Opinión

Una nueva provincia, un nuevo país

Hay tantas cosas por hacer, por cambiar, que en ocasiones no veo el momento de que llegue el 27-J para que podamos recuperar la sonrisa en mi provincia, en mi país. Cada una de las personas que estamos apostando por hacer esfuerzos en nuestras respectivas vidas privadas, lo hacemos convencidos de que tal sacrificio comportará una satisfacción mayor: el bienestar colectivo. Se trata de un reto personal y político que, apuesta por recuperar los derechos arrebatados a las mayorías sociales, a la gente que como tú y yo hemos padecido con indignación el saqueo de los bienes y derechos más importantes para la ciudadanía: el trabajo, la igualdad, la educación, la sanidad, los servicios sociales...

Una nueva provincia, un nuevo país. Necesitamos continuar la ilusión con la que hemos trabajado durante esta campaña para convencer a propios y a ajenos de que la defensa de ciertos valores y principios, como la igualdad y la solidaridad, resultan imprescindibles para la reconstrucción de nuestro país después del asedio y destrucción al que se ha visto sometido tras estos cuatro largos años de (des)gobierno del PP.

No se trata de ideología, sino de sentido común. No resulta posible soportar ni un día más un gobierno como el del PP que continúe lucrándose a costa del esfuerzo y el sufrimiento de la mayoría de las personas que habita este país. Un gobierno que nos ofrece diariamente noticias de corrupción y de mala gestión de lo público, sin otra finalidad que la de sus propios intereses y la de las oligarquías más rancias.

Por ello, y como requisito previo a la ardua labor de reconstrucción del país, debemos asegurarnos que el próximo domingo participemos el mayor número de personas y que dicha participación otorgue mayoritariamente su beneplácito a todos aquellos que queremos desterrar de nuestro país a las políticas del sufrimiento, de los recortes, de la desigualdad, de la pobreza, de los sacrificios innecesarios…

El domingo que viene, las personas como tú y yo, y todos aquellos que estuvimos hombro con hombro en las calles defendiendo los derechos sociales, los servicios públicos y la dignidad en el trabajo, tenemos la oportunidad de concedernos la esperanza de poder sonreír colectivamente en un futuro muy próximo.

Por todo ello, ¡Unidos Podemos!

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