Déjenme ponerles en antecedentes: En Diciembre de 2014 el PP de Villarrobledo, junto con CIVI, interpuso una querella contra Juan Luis Íñiguez y Juan Bautista Torrente en relación con un presunto delito que incluía, entre otros aspectos, una presunta falsificación de firmas en una obra pública financiada con fondos europeos. Cómo no, la querella fue pagada con el dinero de las arcas municipales pues, sobre el papel, era el Ayuntamiento quien denunciaba. Para más inri la denuncia se interpuso a 5 meses de las elecciones locales y con toda la pompa y circunstancia al contar con la cobertura de Castilla-La Mancha Televisión.
Cuando en Junio de 2015 el PSOE recobra la Alcaldía, con el apoyo de IU y SPV -Dios nos perdone-, el alcalde Alberto González, en una de sus primeras decisiones, y por resolución de Alcaldía, como no podría ser de otro modo en aquello que le causa rubor, retira al Ayuntamiento de la causa contra sus dos compañeros de partido. Importante es decir, antes de seguir, que la Fiscalía decide seguir, de oficio, con la investigación. Podría entenderse que, con este acto de constricción, retirada la personación del Ayto. en la causa y con el fiscal investigando de oficio, las aguas volverían a su cauce. Nada más lejos de la realidad.
Cuando meses después de haber retirado al Ayuntamiento de la causa contra Íñiguez y Torrente del caso “Ventas de Alcolea” (nombre de la famosa obra financiada con fondos europeos), el Ayuntamiento se persona en una nueva causa contra la portavoz popular Amalia Gutiérrez, otra querella pagada con el dinero de las arcas municipales, la cosa se empezó a calentar. Incidir, una vez más y antes de proseguir, en que es totalmente aceptable este último punto: si se tienen dudas de delito razonables, es lícito recurrir a la Justicia para que depure responsabilidades.
Sin embargo la legitimidad, aparente hasta aquí, se perdió el día que la portavoz popular tuvo que ir a declarar al Juzgado: toda la pompa y circunstancia que se invirtió por parte del PP para la presentación de la querella en las navidades de 2014 contra el PSOE le ha sido devuelta por aquellos que fueron, entonces, denunciados. Castilla-La Mancha TV estaba ahí para dar fe de la entrada al juzgado de la portavoz popular. La venganza se sirve en plato frío. Justicia Política, si es que no supone pecado ligar esas dos palabras.
Así funcionan, queridos amigos y amigas, el PP y el PSOE en Villarrobledo (y en tantos otros sitios, me temo), a través de la venganza y el rencor. ¿Cómo si no se explica que estuvieran los medios de comunicación esperando a la portavoz popular en la puerta del Juzgado?
Ella posó denunciándolos y ellos la retratan andando camino del juzgado para prestar declaración por la denuncia que ellos le han puesto. Las sentencias aquí pasan a un segundo nivel, lo importante era devolverle el golpe.
Insisto, no me pongo de parte de nadie y nunca lo haré: que resuelva la Justicia, pero la venganza del PSOE por aquel posado, en la puerta del Juzgado, se ha consumado.
Me avergüenzo profundamente del uso que algunos políticos le dan a las Instituciones, instrumentalizándolas sin escrúpulos: los unos por denunciar a éstos antes de las elecciones con un clarísimo afán destructivo, y éstos por utilizar la institución como plató de televisión para satisfacer su sed de venganza.
Un amigo me recordó estos días unas palabras de quien fue Alcalde, éste sí con mayúscula, de mi pueblo:
<< […] Responsabilidad política que desde este momento asumimos sea cual fuere, no hago juicio alguno, la situación administrativa de la Diputación. Eliminando por principio la judicialización de la política, pues bastante es, así lo supongo, el trabajo de los jueces, como para incrementar sus altas tareas con otras materias cuyo arbitraje corresponde, en términos generales, a intramuros de la Institución y que se salva, además de las leyes, con el diálogo y la razón, valores y soportes que han de presidir ineludiblemente desde ahora.>> Párrafo extraído del discurso de investidura a la Presidencia de la Diputación de Albacete de D. Francisco Segovia Solana.