Opinión

Recuerdo imborrable. Trabajar para vivir

Artículo de opinión de José Manuel Muñoz Expósito, secretario general CCOO-Ciudad Real, con motivo del XX aniversario de la tragedia de Repsol-Puertollano.

Hoy, a las ocho y cuarto de la mañana, se cumplen 20 años del trágico accidente industrial en una Unidad del FCC del complejo petroquímico de Repsol Petróleo en Puertollano. La consecuencia de la explosión de hidrocarburos costó la vida a 9 personas, trabajadores de las empresas auxiliares de mantenimiento mecánico y de construcción. Un trágico accidente que provocó un pánico generalizado más allá de la factoría. La dimensión del incendio y la propagación del fuego a los cubetos de tanques y la proximidad de las esferas de propano y butano, crearon mayor preocupación y tensión en el conjunto de la población.

La Comisión de Investigación concluyó con una manifestación de la representación sindical que estaba en desacuerdo con las conclusiones de la empresa. Los sindicatos CCOO y UGT incidieron en la consideración de que los accidentes se producen por la acumulación de un conjunto de causas y, en el caso de lo acaecido en la unidad productiva, la decisión de la Jefatura sobre la actividad en la planta fue determinante para que se produjeran una concatenación de hechos que crearon las nefastas condiciones para la explosión. La Consejería de Industria y Trabajo –su Inspección de Trabajo- coincidió, en gran medida, con las posiciones sindicales y concluyó el expediente con una severa sanción económica a la compañía petrolera.

El accidente tuvo una gran repercusión mediática, se constituyeron Comisiones de Trabajo para abordar la situación de la seguridad de los trabajadores de contratas y subcontratas, para la adopción de medidas complementarias para que la vida y la salud de todas las personas que trabajan en las instalaciones de la petroquímica se antepongan al interés productivo y económico de las empresas principales. Un accidente que reclamó, de todos los actores del mundo del trabajo, una revisión profunda sobre la defensa radical de la prevención de riesgos laborales y el papel que desempeña cada parte implicada. Se profundizó, también, en la coordinación de la actividad preventiva en las grandes empresas, y en la preocupación tanto por la seguridad de los trabajadores de la compañía principal como la de los trabajadores de contratas y subcontratas.

La fuerza de los acontecimientos y la fuerza de la razón, junto con la fuerza unitaria de los trabajadores y sus sindicatos, son determinantes para cambiar actitudes y desatención en la prevención de riesgos laborales en las empresas. No caben en el mundo empresarial ni incumplidores, ni negacionistas sobre la importancia de los planes de seguridad y salud laboral. El principal bien a proteger, en cualquier actividad laboral, es la vida y la salud de los trabajadores y trabajadoras, por encima de los intereses productivos y económicos de la empresa, porque no se pueden obtener los rendimientos y beneficios empresariales a costa del riesgo y empeoramiento de las condiciones de trabajo de los asalariados. Una máxima que continúa marcando el trabajo sindical de CCOO en cualquier espacio laboral de la provincia.

En la provincia de Ciudad Real se producen 14 accidentes laborales diarios con baja médica. En todo y en cada uno de ellos cabía una medida preventiva que hubiera evitado el accidente. La población asalariada, los hombres y mujeres que dependen de un salario, acuden a su puesto de trabajo para ganarse la vida, no para perderla o para sufrir algún daño invalidante. La confrontación con empresas y empresarios en materia de Salud Laboral es permanente.

La única manera de conseguir entornos laborales seguros es hacer cumplir con la legislación vigente, con todas las medidas y acuerdos complementarios sectoriales, y vigilar que se aplican rigurosamente. Un cumplimiento que requiere, también, del papel esencial de la Inspección de Trabajo para que no se desobedezca ningún principio preventivo en las empresas; imponiendo severas sanciones a empresas y empresarios que ponen en riesgo a las personas que trabajan bajo su dirección. La empresa es la responsable de la prevención, es la que tiene la obligación de proteger para que no se produzcan accidentes de trabajo. Las organizaciones patronales deben disciplinar a sus empresas asociadas para cumplir con la legislación preventiva.

Hoy, veinte años después de aquel trágico accidente del 14 de agosto de 2003, mantenemos en la memoria aquellos hechos, la terrible pérdida de nueve compañeros, por eso cada año nos reunimos en Puertollano para celebrar un sencillo y humilde homenaje. También reivindicamos, con ello, para que ni en la gran empresa, ni en las contratas y subcontratas, ni en cualquier empresa de la geografía provincial, se retroceda o se incumpla el primer objetivo preventivo. Trabajamos para vivir, no vivimos para trabajar.

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