Leopoldo Garrido Cavero: socialista conquense y fiscal de la República

La figura de Leopoldo Garrido Cavero destacó por su doble condición de jurista y por su protagonismo en el socialismo conquense hasta el final de la guerra civil.

Leopoldo Garrido Cavero nació en Cuenca en el año 1883. Su padre había sido un famoso abogado republicano de la ciudad y el hijo siguió sus pasos. Al finalizar la carrera de Derecho entró a trabajar en el bufete familiar. Pero Garrido Cavero tenía inquietudes sociales además de políticas, ya que en 1911 participó en la creación de la Sociedad Obrera “La Aurora”. En 1915 participaría en la formación de la Agrupación Socialista de Cuenca, siendo, por tanto, uno de los fundadores del socialismo en esta ciudad.

No descuidó su profesión. En 1921 ingresó por oposición en la carrera judicial, siendo destinado al Juzgado de Instrucción de Torrecilla de los Cameros, en la provincia de Logroño, pero no estuvo mucho tiempo en La Rioja, ya que pasaría al partido judicial de Almansa. Terminando la Dictadura de Primo de Rivera ingresaría en la carrera fiscal, siendo destinado a Alicante. Allí se encontraba cuando se proclamó la Segunda República.

Garrido Cavero tuvo serios problemas durante el Bienio radical-cedista, siendo trasladado a Lugo como abogado-fiscal y después a Barcelona. En la capital catalana volvió a tener dificultades porque se negó a aplicar la pena capital a unos obreros de la CNT que habían sido condenados por su participación en la Revolución de Octubre. Pero el gobierno estaba empeñado en castigarlos y recurrió a un Consejo de guerra para salvar el escollo de la Audiencia.

Al estallar la guerra pasó a trabajar por voluntad propia en la Audiencia Provincial de Cuenca. Cuando el gobierno pasó de Madrid a Valencia, Manuel Irujo, a la sazón ministro de Justicia, le llamó para que ocupara el puesto de inspector fiscal del Tribunal Supremo. Fue, por tanto, fiscal general de la República, siempre preocupado por el respeto a la legalidad.

Garrido perdió a su hijo mayor en la guerra y tuvo la desgracia de que otros tres cayeran prisioneros de los alemanes en Francia en la Segunda Guerra Mundial. No olvidó su militancia socialista, ya que en el país vecino, en el exilio, ingresó en la Sección del PSOE de Vallespir. Además colaboró activamente en “El Socialista” entre los años 1944 y 1945. Murió en Carcassonse en 1946.

Leopoldo Garrido dejó escritas unas interesantes notas sobre los últimos días de la República en la guerra, relatando los sucesos de Madrid con el golpe de Casado y los enfrentamientos internos, señalando, al final lo siguiente: “La catástrofe, en suma, total y sin remedio”.

Fue depurado por el franquismo, ya que por una Orden de 25 de abril de 1939 sería separado definitivamente del servicio junto con otros magistrados.

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