TOLEDO.- El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha asegurado que desde su Ejecutivo "no va a haber ningún tipo de sectarismo", como nunca lo ha habido, aunque advierte que tampoco lo van a admitir.
Así lo ha señalado en Toledo, donde ha asistido a la toma de posesión de Álvaro Gutiérrez como nuevo delegado de la Junta de Comunidades en la provincia, y ha reiterado que en su gobierno "no vamos a proponernos topar con nadie, pero tampoco somos ingenuos". Por ello, ha subrayado, de la misma manera que no habrá sectarismo por su parte, tampoco se va a permitir que lo haya en sentido contrario.
De este modo, García-Page ha recalcado que le interesa que esta región sea "una comunidad de afectos", y así ha vuelto a reivindicar, como ya hizo durante la toma de posesión de los miembros del Consejo de Gobierno, que los altos cargos tengan como máximas premisas "la asequibilidad, la cercanía y la normalidad", al tiempo que ha exigido a los delegados de la Junta en cada una de las provincias ser "los interlocutores preferentes con los ayuntamientos".
Petición que ha reiterado durante el acto celebrado en el Museo de Santa Cruz, en el que ha estado acompañado por los dos vicepresidentes, José Luis Martínez Guijarro y José Manuel Escudero, así como otros miembros del Gobierno, y el presidente de las Cortes, Pablo Bellido.
Un contexto en el que el presidente regional ha lamentado que, por ejemplo, "muchos responsables públicos, que hoy lo son, han hablado cero del Tajo", algo a tener en cuenta cuando "nos tengamos que defender de los trasvases, porque es evidente que para la política hidráulica pueden pintar bastos" -ha precisado en alusión al cambio de gobierno que podría producirse tras las elecciones del 23J-.
Y es que, "hay gente a la que echarían de su partido si no está a favor del trasvase" Tajo-Segura, y algo que no se entendería en otras comunidades, que los ayuntamientos hicieran "un juego diferente", en Castilla-La Mancha tiene su reflejo en que "hay gente que no ha adquirido el más mínimo compromiso, que han pasado las elecciones y no se ha mojado".
En este mismo sentido, el presidente regional ha incidido en que el "amplísimo abanico" de propuestas y compromisos con los que se presentó a las elecciones de mayo "van a ser mi hoja de ruta, no hay más". De ahí que, independientemente de lo que ocurra este domingo en las elecciones generales, estará "a disposición de la gente" y se ha mostrado confiado en que los proyectos que hay en marcha "no se trunquen".
Y es que, ha precisado, la llegada de determinados proyectos a la región, supondría que Castilla-La Mancha pudiera meter "tres puntos y pico de crecimiento de su producto interior bruto". "Nos estamos jugando mucho", ha insistido, convencido de que ese es el camino para "empezar a dar la vuelta a la balanza histórica de la región".
Contexto en el que el jefe del Ejecutivo autonómico se ha mostrado convencido de que dentro de cuatro años en Castilla-La Mancha "va a haber más empresas, más empleo y vamos a tener muchos más desarrollos", algo para lo que será necesario haber dado "una vuelta sustancial" al equilibrio territorial del eje que representa la A-5.
En esta línea, ha insistido en que "inevitablemente" España deberá adquirir una mirada "más cantábrica y más atlántica", que influya en la Ruta de la Plata y las comunidades del norte, las cuales "están muy atrás en el desarrollo que ha basculado desde el centro de España hacia la periferia mediterránea". Un desarrollo que beneficiará de forma notable a comunidades autónomas como Castilla-La Mancha, que ya registra beneficios en sendos corredores industriales como el del Henares, en la provincia de Guadalajara, o el de La Sagra, en Toledo.
