TOLEDO.- Una decisión "prudente" y "consecuente con el nivel de solución que le hemos dado al virus entre todos". Así ha calificado el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, el acuerdo alcanzado este miércoles en Toledo, donde se ha reunido el Consejo Interterritorial de Salud, para poner fin al uso obligatorio de mascarilla en interiores el próximo 20 de abril.
Así lo ha señalado el presidente del Ejecutivo castellanomanchego durante su visita a la feria 'Alimentaria' que se celebra en la localidad barcelonesa de Hospitalet de Llobregat, donde ha visitado el estand de la comunidad autónoma.
García-Page ha mostrado su satisfacción por el acuerdo alcanzado entre el Ministerio y los gobiernos autonómicos sobre algo que "veníamos pidiendo ya desde hace mucho tiempo", ha recordado, y que permitirá "poder empezar a normalizar la convivencia".
En este sentido, el presidente castellanomanchego ha subrayado la diferencia que hay entre "el respeto al covid y el miedo al covid", puesto que "los españoles nos hemos ganado el no tener que tenerle miedo, aunque sí respeto y prudencia", ha apostillado. "El miedo es lo que tenemos que desterrar", ha añadido.
Una decisión de eliminar el uso obligatorio de la mascarilla que se produce en un momento en el que "España necesita como nunca tirar para adelante desde el punto de vista económico, social y cultural", ha destacado.
Ha recordado así que los datos que hay sobre la mesa en este momento "nos permiten trabajar con prudencia" y avanzar en la culminación del periodo de "desacoplamiento" a las restricciones.
"Hemos sido duros cuando había que serlo", ha recalcaldo el presidente de Castilla-La Mancha, por lo que "ahora, proporcionalmente al esfuerzo que ha hecho la gente, conviene acoplarnos a medidas muchísimo más normales, más de convivencia habitual", ha apostillado.
De este modo, la supresión del uso obligatorio de la mascarilla en interiores se producirá después de Semana Santa, en el momento en el que "va a empezar toda la temporada alta de la conectividad, de la conexión de los españoles", algo que confía "nos vaya bien".
García-Page ha recordado que España no es la primera en tomar esta decisión, puesto que en muchos lugares de Europa "hace ya tiempo que no se tiene mascarilla, ni en la calle ni dentro".
No obstante, está convencido de que el país "ha cumplido muy por encima del estándar europeo", tanto vacunándose como disciplinándose, y por ello "puede tomar esta decisión sin miedo, aunque con respeto".
