica como en la arqueológica.

Respecto a esta última, los codirectores del equipo, los investigadores Nohemi Sala y Adrián Pablos, han mostrado su satisfacción por el trabajo que se está realizando, y que ha dado ya frutos "muy positivos" de etapas como el Paleolítico superior, la Edad del Bronce y la del Cobre. "La relevancia de estas excavaciones radica en los periodos en los que se encuadra, comprendidos entre la extinción de los neandertales y la llegada a la meseta de los primeros Homo sapiens", subraya Pablos.

Durante el Paleolítico Superior se distinguía "un gran vacío" en el ámbito mesetario, al sur de la cordillera Cantábrica. "Y lo poco que había, estaba muy dudoso".

Sin embargo, el yacimiento tamajonero ha comenzado a ofrecer información de esa época en una zona en la que, hasta ahora, no existía nada de información. Así, junto a útiles de piedra atribuidos a estos primeros Homo sapiens llegados a la meseta, se han encontrado restos de animales consumidos por los primeros humanos en el centro peninsular.

UN PROYECTO AMBICIOSO

El proyecto de investigación de Tamajón está adscrito al CENIEH, pero cuenta con la colaboración de diversas entidades, entre las que se encuentran universidades nacionales y extranjeras, el Institut Català de Paleoecología Humana y Evolució Social (IPHES) y el Ayuntamiento de la localidad. Además, está cofinanciado por la Junta de Comunidades de Castilla–La Mancha, el CENIEH y el propio Consistorio agallonero.

Gracias a toda esta implicación, se está dando continuidad a las investigaciones arqueológicas emprendidas en la década de 1990 en la cueva de los Torrejones. Unos trabajos que se prolongaron en sendas campañas desarrolladas en 2017 y 2018, y que también arrojaron unos resultados muy positivos, relativos a poblamientos neandertales. En ese momento, además, "hicimos una serie de prospecciones, en las que descubrimos varias cuevas y abrigos, entre los que se encontró el de 'La Malia', que es donde se sigue siendo investigado a día de hoy", explica Adrián Pablos.

Una gran riqueza arqueológica que ha llevado a los expertos a continuar trabajando en el nuevo lugar, donde se han encontrado huellas de una ocupación de Homo sapiens. Un guante que ha sido inmediatamente recogido por las administraciones públicas competentes, que han facilitado los trámites, la financiación y las labores logísticas de las investigaciones científicas.

Nuevo emplazamiento en el que ya se han identificado vestigios del Paleolítico Superior, correspondientes a los primeros poblamientos de Homo Sapiens, habiéndose determinado que hubo tres momentos de ocupación del espacio, explica por su parte Nohemi Sala. Etapas que se situarían entre los 35.000 y 25.000 años de antigüedad, tal y como han apuntado los restos de utillaje lítico y óseo hallados.

Asimismo, a medida que la excavación siga descendiendo en cota, se esperan encontrar muestras del Paleolítico Medio, la época en la que residieron en la zona los neandertales. De hecho, explica Sala, "ya se están realizando catas estratigráficas para saber si, efectivamente, hubo otros niveles de ocupación del abrigo agallonero".

Por otra parte, los científicos ya han descrito otros vestigios significativos, correspondientes a etapas más recientes. Así, se han encontrado elementos pertenecientes a la Edad del Cobre y a la del Bronce, correspondientes a "los agricultores y ganaderos de la época, que ya fabricaban cerámicas y que se encontraban asentados en el territorio".

Entre los hallazgos se encuentra también un botón de marfil de elefante utilizado como adorno, que podría ser muestra de la existencia de algún tipo de intercambio comercial, ya que esta especie no era habitual en la zona. Un avance, apuntan, que "puede contribuir al ensanchamiento del conocimiento del pasado del centro peninsular".

Aseguran que aunque el trabajo arqueológico es lento, también es gratificante. Explican en este sentido que, en las épocas estudiadas en Tamajón, los diferentes niveles que componen el yacimiento son de una longitud reducida, en comparación a los vestigios romanos o medievales, por lo que se tienen que ir cartografiando, midiendo y fotografiando periódicamente. "Cualquier objeto que pueda ser de nuestro interés lo documentamos para tener toda la información posible y que cualquiera que venga en el futuro a conocer más del emplazamiento tenga la posibilidad de estudiarlo y evaluarlo", explia Pablos.

Para dar a conocer el trabajo que se viene realizando, el equipo ha organizado unas jornadas de puertas abiertas para que quienes estén interesados puedan visitar el yacimiento y acercarse a la labor arqueológica y los avances científicos que se están desarrollando en Tamajón. Asimismo, han planteado también diversos talleres de talla experimental, y parte de los materiales obtenidos durante la investigación se encuentran expuestos en el Centro de Interpretación Paleontológica y de Arqueología de la localidad (CIPAT).