Tembleque busca reparación y dignidad para casi una veintena vecinos torturados y arrojados "en caliente" a la fosa común

La Asociación Manuel Azaña y el Ayuntamiento de la localidad toledana están llevando a cabo esta exhumación en la que se espera encontrar los restos de, al menos, diecisiete personas.
La exhumación de la fosa común de Tembleque daba comienzo el pasado 2 de noviembre. - ASOC. MANUEL AZAÑA
photo_camera La exhumación de la fosa común de Tembleque daba comienzo el pasado 2 de noviembre. - ASOC. MANUEL AZAÑA

TOLEDO.- Albañiles, jornaleros, molinero, agente comercial o empleado municipal, eran las profesiones algunas de las diecisiete víctimas de la represión franquista a las que se busca en la fosa común de la localidad toledana de Tembleque desde el pasado 2 de noviembre. Un proyecto impulsado por la Asociación Manuel Azaña en colaboración con el Ayuntamiento temblequeño, que cuenta con financiación procedente de los fondos estatales para el desarrollo de actividades de memoria democrática, con la que se pretende identificar y dignificar la memoria de quienes fueron arrojados a esta fosa ser torturados en la cárcel municipal de la localidad al término de la guerra civil.

Republicanos "represaliados en caliente", víctimas que no habrían sido fusiladas, sino que "se les habría ido la mano" durante las torturas, siendo sus cuerpos arrojados a esta fosa abierta en el cementerio de la localidad, entre el 27 de marzo y el 29 de abril de 1939. Una fosa común en la que se cree que podrían encontrarse alrededor de una veintena de personas, aunque no se descarta que pudieran ser más.

Y es que según el informe elaborado por Joaquín Iborra e Ignacio Cabello, encargados de la investigación desarrollada desde la Asociación Manuel Azaña, al menos 160 hombres y mujeres pasaron por la cárcel municipal de Tembleque, donde fueron interrogados y torturados para conseguir una confesión que les comprometiera y así "ser juzgados, encarcelados o fusilados por adhesión, auxilio o excitación a la rebelión" contra el nuevo gobierno surgido tras el golpe de estado militar del 18 de julio de 1936.

Algunos de estos temblequeños fueron enterrados en la fosa común del cementerio. Fosa que permaneció oculta y olvidada hasta el año 1977, cuando los familiares de las víctimas consiguieron hacerse con la propiedad del espacio que ocupaba y financiar la construcción de un panteón conmemorativo.

Un memorial que ahora ha sido desmontado para tratar de identificar y dignificar la memoria de, al menos, 17 víctimas de la represión, que murieron en abril de 1939, tras ser torturadas en la cárcel y no llegar siquiera a ser llevados a juicio. Nombres a los que se ha conseguidos llegar a través de la investigación llevada a cabo desde la Asociación Manuel Azaña, desde la que se han incluido los datos de aquellos que "por tradición familiar y documental" se conoce que están enterrados en esta fosa común.

Uno de ellos es José María García Romero, conocido como 'Tres dedos', cuyos restos se piensa que pueden ser los primeros en haber sido exhumados, el pasado 17 de noviembre. Restos que habrían sido sacados del cementerio civil de Tembleque en 1977, para depositarlos junto a los de sus vecinos.

Cuentan que 'Tres dedos' hizo frente el solo a una columna del ejército sublevado que intentaba tomar el pueblo. Le instaron a rendirse amenazándole con matar a su mujer e hijos y es detenido. Le conducen a prisión y, en un descuido, consigue lanzar dos granadas dentro del cuartelillo, generando así una desbandada de falangistas y requetés, durante la que aprovecha para hacerse con un máuser y se suicida.

Sus restos, los primeros en salir de esta fosa común en Tembleque, eran documentados y clasificados, para posteriormente retirarlos de la fosa.

Tras ello han ido apareciendo más restos, y el pasado 21 de noviembre ya eran trece las personas encontradas en esta fosa, para los que se busca "verdad, justicia y reparación".

Hasta el momento, después de dieciséis días de trabajo, se ha conseguido exhumar todo el nivel 1 de la fosa, aunque todavía no se ha llegado al firme. Queda por ver, tal y como explican desde la asociación en el diario de trabajo que van publicado a través de las redes sociales, qué se encuentra en el nivel 2.

Una vez que concluyan los trabajos de exhumación, será el turno del laboratorio. Una segunda fase del proyecto contempla el análisis del ADN de todos los restos localizados, para poder así compararlos con los familiares de los represaliados que así lo han solicitado.

Mientras que llega ese momento, en este proceso de exhumación de los restos se ha querido contar con la participación de los familiares de las víctimas. Para ello se organizaba hace unos días una jornada de puertas abiertas en las que tanto el arqueólogo como el antropólogo del proyecto explicaron la metodología del proceso a los familiares. Un encuentro en el que hijos, nietos y bisnietos de las víctimas tuvieron la ocasión de compartir historias familiares a través de las que reconstruir la memoria de aquellos a quienes se busca en la fosa.

Un proceso de dignificación de la fosa y de reparación de las víctimas que se lleva a cabo, sin embargo, mientras sigue visible, en el horizonte de tumbas del camposanto, el gran mausoleo 'A los caídos por Dios y por España', con toda su simbología asociada.

Comentarios