Las visitas a las residencias de mayores de Castilla-La Mancha estarán permitidas desde el lunes

  • Alrededor de 200 centros residenciales de Castilla-La Mancha cumplen los requisitos para poder abrir sus puertas a las visitas de familiares: no tener casos confirmados de COVID-19 ni personas aisladas por sospecha de ello.
  • Se permitirán un máximo de dos visitas semanales por residente, de una sola persona y de una hora de duración cada una.

TOLEDO.- Castilla-La Mancha estrenará la nueva normalidad comenzando a permitir las visitas a las residencias de mayores a partir del próximo lunes, 22 de junio. Algo más de tres meses después los familiares podrán visitar a sus mayores en las residencias, aunque de momento no a todos.

Y es que las visitas no estarán permitidas en todos los centros residenciales de la región, sino en aquellos en los que no haya casos confirmados de COVID-19 ni entre los residentes ni entre los profesionales, y tampoco personas aisladas por ser sospechosas de tener la enfermedad.

En aquellas residencias en las que se cumplan estos requisitos -desde el Gobierno regional se estima que unas 200 en toda Castilla-La Mancha-, se permitirán dos visitas por semana, de una sola persona y de una hora de duración.

Así lo han avanzado en rueda de prensa el director general de Salud Pública, Juan Camacho, y la directora general de Humanización y Atención Sociosanitaria, María Teresa Marín, quienes han subrayado que se trataba de una "demanda insistente" por parte de las familias.

Con esta apertura prudente y paulatina de los centros residenciales de mayores se pretende no solo atender a la salud física, sino también a la "emocional y mental" de estas personas, que se han visto obligadas a sufrir un duro proceso de aislamiento, sin contacto directo con sus familiares. 

En este sentido el director general subrayado que el panorama "ha sido terrible", lo cual obligó a adoptar medidas "muy drásticas" en cuanto al aislamiento de las personas en residencias de mayores. "Era una cuestión de fuerza mayor", ha insistido, puesto que la obligación prioritaria era "proteger la salud y la vida de estas personas".

Martín ha reconocido que este aislamiento ha sido "muy duro" tanto para los residentes, que no han tenido contacto con sus familiares; como para las propias familias y los trabajadores, "que conviven con esa situación de cierta tristeza y malestar emocional", que también ha supuesto para muchos de los residentes un mayor deterioro.

Y es que, ha precisado la directora general, también se tuvieron que restringir "de manera muy rigurosa" las actividades grupales y la rehabilitación, aunque se ha mantenido, se ha debido llevar a cabo en las propias habitaciones, de manera individual.

Aunque todavía no podrán llegar los esperados abrazos, puesto que será imprescindible mantener la distancia de seguridad, con ello se pretenden paliar los efectos que el aislamiento y las rigurosas medidas que ha sido necesario implantar en las residencias durante estos meses han tenido sobre los mayores.

En este sentido, el director general de Salud Pública ha apelado a la cautela, la prudencia y la responsabilidad. "Va a ser muy difícil mantener las emociones guardadas en el bolsillo cuando nos acerquemos a nuestros seres queridos, pero pensemos que por mucho que nos apetezca darles un abrazo y un beso, nos apetece mucho más volverles a ver sanos dentro de dos semanas", ha apostillado.

Para ello será imprescindible cumplir con todas las medidas de protección, puesto que además de exigir el mantenimiento de la distancia de seguridad de 1,5 metros, será necesario el uso de mascarillas, la higiene de manos así como de todos los espacios en los que se produzcan las visitas.

Medidas todas ellas que todos los directores de los centros "tienen la responsabilidad de cumplir y de hacer cumplir", ha subrayado Marín.

A este respecto el director general de Salud Pública recordaba que tras el levantamiento de las restricciones se debe ser "mucho más cuidadosos y más responsables a la hora de adoptar las medidas de protección". Y es que, ha insistido, es necesario tener presente que "nuestras medidas de protección son también las del que tenemos enfrente".

Por ello ha rogado a quienes a partir de la próxima semana vayan a visitar a sus mayores en las residencias sean "enormemente conscientes de que el riesgo sigue ahí y de que en su mano está el participar para que ese riesgo sea el menor posible".

CON CITA PREVIA

Al igual que se estableció para las visitas a los centros residenciales para personas con discapacidad, trastorno mental o conductas adictivas en la orden del pasado 27 de mayo, para poder realizar una visita en las residencias de mayores será necesario solicitar cita previa.

Si el centro se encuentra 'libre' de COVID, la visita se autorizará y quedará incluida en un registro de las mismas.

Registros de visitas que se ocuparán de llevar los propios centros, dejando constancia en ellos de todas las visitas y a quiénes han visitado, para poder llevar un control en caso de que se produzca una alerta o contagio.

Estas visitas se realizarán "prioritariamente" en espacios al aire libre, aunque si las residencias no disponen de ello podrán organizar las visitas de forma diferente, atendiendo a las características de cada una.

Asimismo, para que aquellos residentes que se encuentren encamados también puedan recibir la visita de sus familiares, se ha previsto la habilitación de corredores seguros para que puedan producirse.

1.303 MUERTES CONFIRMADAS 

Y es que toda medida de precaución es poca, teniendo en cuenta que las residencias de mayores que han sido uno de los focos de mayor preocupación por la "virulencia" que ha tenido la infección de COVID-19 desde que empezó la pandemia.

Algo que no ha sido exclusivo de Castilla-La Mancha, pero que en su caso ha sido especialmente relevante por el elevado porcentaje de población de edad avanzada -casi el 7 por ciento tiene más de 85 años-, así como por la gran cantidad de población que se encuentra en residencias.

Respecto a hace unos meses la situación en las residencias ha mejorado, pero a día de hoy todavía siguen siendo 240 los centros que cuentan con casos positivos confirmados.

En este sentido, el director general ha recordado que en estos meses se han confirmado más de 6.600 positivos entre residentes y sobre otros 1.200 ha habido sospechas de que pudieran padecer la enfermedad, al tiempo que se han confirmado casi 2.000 contagios entre los trabajadores de estos centros.

Sin embargo el dato más doloroso han sido las 1.303 muertes de residentes por COVID-19, a las que se suman otras 1.187 sobre las que existe la sospecha de que se pudieran haber producido también por esta causa, aunque  en su momento no se pudiera comprobar mediante prueba diagnóstica.

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