Condenado a ocho meses de prisión por matar a su perra a golpes y arrojarla al Júcar en un saco

  • El juez considera probado que el acusado acabó intencionadamente con la vida del animal asestándole con una herramienta contundente en la cabeza más de seis veces, tras lo cual tiró el cadáver al río.
  • También ha sido inhabilitado durante dos años y medio para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con la fauna y para su tenencia.  

ALBACETE.- El joven de 24 años de edad acusado de matar a golpes a su perra en Albacete y después arrojarla al río Júcar ha sido condenado a ocho meses de cárcel, además de dos años y medio de inhabilitación para cualquier trabajo que tenga relación con la fauna, por un delito de maltrato animal.

Así, el magistrado que ha instruido este caso en el Juzgado de lo Penal número tres de Albacete considera probado que, entre los días 1 y 4 de junio de 2017, el procesado "sujetó e inmovilizó" por las extremidades y el cuello a la perra de su propiedad, de raza American Staffordshire Terrier y convenientemente identificada con microchip.

Una vez amarrada, empezó a golpearla "intencionadamente", asestándole en la cabeza "más de seis golpes con una herramienta contundente", hasta causarle la muerte por un trauma cranoencefálico, tal y como reza la sentencia.

A continuación metió el cadáver del animal en un saco y lo tiró al Júcar, cerca del paraje de Cuasiermas, en el término municipal de la localidad albaceteña de Motilleja, donde fue localizado flotando el 10 de junio de ese mismo año.

Causas de la muerte que fueron certificadas por el centro de Recuperación de Fauna Salvaje de Albacete, donde se llevaron los restos del animal para la necropsia del mismo.

Con este fallo el juez atiende la petición de cárcel del Ministerio Fiscal y considera al joven culpable de dar muerte a su perra, hechos que el ahora condenado negó durante el juicio.

Además, en la resolución judicial recoge también el testimonio que ofreció en el proceso la veterinaria que atendía al animal, quien declaró que "el acusado le llamó preguntándole qué podía hacer, porque la perra había mordido a un amigo".

La profesional aseguró que este individuo "tenía miedo de que pudiera morder a otra persona", añadiendo que una de las alternativas que planteó el propietario del animal fue su sacrificio, que costaba 100 euros.

La sentencia le ha impuesto finalmente ocho meses de presión como pena, así como dos años y medio de "inhabilitación especial para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y para su tenencia"

Comentarios