CABANILLAS DEL CAMPO.- El presidente de Castilla-La Mancha y candidato a la reelección, Emiliano García-Page, ha sido contundente en relación a los polémicos insultos racistas sufridos por el futbolista brasileño del Real Madrid, Vinicius Júnior, en La Liga. Ataques que considera son "infumables e inasumibles" y ha defendido que no se puede ser "ambiguo" en este aspecto.
Así lo ha manifestado en un acto electoral en Cabanillas del Campo (Guadalajara) donde además ha lamentado que se haya producido en un país como España que no es racista en general y que "la inmensa mayoría no lo somos". En este sentido, Page considera de la ciudadanía española es progresista y solidaria porque "dona órganos como nadie en el planeta, dona más sangre que nadie y atiende y acoge".
Pero García-Page ha querido ir más allá y se ha atrevido a decir que durante los últimos años existen grupos de personas interesados en que el racismo aumente y que de forma "directa o indirecta" hacen apología de ello. Por eso, el socialista toledano ha argumentado que el racismo hay que combatirlo "sin complejos de ningún tipo".
Unas declaraciones que le han servido para comparar los constantes ataques racistas dentro de La Liga con el "frentismo e insulto permanente" que se vive en la política española. En concreto, se ha referido así a las vallas y furgonetas del Partido Popular en las que pone en una misma foto a Otegi, Sánchez y Page, que este último ha vuelto a condenar: "En mi sueldo no va que me mezclen con Otegi".
Y junto a ello los vídeos manipulados realizados y difundidos por los populares, siendo "más de mil" los identificados hasta la fecha por su equipo.
En este sentido, Page ha criticado que la oposición se esfuerce en crear este tipo de contenidos y que gaste dinero en vallas "insultonas", en lugar de presentar propuestas "creíbles" para hacer un proyecto de región.
Por eso ha pedido que ni los ataques a deportistas que crean un paisaje racista, ni los insultos y adrenalina entre políticos se conviertan en algo cotidiano porque "el día que me acostumbre a que sea normal, me tendría que ir". Asimismo ha reconocido que la mayor responsabilidad para terminar con estas prácticas la tiene "la propia clase política".
