La represión franquista en Los Cerralbos, "una marca indeleble en el alma" que busca reparación

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica retoma, con fondos propios y sin pedir subvenciones públicas, la búsqueda de los cuerpos de cinco republicanos asesinados en este pueblo toledano.
Trabajos de exhumación en Los Cerralbos (Toledo) junto a las imágenes de los asesinados Lucio Jiménez, Teodoro Dionisio y Pablo Arrogante, de izquierda a derecha. - PERIÓDICOCLM / ARMH
photo_camera Trabajos de exhumación en Los Cerralbos (Toledo) junto a las imágenes de los asesinados Lucio Jiménez, Teodoro Dionisio y Pablo Arrogante, de izquierda a derecha. - PERIÓDICOCLM / ARMH

TOLEDO.- Pablo Arrogante, Teodoro Dionisio, Lucio Jiménez y los hermanos Baldomero y Eulogio Díaz. Son los nombres de los cinco republicanos asesinados por el bando franquista, a las órdenes del general sublevado Juan Yagüe, en la localidad toledana de Los Cerralbos alrededor del 5 de noviembre de 1936.

Una sangrienta toma del pueblo, "una marca indeleble en el alma", que el hijo del maestro de esta localidad en aquella época, Ángel Fernández-Santos, cuenta en sus memorias cómo la percibió con ojos de niño. Recuerda así que en los días posteriores a la ocupación de Los Cerralbos, "un grupito de guardias civiles y de falangistas fusilaron sin miramiento alguno a pobres obreros" del municipio, donde existen evidencias de que no hubo represión violenta por parte de los fieles a la II República contra sus propios vecinos.

Ahora la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), que ya realizó hace un año un informe sobre los antecedentes históricos y la posible localización de la fosa, ha retomado este martes las labores de búsqueda con el objetivo de exhumar la fosa e identificar los cuerpos. Unos trabajos que se extenderán hasta este viernes.

Según explica el vicepresidente de la ARMH, Marco Antonio González, el año pasado se desarrollaron los trabajos de búsqueda en una superficie de 5.000 metros cuadrados, logrando encontrar "evidencias balísticas", tanto de arma corta como de arma larga. Ahora, se pone en marcha un nuevo rastreo, complicado por la amplitud de la zona y, principalmente, porque "se ha perdido la referencia" y que no existen evidencias de los cuerpos.

En concreto, se trata de una finca de ese término municipal conocida como 'Los Parrales' en la que creen que están los restos de estas víctimas. De ellas se conoce, por ejemplo, que Teodoro Dionisio Fernández, nacido el 7 de diciembre de 1909, era natural de Los Cerralbos, estaba casado con Eugenia Campos y era padre de tres hijos; y que Lucio Jiménez, también natural de este municipio, nació el 6 de mayo de 1909, estaba soltero y era jornalero.

Sobre los hermanos Baldomero y Eulogio Díaz Zapata, las investigaciones reflejan que ambos eran residentes en Los Cerralbos, aunque su lugar de origen se desconoce, que su crimen se produjo por una disputa "por un cargamento de leña que habían ido a buscar al monte" y que, "como todo en aquella época, pertenecía a una familia rica"; mientras que de Pablo Arrogante García se ha averiguado que nació en Lucillos (Toledo) el 15 de enero de 1907, que estaba casado y con tres hijos.

Los cinco sufrieron un detención ilegal y fueron ejecutados extrajudicialmente en ese paraje donde ahora la ARMH espera encontrar sus cuerpos. Una labor de búsqueda e identificación de desaparecidos por la represión franquista que lleva a cabo con recursos propios.

No solicita subvenciones a ninguna institución, recuerda la Asociación, porque está en contra de las políticas que no garantizan la búsqueda de los desaparecidos como un derecho para todos los familiares.

Por ello, el traslado de los voluntarios, su manutención, las herramientas que se utilizan en las labores de exhumación y el coste de las pruebas genéticas corren a cargo de los recursos que tiene la entidad por las aportaciones de sus socios y donantes.

De momento, ya se ha realizado el estudio visual de la parcela en la que se encontraría la fosa. Así, una vez realizados los sondeos y se constate la existencia de la misma, se procederá a los trabajos arqueológicos y antropológicos.

Cabe recordar que a pesar de que en la provincia toledana los generales, altos cargos y militares no se sublevaran entre los días 17 y 19 de julio de 1936, el territorio no aguantó mucho bajo el legítimo domino republicano, pues el 28 de agosto las tropas golpistas entrazon por La Calzada de Oropesa y las Ventas de San Julian, tal y como explica José Manuel Doutón, de la Universidad de León, en los antecedentes históricos de la exhumación.

Más tarde, el 3 de septiembre, se produjo la caída de Talavera de la Reina, y en esos días caía en manos sublevadas otro enclave importante, Calera y Chozas, donde la represión fue brutal y los anhelos de exterminio por parte de los golpistas llegaron al extremo de soltar frases como "matar campesisnos hará que se restablezca el orden".

Finalmente, en torno al 17 de septiembre, las tropas franquistas tomaron Los Ceballos, donde Pablo, Teodoro, Lucio, Baldomero y Eulogio son rescatados ahora del olvido al que les sometió la dictadura.

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