Castillos, conventos, plazas, minas o molinos, el patrimonio singular de Ciudad Real te espera

Seguir los pasos de las órdenes militares, enfrentarse a los 'gigantes' o bajar a una mina del siglo XVI, son algunas de las propuestas de la provincia.
Uno de los siete molinos que se alzan en Herencia. — DIPUTACIÓN DE CIUDAD REAL
photo_camera Uno de los siete molinos que se alzan en Herencia. — DIPUTACIÓN DE CIUDAD REAL

Rico y variado es el patrimonio con el que cuenta la provincia de Ciudad Real, tierra de fortalezas medievales, conventos, plazas monumentales y molinos, pero también de minas y arquitectura industrial.

Una amplia oferta en la que destacan numerosos elementos singulares, un patrimonio único que no hay que dejar pasar.

Un recorrido por la provincia bien puede llevar al visitante tras los pasos de las órdenes militares, asomarse al pasado de ilustres literatos, impresionarse por la grandiosidad de los molinos de viento, bajar a la mina o descubrir en los rincones de monumentales plazas el pasado y presente de una tierra con mucho que ofrecer.

Un patrimonio singular entre el que se encuentra el Castillo del Sacro Convento de Calatrava La Nueva, en el término municipal de Aldea del Rey. Sobre el impresionante cerro del Alacranejo se levanta esta fortaleza, probablemente de origen árabe, pero profundamente remodelada en 1217 cuando se trasladaron a él los caballeros de la Orden desde el Castillo de Calatrava La Vieja, en Carrión de Calatrava, con el objetivo de consolidar la línea defensiva de Sierra Morena tras la batalla de las Navas de Tolosa.

Formado por tres recintos amurallados, a él se accede por el camino original de piedra volcánica roja, construido con motivo de la visita de Felipe II. Visitables son sus patios de armas, la iglesia, las habitaciones y el refectorio, ocupados hasta finales del siglo XVIII por los caballeros de la Orden, cuando se trasladaron a Almagro.

Localidad en la que encontramos otro de los elementos singulares del patrimonio de la provincia. Icono del teatro clásico, el Corral de Comedias de Almagro es uno de los únicos en España que conserva íntegra su estructura original del siglo XVII. Fue construido en 1627 por Leonardo de Oviedo y en él se pueden contemplar como entonces el escenario, la cazuela, el patio y el zaguán.

Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1955 y cada año no falta a su cita con el Festival Internacional de Teatro Clásico.

Y si el Corral de Comedias de Almagro fue el lugar de representaciones durante el Siglo de Oro español, en otro lugar de la provincia de Ciudad Real, en Argamasilla de Alba, encontramos un lugar significativo en la vida de uno de sus principales exponentes, Miguel de Cervantes, la Cueva Prisión de Medrano en la que estuvo encarcelado.

Ubicada dentro de la magnífica Casa de Medrano, que conserva la estructura tradicional propia de las casas manchegas, con sus sótanos encalados, frescos en verano y calientes en invierno. En su planta baja se encuentra el espacio que sirvió de prisión y en el que se presume estuvo el autor de El Quijote.

Obra en la que tienen un lugar destacado los molinos de viento. Gigantes que impresionan en Campo de Criptana, donde se pueden contemplar una decena de molinos, entre ellos los tres únicos que conservan la estructura y maquinaria original del siglo XVI en toda la Península Ibérica. Infanto, Burleta y Sardinero son los nombres de estos titanes de cuatro brazos, aptos para moler el cereal como se hacía siglos atrás.

Molinos que también se pueden visitar en otros puntos de la provincia, como Alcázar de San Juan, en los que se levantan Rocinante, Barataria, Fierabrás y Barcelona, otros cuatro gigantes en los que aún hoy se siguen realizando moliendas.

Y de estos ingenios mecánicos de gran precisión que inmortalizó Cervantes en su batalla con el Ingenioso Hidalgo, a otras obras de ingeniería como las que se encuentran en el Parque Minero de Almadén, Patrimonio de la Humanidad.

Minas que han estado en activo durante más de 2000 años, y en las que el visitante tiene la oportunidad de descubrir la mina interior, explotada en los siglos XVI y XVII. La galería de forzados, el pozo, el baritel de San Andrés o la ermita de la Virgen de la Mina, con parada obligatoria también en el malacate de San Andrés, una instalación de principios del siglo XVIII que servía para extraer el mineral a través de un pozo.

En el exterior, los hornos de Aludeles o Bustamante, un gran depósito sobre el que se colocaba el cinabrio para ser calentado.

Como también son ejemplo de un pasado industrial, abrazado a la tradición, las chimeneas de las antiguas fábricas de alcohol en Tomelloso. Llegaron a existir más de un centenar en la localidad, consiguiendo algunas alcanzar casi los 50 metros de altura. A través de ellas se expulsaba el humo de las calderas de estas fábricas.

Chimeneas alcoholeras que forman parte del paisaje urbano, como también lo son otros elementos singulares del patrimonio que alberga la provincia, tales como la Plaza Mayor de San Carlos del Valle. Recordatorio de los corrales de comedias, sirve a la vez de aglutinador de la iglesia, la casa parroquial y el mesón.

Como único es también El Rincón que se levanta en el lado oeste de la Plaza Mayor de Puerto Lápice, la cual recuerda igualmente a los corrales de comedias. Se trata de la antigua posada del pueblo, a la que se accede a través de un arco que conduce a un patio de vecinos.

O la Plaza de Toros de Almadén, una de las más antiguas de España, cuya forma hexagonal no dejará de sorprender al visitante.

Patrimonio singular de Ciudad Real que siempre recordarás.

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