TOLEDO.- Tráfico de drogas, blanqueo de capitales y defraudación de fluido eléctrico son los delitos por los que se investiga a la número 3 de la lista de Vox en la localidad madrileña de Parla, y actual concejala de esta formación, Ana González Martínez, a la que se acusa -junto a su marido- de liderar una red de tráfico de cocaína en la zona sur de la Comunidad de Madrid y la comarca de La Sagra, en Toledo.
Ambos han sido enviados a prisión provisional por orden del Juzgado de Instrucción número 3 de Illescas, desde el que se lleva a cabo la investigación relativa a esta operación policial, en la que también han sido detenidas otras dos personas, acusadas de los mismos delitos, pero a las que el juez ha dejado en libertad provisional.
Según ha informado la Policía Nacional, durante los registros practicados, entre ellos en la vivienda de la candidata de Vox y su marido, ubicada en Yeles (Toledo) -donde recientemente se había desmantelado un cultivo de marihuana con alrededor de 5.000 plantas, para lo cual se había manipulado la instalación eléctrica para defraudar el suministro-, se intervinieron dos rifles y una pistola, así como diversas cantidades de cocaína y marihuana, así como dinero en efectivo.
Asimismo, detallan, la vivienda tenía las puertas reforzadas y perros de presa, contando además con sistemas de videovigilancia y de transmisiones, con el objetivo de impedir la acción policial.
Según las investigaciones, el cabecilla del entramado era la pareja de la concejala de Vox, quien se encargaba desde la vivienda de adulterar, almacenar y distribuir físicamente la droga.
Por su parte la edil se ocupaba de llevar a cabo funciones de vigilancia, gestionando también todo lo relacionado con las sociedades mercantiles que el entramado utilizaba para blanquear los beneficios obtenidos con el tráfico de drogas.
Las detenciones de estas cuatro personas son el resultado de la investigación que daba comienzo el pasado mes de diciembre, cuando los agentes tuvieron conocimiento de que la pareja, residente en Yeles, se dedicaba a la distribución de sustancias estupefacientes en Parla, donde hacían su vida social.
Las pesquisas constataron que adquirían cocaína para facilitársela a otros narcotraficantes que la destinaban a pequeños puntos de venta en Madrid y Toledo. Actuaban a cualquier hora del día y todos los días de la semana en su zona de influencia.
