TOLEDO.- El incremento del salario mínimo interprofesional (SMI) contribuye a acortar los plazos para lograr la igualdad salarial aunque no evita, que a día de hoy en Castilla-La Mancha los hombres cobran un 13,6 por ciento más que las mujeres.
Así se desprende del informe elaborado por el sindicato UGT, con motivo del Día de la Igualdad Salarial, que se celebra el 22 de febrero. Un informe que refleja cómo las subidas registradas en el SMI en los últimos cinco años está incidiendo en el descenso de la brecha salarial existente entre hombres y mujeres, pero aún siguen estando presentes discriminaciones con las que hay que acabar.
Informe que ha presentado en rueda de prensa la secretaria de Igualdad y Políticas Sociales de UGT Castilla-La Mancha, Azucena Dombriz, quien ha subrayado cómo el importante aumento del salario mínimo, que ha pasado de 735 euros en 2018 a 1.080 euros en 2023 "afecta de manera directa a los salarios más bajos, cuyas perceptoras mayoritarias son las mujeres". Sin embargo, ha precisado, "el SMI debería situarse en los 2.054 euros para que desapareciese la brecha salarial".
Por su parte, la agente de Igualdad Marta Guerrero ha destacado que acabar con estas discriminaciones pasa por introducir la cuestión de la brecha en el debate de los salarios y en la negociación colectiva.
En este sentido, apuesta por revisar toda la normativa que regula la protección social del trabajo a tiempo parcial y que se penalice a aquellas empresas que abusan de esta contratación a tiempo parcial con mujeres.
Durante su intervención, Dombriz ha recordado que según la última Encuesta de Estructura Salarial del INE, con datos de 2020, las mujeres de Castilla-La Mancha cobran una media de 20.761 euros al año, frente a los 24.029 que perciben los hombres, una diferencia que sitúa la brecha salarial en el 13,6 por ciento.
Por sectores, las actividades administrativas y de servicios auxiliares son las que soportan el índice más elevado de brecha, un 31,07 por ciento, seguido por las actividades sanitarias y servicios sociales, con un 28,39 por ciento y otros servicios, con una brecha del 28,55 por ciento. "Todos ellos, sectores altamente feminizados", ha precisado.
El informe recalca también que las brechas salariales se producen a lo largo de toda la vida laboral, pero en el tramo de 65 a 69 años el porcentaje de mujeres asciende a 53,91 por ciento, siendo el único tramo en el que la presencia de mujeres es mayor a la de hombres. Sin embargo, la brecha en este tramo alcanza el 31,71 por ciento. Algo que solo se explica porque se ven obligadas a alargar sus carreras para completar cotizaciones y acceder a pensiones contributivas.
Y es que si bien "queda mucho por hacer" y la lucha está puesta en "alcanzar la igualdad total", Castilla-La Mancha ha avanzado en esta "carrera de fondo" y "hoy es la segunda comunidad autónoma, solo por detrás de Canarias, con la brecha salarial más pequeña", ha destacado. Además esta se sitúa muy por debajo de la media nacional que es del 18,7 por ciento. "Hemos pasado de una brecha salarial del 20,08 por ciento en 2014 a la del 13,6 por ciento en 2020, una disminución del 6,48 por ciento", ha subrayado.
Una brecha salarial que está muy relacionada con el trabajo a tiempo parcial, con la asignación de complementos salariales, con la promoción profesional y con la infravaloración del trabajo de las mujeres, que conlleva menores reconocimientos de su valía y, por extensión, menores salarios.
De este modo, y como cada año, desde UGT vuelven a exigir "lo que es justo", puesto que "ellas no pueden seguir siendo las peor pagadas". "Debemos dejar atrás la herencia de nuestro pasado", ha subrayado Dombriz, quien ha recordado que la brecha salarial está presente desde la época de la Revolución Industrial y "todavía permanece en la actualidad".
