Toledo no renuncia a bañarse en el Tajo pese a 45 años de prohibición franquista

Más de cuatro décadas han pasado desde que los toledanos tuvieran que renunciar a meterse en el Tajo debido a la contaminación. Una situación que ha empeorado con el paso de los años sin que, a pesar de las reiteradas promesas, la ciudad haya podido volver a disfrutar de su río.

TOLEDO.- Esta semana se cumplen 45 años desde que el gobernador civil de Toledo prohibió el baño público en el Tajo por la alta contaminación. Casi medio siglo después, su estado ha empeorado hasta niveles alarmantes, pero la sociedad toledana no renuncia a volver a sumergirse en sus aguas.

La dictadura de Francisco Franco daba sus últimos coletazos y los toledanos se quedaban, sin previo aviso, sin poderse bañar en el río que abraza la ciudad. Una prohibición que se mantiene hoy viva, aunque ya no hay avisos que la recuerden, dado que a simple vista se aprecia que las aguas del Tajo a su paso por Toledo no son aptas para sumergirse en ellas.

La Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la Delegación del Gobierno de España, el Ayuntamiento de Toledo, la Universidad regional y la Plataforma de Toledo en Defensa del Tajo comentan a la periodista Sara Burgos sus diferentes diagnósticos sobre la situación del río y el origen de sus problemas, aunque compartiendo el mismo mensaje: "Hay esperanza para el Tajo".

"Aguas contaminadas. Prohibido bañarse", así rezaban en 1972 los carteles escritos en español, francés e inglés que el Ayuntamiento de Toledo colocó en las zonas de baño de la ciudad para avisar a vecinos y turistas. El mandato afectaba a todas las poblaciones de la provincia toledana surcadas por el Tajo.

Carta con la que el Gobernador Civil de Toledo comunicó la prohibición

En el año 2017, no hay carteles, pero la prohibición es obvia. El 45 aniversario ‑que también coincide con el 30 aniversario de Toledo como ciudad Patrimonio de la Humanidad‑ tendrá lugar en un año de sequía y temperaturas extremas, que se suman a la falta de agua en cabecera y a la incesante llegada de aguas residuales de 6,4 millones de habitantes de la Comunidad de Madrid.

Todo ello, en un momento en que no pueden realizarse trasvases al Segura porque los pantanos de Entrepeñas y Buendía se encuentran por debajo del umbral mínimo no trasvasable, un hecho inédito que da idea del estado en el que se encuentra el río.

"El río Tajo a su paso por la provincia se encuentra en un pésimo estado ecológico", advierte Beatriz Larraz, profesora y coordinadora del Grupo de Investigación del Tajo de la UCLM.

Lo achaca "a la alta regulación a la que está sometido desde su cabecera" y a que con la incorporación del Jarama en Aranjuez, se integran "todas las aguas residuales, de consumo de sus habitantes e industriales". Además, apunta que "en la propia provincia de Toledo, el río recibe diversos vertidos, en su mayoría procedentes de la agricultura".

"Las fotos hablan por sí solas. Mirando al Tajo seguimos teniendo los mismos episodios de espumas, de papillas flotantes y de mortandad de peces", lamenta el presidente de la Plataforma de Toledo en defensa del Tajo, Alejandro Cano, que ha convocado a toda la sociedad toledana a una manifestación para defender el río.

La fauna autóctona, continúa, ha desaparecido "prácticamente", con excepción del barbo, que se encuentra "en una alarmante disminución que raya la extinción". Las imágenes de peces muertos en el río aparecen periódicamente y sacuden la conciencia de los toledanos. A su juicio, "la presión que ejerce Madrid sobre el Tajo es al menos diez veces superior a la que ejerce París sobre el Sena" y, por este motivo, reclama "las aguas de cabecera" que son trasvasadas al Segura.

TRASVASES QUE ESQUILMAN EL TAJO

En el plano político, el Ayuntamiento de Toledo y la Junta de Comunidades, ambas instituciones gobernadas por el PSOE, también coinciden en su rechazo al trasvase.

La consejera de Fomento, Agustina García Élez, cuyo departamento ha recurrido los 22 trasvases aprobados desde el inicio de legislatura, apunta que el traslado de agua "hace que no exista un caudal ecológico del río que ayudaría a depurarlo e impediría los episodios de contaminación, espumas, eutrofización...".

"A la contaminación que provocó la prohibición, se suma un trasvase que ha esquilmado por completo los recursos, impidiendo la capacidad de recuperación natural de nuestro río y condenando la supervivencia del Tajo", considera, por su parte, la concejala de Servicios Públicos Medioambientales del Ayuntamiento de Toledo, Noelia de la Cruz.

El Gobierno municipal ha puesto en marcha esta legislatura el Pacto de la Ciudad de Toledo por el Tajo, del que forman parte grupos políticos, sindicatos, empresarios, vecinos, Universidad y diversos colectivos de la ciudad.

Frente a estas opiniones, el delegado del Gobierno de Mariano Rajoy en Castilla-La Mancha, José Julián Gregorio, recuerda que, "como la mayoría de los ríos y no solo los que transcurren por ciudades como Toledo, hubo una época en la que empeoró la calidad de sus aguas por el desarrollo económico que vivió España".

"Mientras por un lado se extendía el bienestar en nuestra sociedad, por otro no se tuvo demasiado en cuenta la necesaria protección del medio ambiente", expone. Si bien asegura que "desde hace tiempo esta situación se está revertiendo y se viene luchando intensamente desde Europa y España por mejorar la calidad de las aguas de los ríos, con directivas y legislación nacional". "Mi ilusión como delegado sería, qué duda cabe, que ese trabajo que se viene realizando sirva para que algún día vuelvan los baños al Tajo", asevera Gregorio.

PROTESTA PARA RECUPERAR EL RÍO

A su voz, se unen las de la titular de la Universidad de Castilla-La Mancha, quien asegura que "los ríos tienen gran capacidad de recuperación" si se liberan de la presión, mientras que el representante de la Plataforma incluso concreta ese tiempo: "Si se toman medidas serias sobre la deficiente depuración y se les deja a los ríos recuperar una buena parte de su dinámica fluvial, en no más de cinco años, ellos solos hacen el resto".

Para conseguirlo, la concejala pide "no rendirse" y la consejera reclama "medidas drásticas de calidad de agua" porque pensar en bañarse "a día de hoy es prácticamente una utopía".

Hasta que llegue el momento, la Plataforma ha llamado este lunes a los toledanos a sacar el bañador, la toalla y las chanclas y concentrarse en el entorno del puente de San Martín para pedir que los días de baño dejen de ser una fantasía. Una concentración a la que se sumaron decenas de personas para reclamar "el río que nos robaron" y cambiaron por "una alcantarilla".

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