ALBACETE.- Rosario Velasco, cuando fue elegida presidenta de Vox en Albacete, no tardó en saltar a los medios de comunicación por su acoso a los colectivos feministas, a cuyas simpatizantes llamaba "ordinarias, poco sensuales y poco señoras", además de "feminazis". Ahora, poco más de cuatro años después, es ella la que denuncia el hostigamiento que ha recibido desde las filas del partido de extrema derecha, al más puro estilo de Macarena Olona.
A punto de terminar la legislatura y apenas unos días antes de que los ciudadanos elijan a quienes serán sus representantes durante el próximo mandato, es también el momento de despedidas para algunos y de saldar cuentas para otros. Dos circunstancias que coinciden en el caso de Velasco, la única concejal que Vox ha tenido esta legislatura en el Ayuntamiento de Albacete, y que dice adiós a la política desencantada con su partido y denunciando la "obsesión" por "acabar con ella" de un diputado nacional.
Así, cargada de documentación con la que respaldar su versión de lo que ha sucedido, Velasco se presentaba este martes en la sala de prensa del Consistorio para ofrecer los detalles del por qué de su ruptura con la formación de ultraderecha.
Coacciones y amenazas que Velasco ya denunciaba públicamente el pasado mes de marzo, cuando en una comparecencia ante los medios anunciaba su marcha de la formación de ultraderecha al término de la legislatura y apuntaba que daría los pormenores de su salida antes de que finalizara el mandato. Eso sí, denunciaba los comportamientos "de lo más bajuno, deplorables y rastreros" sufridos durante estos años desde el partido.
MINTIÓ PARA SEGUIR SIENDO CONCEJAL
Velasco ha señalado ahora sí directamente al diputado nacional Rafael Lomana, de quien ha recordado que si bien representa a la provincia de Albacete en el Congreso, "reside en Alicante", y de cuyas acciones ha tenido "total conocimiento" la cúpula nacional de Vox. Una "obsesión" por acabar con ella que la concejal ha ilustrado con diversos ejemplos sobre lo sucedido.
Así ha detallado cómo en octubre de 2019, fue citada por el entonces vicesecretario de Organización de Vox, Tomás Fernández Ríos, en la sede nacional del partido y "en cinco minutos de reunión, me dio un ultimátum de 48 horas para dimitir como presidenta, diciendo que merecía un castigo y que mi vida iba a cambiar".
De este modo se habría visto obligada a presentar ante la opinión pública su dimisión al frente de Vox en Albacete como fruto de una decisión voluntaria, puesto que de otro modo, según ha señalado, tendría que dimitir como concejal.
Una situación que Velasco denunció ante el comité de garantías del partido, que no resolvió hasta un año después, considerando que no hubo vulneración y por tanto no se abrió expediente disciplinario alguno.
Asegura la concejal haber luchado contra viento y marea por las siglas del partido en la ciudad. Así, mostrando varias carpetas llenas de recortes sobre su actividad municipal, Rosario Velasco ha defendido que todo su trabajo no ha sido para ella, sino "para todos nuestros votantes y para el resto de los ciudadanos". Informaciones ninguna de las cuales, ha señalado dolida, "ha sido difundida por las redes del partido".
Y aunque cierra la etapa de esta manera, asegura que "ha sido un honor haber podido representar a los miles de ciudadanos de Albacete que depositaron su confianza en ella" en las elecciones municipales de 2019.
"EL PARTIDO ES PELIGROSO"
Se marcha, pero con una advertencia: "Este partido no es el mismo al que me afilié, ha mutado en algo muy distinto, donde se ha cambiado la democracia interna y la confianza por un ordeno y mando donde no ser del agrado de alguien dentro del partido es peligroso para permanecer en él".
En este sentido, Velasco ha asegurado que decir la verdad ha llegado a poner en riesgo hasta a su entorno. Muestra de ello algunos mensajes recibidos a través de las redes sociales que la concejala ha mostrado a los medios de comunicación durante su comparecencia, en los que, por ejemplo, tras acusarla de estar siempre "buscando protagonismo", dicen que tiene "un perro muy bonito" y advierte que tenga "cuidado con él", ya que "algunos no viven mucho".
Con esta comparecencia, la concejala de Vox ha querido demostrar "parte del sufrimiento y del trato recibido" en estos cuatro años por parte de Lomana, con conocimiento de la dirección nacional del partido.
Una animadversión hacia ella que atribuye al hecho de que Lomana no saliera elegido como diputado en abril de 2019, algo de lo que culpabilizaría a Velasco, quien recuerda que "de 15 días de campaña vino cuatro" y ni siquiera acudió a las reuniones y actos que se le prepararon.
Asimismo ha denunciado que cuando en noviembre de 2019 sí consiguió un escaño por Albacete, "su primera actuación solo diez días después de su elección fue solicitar la destitución" del personal de confianza de Velasco, algo que no consiguió -ha precisado la edil-.
Y es que según la todavía concejal, la "intención final" del diputado no era otra que la de aislarla, porque "no podía soportar que su actividad frenética en el ayuntamiento le llevara a salir en los medios de comunicación". "Se creía que estábamos en 'Supervivientes', en una especie de competición", ha señalado.
Pese a todo, Rosario Velasco hace un balance positivo de la labor que ha desarrollado en el Ayuntamiento de Albacete a lo largo de la legislatura, en la que ha devuelto más del 80 por ciento de la subvención municipal, más de 31.000 euros, como ha precisado. Asimismo considera haber cumplido con sus votantes.
