Eleazar Huerta, el alcalde republicano de Albacete que falleció en el exilio

Personaje fundamental en la historia contemporánea de Albacete, maestro, poeta, abogado del Estado, profesor universitario, periodista, Eleazar Huerta Valcárcel fue un socialista comprometido que ejerció de alcalde de durante la guerra.

Eleazar Huerta Valcárcel nació en Tobarra, provincia de Albacete, en el año 1903. Nació en el seno de una familia de la pequeña burguesía progresista de la localidad muy vinculada al mundo de la docencia. Estos dos hechos le marcarían en su vida. Se licenció en Derecho por la Universidad Central de Madrid para pasar a dirigir “El Progreso” entre 1921 y 1922, aunque también fue colaborador en “Ágora”, “Altozano”, “El Eco del Pueblo” y “República”.

A partir de 1927 se destacó en su labor de abogado por la defensa de encausados de condición humilde, en calidad de oficio.

Eleazar Huerta ingresó en la Agrupación Socialista de Albacete, a la que representó en el Congreso Extraordinario del PSOE del año 1931. En la Agrupación llegaría ser secretario. En el seno del Partido se situó en el ala más moderada del mismo.

En las elecciones municipales de abril de 1931 fue elegido concejal, responsabilidad que desempeñó hasta el año 1934 cuando fue cesado por el gobierno a raíz de la Revolución de Octubre. Eleazar Huerta y José Prat se encargaron de defender en los tribunales a los procesados por este hecho de la provincia de Albacete.

Cuando se produjo la victoria del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936 y en virtud de la amnistía prometida solicitó formalmente al gobernador de la provincia de Albacete que repusiese a los alcaldes y concejales represaliados. El propio Huerta fue repuesto. Había sido elegido en su momento por el distrito de Santa Quiteria. En ese año comenzó a ejercer el decanato del Colegio de Abogados de Albacete, cargo que desempeñó hasta el final de la guerra.

El primero de marzo de 1936 fue elegido presidente de la Diputación Provincial, aunque fue cesado el 18 de julio por los sublevados. A los pocos días, el gobierno de la República le repuso en su cargo. En 1937 pasaría a ejercer de alcalde de Albacete. En ese mismo año fue nombrado director general de lo Contencioso y Administrativo del Estado. Un año intenso el de 1937 para nuestro protagonista, porque además se le asignó la plaza, como interino, de profesor auxiliar en la Sección de Letras de la Escuela Normal de Albacete.

Al terminar la contienda pudo exiliarse y pasó a residir en Chile. Allí ejerció como profesor universitario de Estética Literaria, Literatura Universal y Literatura Española en la Universidad Austral de Santiago de Chile, cuyo himno se debe a su pluma. Fue elegido miembro de la Academia Chilena de la Lengua. Fue uno de los fundadores de la revista Estudios Filológicos.  Sin lugar a dudas, Eleazar Huerta se convirtió en un afamado filólogo en Chile. Pero cuando en la vejez parecía que encontraría sosiego le ocurrió un hecho que determinaría su vida. Al parecer, un hijo suyo fue detenido cuando se produjo el golpe de Pinochet, pasando por terribles penalidades. Como consecuencia de esta detención Eleazar sufrió un terrible infarto. Moriría en enero de 1974, aunque en otras fuentes hemos visto que fue en 1975.

Eleazar Huerta fue homenajeado en 1993 en un acto oficial presidido por José Bono y al que asistió su viuda. La Casa de Cultura de Tobarra lleva su nombre.

Nuestro protagonista ha dejado algunas obras sobre su trabajo como profesor universitario y como poeta; en este sentido citaremos, Cancionero mozo y Libro de Alo. Cabe recordar que en 1932 impulsó los Juegos Florales en su localidad natal.

Para profundizar en esta polifacética figura se puede consultar a Paterna Alfaro, “Eleazar Huerta Valcárcel”, en la Revista de Semana Santa de Tobarra (1989), además de las obras de M. Requena Gallego, Partidos, elecciones y elite política en la provincia de Albacete. 1931-1933, del año 1991, y R. Sepúlveda Losa, Republicanos tibios, socialistas beligerantes: la República social inviable. Albacete 1922-1936, publicada en Albacete en el año 2003. Por fin, estaría el artículo de A. Selva, “La herida que no se cierra: Eleazar Huerta Valcárcel (1903-1975)”, en la revista Añil, del año 2004, y que podemos consultar en la red.

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