La pandemia pasa factura a los hogares castellanomanchegos situando a 46.000 personas más en riesgo de pobreza en 2021

La Encuesta de Condiciones de Vida refleja un empeoramiento de todos los índices en la región. Los ingresos medios son menores a los de hace dos años y el 8,5 por ciento tiene dificultad para llegar a fin de mes.
Más de medio millón de castellanomanchegos continúan en riesgo de pobreza. | ARCHIVO
photo_camera Más de medio millón de castellanomanchegos continúan en riesgo de pobreza. | ARCHIVO

TOLEDO.- Los datos empeoran y demuestran que la pandemia de la covid-19 ha hecho mella en la brecha económica de la sociedad. Son indudables sus efectos y hasta un 27,4 por ciento de la población castellanomanchega vive en riesgo de pobreza, lo que supone 2,3 puntos porcentuales más que en 2020, cuya cifra se situó en el 25,1 por ciento.

Así, la región sigue por encima del medio millón de habitantes en riesgo de pobreza y suma más de 46.800 personas con respecto al año pasado a este índice, lo que hace que más de 557.000 residentes en Castilla-La Mancha estén en esta situación, de una población total que supera los dos millones de habitantes.

Son datos de la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondiente al año 2021, cuando la pandemia ya llevaba un año y medio causando estragos en las economías familiares.

La tasa Arope de personas en riesgo de pobreza y/o exclusión también se ha visto incrementada en el último año y en la comunidad castellanomanchega alcanza el 32,5 por ciento, frente al 29,8 por ciento que arrojaba en 2020.

Los ingresos medios por persona se han visto, de igual forma, afectados por la crisis sanitaria y económica derivada de la pandemia y han pasado de 10.485 euros por castellanomanchego hace dos años a 10.257 euros el año pasado.

La Encuesta de Condiciones de Vida recoge otra serie de indicadores que suben igualmente en la región, como el 35 por ciento de las personas que no pueden permitirse ir de vacaciones fuera de casa al menos una semana al año, una cifra que en la anterior encuesta estaban en el 32,5 por ciento.

Otras de las situaciones evaluadas son la de quienes no tienen capacidad para afrontar gastos imprevistos, el 35,6 por ciento de la población de Castilla-La Mancha frente al 32,5 por ciento en hace dos años, y la de quienes tienen retrasos en los pagos relacionados con la vivienda principal o en compras a plazos, que supone el 14,2 por ciento de los habitantes mientras que en 2020 suponía el 8,4 por ciento.

Y las personas que tienen mucha dificultad para llegar a fin de mes representan ya el 8,5 por ciento de la población en la región, un dato que también se ha incrementado en relación a la anterior encuesta que registraba un 6,5 por ciento.

Ante estos datos, la Red Europea contra la Pobreza (EAPN) de Castilla-La Mancha ha hecho una primera valoración sobre el impacto de la pandemia, que ha incidido en los grupos que ya estaban en situación más precaria, tal y como reflejan los índices de riesgo de pobreza y tasa Arope.

Una pobreza patente en el aumento de la carencia de material severa y de los hogares que no pueden permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días y los que no pueden tener la vivienda con una temperatura adecuada.

Por todo ello, la EAPN observa la necesidad de que Castilla-La Mancha refuerce las medidas de protección social y lamenta el aún limitado impacto de los fondos de recuperación que cree que no deben retrasarse más para que tengan un verdadero efecto entre la población y los índices de pobreza no continúen la alarmante subida.

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