El pasado mes de agosto Las Tablas de Daimiel comenzaban a recibir agua procedente del trasvase Tajo-Segura, con la que se han inundado 275 hectáreas.

TOLEDO.- Nueva llamada de auxilio para Las Tablas de Daimiel por la situación ambiental adversa en la que se encuentra el humedal desde hace décadas y para la que reclaman una decisión política "urgente e irrevocable" sobre su futuro: restaurarlo o abandonar para siempre el principal humedal interior de la península ibérica.

Esto es lo que pide el más de medio millar de investigadores y profesores universitarios de todo el mundo que han firmado el manifiesto remitido esta semana al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, y al jefe del Ejecutivo castellanomanchego, Emiliano García-Page, en el que exigen un posicionamiento claro respecto al humedal.

Si se apuesta por restaurarlo, abogan por asegurar un caudal regular de 17 hectómetros cúbicos de agua al año que asegure sus necesidades ecológicas, volumen a completar cuando sea necesario a través del trasvase Tajo-Segura, tal y como está previsto por la ley, "mientras se buscan alternativas hídricas tanto para el ecosistema como para los regadíos" mediante el aprovechamiento de otras fuentes potenciales, como el reciclado y la reutilización de las aguas residuales que se generan en el entorno, la captación de agua de lluvia a gran escala o la cosecha del vapor de agua, precisan.

Y es que, subrayan, el bombeo de agua del acuífero limita el suministro a Las Tablas, de modo que solo sirve para humectar los suelos secos y reducir los riesgos de combustión de la turba, "pero por sí solo no mantiene la inundación del ecosistema".

Un manifiesto en el que señalan cómo Las Tablas de Daimiel "vuelven a estar sin agua varios años seguidos", consecuencia de la sequía "extrema y prolongada" que sufre el humedal de forma cíclica cada década desde hace 40 años, y a cuya solución no contribuye la sobreexplotación a la que sigue sometido el acuífero de la Llanura Manchega Occidental, desde el que los bombeos de agua para el regadío "siguen siendo desmesurados" y "solo la improbable lotería del clima parece capaz de cambiar la tendencia insostenible del agua en La Mancha", reprochan.

Así, confiarse a la recarga natural del acuífero tampoco parece la salida, debido a la escasez de precipitaciones en la zona, por debajo de 400 mm, por lo que -advierten- solo es posible esperar un empeoramiento con el devenir del cambio climático.

Pese a ello "Las Tablas de Daimiel siguen vivas" y a la espera de que el agua llegue para hacer renacer sus procesos ambientales, tras la adptación al adverso escenario hidrológico que ha sufrido.

Un humedal que "nada tiene que ver con el de hace 30 o 50 años", apuntan, pero que si no se interviene, tampoco tendrá nada que ver con el de dentro de una década. Explican así que la perturbación causada de manera directa e indirecta por el hombre dirige actualmente el devenir de su trayectoria ecológica, y aunque su resiliencia a cambiar es muy alta y la biocenosis acuática se regenera de manera casi inmediata cuando hay agua, "cada vez lo hace bajo un estado alternativo diferente, menos complejo".

De este modo llaman la atención sobre la importancia de este ecosistema que constituye un "banco de información ambiental incalculable", que refleja la historia natural de La Mancha y el interior peninsular, de su biodiversidad, procesos ecológicos y el aprovechamiento de sus recursos naturales. Un museo natural de gran relevancia, refugio de más de 2.000 especies y de cuyos procesos se tiene hoy más conocimiento científico que nunca antes.

Por ello reclaman que sea desde la ciencia desde la que se impulse la recuperación de este humedal que se encuentra en una situación "insostenible".

Los firmantes piden así "voluntad política" para recuperar Las Tablas de Daimiel y hacerlo contando con el conocimiento científico, tal y como se ha conseguido en otros ecosistemas en distintas partes del mundo -el río Támesis en Inglaterra, los Everglades en Florida o las llanuras de inundación del Danubio en Austria, Hungría y Rumanía, señalan a modo de ejemplo-, algunos de los cuales se encontraban "mucho más dañados" que el humedal manchego.

Subrayan que la "asignatura pendiente" de la recuperación del acuífero de La Llanura Manchega Occidental "no es responsabilidad del principal perjudicado", el ecosistema de Las Tablas, cuyo estado actual "no es causa, sino efecto, de las decisiones poco acertadas" de los políticos que precedieron a los actuales gobiernos y "de la sociedad que le da la espalda", precisan.

Asimismo el manifiesto recalca cómo la ciencia está demostrando que la restauración de los ecosistemas es la única solución para conservar la biodiversidad y estabilizar el clima de la Tierra, "claves para resolver la actual crisis climática y ambiental", apostillan. Algo para lo que la ONU ha declarado la década entre 2020 y 2030 el plazo para hacerlo, por lo que "aún estamos a tiempo de tomar las decisiones acertadas: en unos años ya será demasiado tarde", sentencian.

Piden así a los gobiernos de España y de Castilla-La Mancha, y de forma específica al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que "inviertan en naturaleza, porque eso es invertir en salud y en calidad de vida".