TOLEDO.- Castilla-La Mancha implementará "en la medida de sus posibilidades" el nuevo modelo de residencias de mayores, pero no lo aplicará como tal por la falta de financiación con la que ha sido aprobado. Es el argumento que ha utilizado desde el principio para justificar su oposición, desde que la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, esbozara las líneas del nuevo modelo.
Un modelo con el que busca dar prioridad a la dignidad de los usuarios de residencias y aumentar su calidad de vida, y que ha salido adelante por el apoyo de la mayoría simple de las comunidades autónomas, diez a favor y nueve en contra. Entre esas últimas está Castilla-La Mancha, cuyo presidente, Emiliano García-Page, ya advirtió de su rechazo porque, entre otras cosas, pone en riesgo miles de puestos de trabajo de profesionales.
Una postura que la portavoz del Gobierno regional, Blanca Fernández, ha vuelto a poner sobre la mesa tras la aprobación del modelo de residencias de Belarra, el cual ha recordado que, en todo caso, es "voluntario", y que la región seguirá pidiendo financiación al Ejecutivo central para que sea "coherente" con sus planteamientos, porque mientras no la haya "estamos atados de pies y manos".
La actitud del Ejecutivo castellanomanchego será, por tanto, la que responde al refrán "a Dios rogando y con el mazo dando", ha dicho, y en este contexto seguirá reclamando los cientos de millones que le debe el Estado en materia de dependencia y, por el momento, no podrá "adaptar" el nuevo modelo de residencias a la realidad de la región "hasta que no haya financiación".
Y es que Fernández cree que es "bien simple": si se diseña un modelo, en este caso para las residencias, tiene que venir dotado de financiación porque si no, el sistema se convierte en insostenible pero no solo para quienes reciben este servicio a través del sistema público sino también con carácter privado. De hecho, la plaza privada se encarecerá de media 1.000 euros, según las centrales empresariales, algo que cree que también ocurrirá en las plazas públicas; y esto, solo se puede asumir con financiación del Gobierno de España.
Dinero del sistema de dependencia que también tiene que destinarse a las ratios, los profesionales y el volumen de plazas que contempla el modelo de Belarra, y Castilla-La Mancha no está dispuesta a participar en el 'yo invito y tú pagas' porque no le parece "razonable".
Sobre todo en esta región que, según la portavoz del Gobierno regional, lleva seis años "remontando recortes" de la etapa del PP y levantando el sistema de dependencia para convertir a la comunidad en la segunda que mejor lo gestiona, la segunda también con mayor número de plazas residenciales y la primera en plazas para mayores en viviendas tuteladas.
Por lo tanto, se niega a ir a un modelo que no tiene financiación y avisa: "Si ese es el modelo que quiere el Gobierno de España, que lo financie".
