Mientras que la mayoría de los representantes públicos de la región han ido a Seseña a conocer más a fondo la situación que están pasando los residentes del barrio de El Quiñón tras el incendio del vertedero de neumáticos de la zona, la expresidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal ha preferido no suspender sus actos de campaña.
La secretaria general de los populares tenía en su agenda dos visitas exprés, una a Extremadura, donde ha estado con el presidente José Antonio Monago y con otros populares como Carlos Floriano, y otra a Talavera de la Reina con motivo de las fiestas de San Isidro.
En este último encuentro, Cospedal se ha reunido con la militancia y con el alcalde de la localidad toledana, Jaime Ramos. Allí es donde ambos dirigentes se han tomado una polémica fotografía que ha causado en las redes la indignación de los usuarios. En ella, Cospedal disfruta de unas migas con Ramos, todo ello cuando tenían lugar los trágicos acontecimientos de Seseña.
No obstante, no quiere decir que no haya apoyado a la gente que está ayudando a apagar el incendio. La presidenta del PP en Castilla-La Mancha, ha mostrado en declaraciones a los medios de comunicación “toda la solidaridad” con las personas que están trabajando durante horas para controlarlo.
Cospedal ha asegurado que está “muy pendiente” de la evolución del incendio, en el que se están poniendo "todos los medios posibles" para que "no haya ningún perjuicio para nadie". Cospedal ha alabado la labor de los equipos desplegados en la zona para controlar el incendio y para evitar que se puedan "producir daños personales que son los más importantes".
Para terminar, ha destacado la necesidad de evitar que se produzcan daños medioambientales. Aunque los vecinos de Seseña ya han mostrado a las agencias de prensa su enfado con Cospedal, Barreda y los actuales dirigentes regionales, que durante años han permitido que no se retiraran los neumáticos, a pesar de estar vertidos de forma ilegal.
Los vecinos del barrio del Quiñón han explicado asimismo que esta era una situación “que ya se veía venir” a causa de la pasividad de los distintos gobiernos autonómicos.
