Opinión

En verano todo pasa, hasta Rato al despacho del jefe de la Policía

Nos quieren vender los voceros populares que no es tan malo lo suyo porque se hizo en el Ministerio. ¡Al revés, es mucho peor! Esas dos horas se las estamos pagando al ministro los españoles que pagamos impuestos. Y no precisamente para que se reúna con amiguetes, independientemente de si son presuntos delincuentes o no.

Pero claro está que, además de ser amiguete, Rato está imputado por varios delitos e inmerso en el escándalo de Bankia, con las preferentes de por medio y todo lo que esto conlleva. Reunirse con él, justo el día antes de que declare, indica una cara de dureza diamantina.

Afirma el ministro que no hablaron de temas legales. Luego sale Rato y dice que si. Chúpate esa, Jorge, otra vez le vuelves a recibir. ¿No querías amistad? Toma tres tazas.

La desfachatez es máxima, implica una sensación de impunidad absoluta. Si me lo permiten, un rostro que se lo pisan. El PP vuelve a rizar el rizo, haciendo no ya lo que critica, si no algo mucho peor. Y pretenden que no haya consecuencias. El cabreo es monumental y con razón.

Yo ya no espero la dimisión ni el cese del ministro. De este PP no espero ni la mas mínima intención de coherencia democrática o de honradez institucional. ¿Para qué? Ya tienen sus encuestas chamuscadas del CIS diciendo que a los españoles nos da prácticamente igual la corrupción en sus filas.

Las dudas que me asaltan son ¿hubiese sido distinta la situación de estar en campaña electoral? ¿Se hubiese producido el encuentro en la gasolinera de "Pepiño" Blanco de haber sabido el revuelo que iba a causar su llegada a los medios? ¿Se aferraría el ministro al cargo si el PP fuese una organización más digna? ¿Cesaría Rajoy a Fernández Díaz si no se tratase de un miembro de "la obra"?

A veces pienso que se trata de movimientos inteligentes para salvaguardar el bipartidismo. Al exhibir el PP esta chulería de comportamientos se diferencia del PSOE, que siempre ha procurado mostrar una mayor "vergüenza torera" en estos temas, si bien con distintos grados de éxito. De ese modo, ambos salen beneficiados.

Luego recuerdo las muestras de incapacidad manifiesta de las cúpulas de ambos partidos y me doy cuenta de que no es el caso. Estamos en las manos de incompetentes cuya única habilidad reseñable es saber moverse bien por los entresijos de un partido político.

En el 15M un clamor popular (pero popular de verdad, no solo de nombre) invadió las calles y las plazas de este país exigiendo más democracia. Necesitábamos mejorar las formas y los fondos. Como respuesta, el bipartidismo nos regala cada día más muestras de chulería, prepotencia, injusticia y despilfarro.

Estamos en verano y en verano todo pasa. Hasta Rato al despacho del jefe de la Policía. Los contratos basura enmascaran la situación de creciente desigualdad en la mayoría de los medios. Eso es todo lo que parece importarle a Mariano y compañía. Nos vemos en noviembre, a no ser que se confirmen los miedos y utilicen un tecnicismo para hurtarnos la democracia un par de meses más.

¿Lo dejaremos pasar?

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